sábado, 31 de mayo de 2014

PAN BRIE





Este mes hemos hecho las maletas con Bake the World y nos hemos ido de viaje a Francia, más concretamente a Normandía, para preparar un pan con miga, mucha miga, el Pan Brie. Lo que más llama la atención de este pan es que hay que apalearlo, sí, sí, como lees, apalearlo con el rodillo una vez que estiras la masa y la pliegas. Me parece el desestresante perfecto y es mejor que estés sola en la cocina porque el ruido es considerable. Sobre todo si te pasa como a mí, que había estado toooda la mañana como un saltamontes de acá para allá haciendo cosas sin parar y sin un minuto de descanso. Así que cuando llegó el momento de reposar y de parar simplemente no podía y me líe a golpes con el pan. No sabes lo bien que se queda una y además no necesitas ir al gimnasio ese día porque verdaderamente se hace ejercicio. Pienso repetirlo porque además de que está buenísimo, con esa miga que veis en la foto bien densa, es que ya os digo os deja relajada.


La receta que seguí fue la de Lola en la Cocina.

Ingredientes para el prefermento:

10 gr de levadura fresca o 3 gr de levadura fresca
500 gr de harina blanca de fuerza
10 gr de sal
350 gr de agua

Desmenuzamos la levadura sobre la harina y añadimos el resto de los ingredientes para trabajarla después durante 5 minutos. La dejamos reposar cubierta con un paño durante 6 horas o como en mi caso en la nevera durante 12 horas.

Antes de seguir con el proceso la saqué de la nevera y la dejé atemperar durante media hora. Seguimos.





Para hacer el pan necesitaremos:

Otros 10 gr de levadura fresca o 3 de levadura seca
50 gr de agua
masa fermentada
250 gr de harina de fuerza
50 gr de mantequilla salada

Disolvemos la levadura en el agua y añadimos todos los demás ingredientes. Amasamos durante un par de minutos y, venga, remángate, que empezamos la sesión de gimnasio.

Ya que tenemos una bola de masa, la estiramos con el rodillo y la doblamos en dos como si fuese una carta que fuéramos a meter en un sobre. Antes de empezar a golpear a asegúrate de que la encimera o la superficie sobre la que tienes la masa es fuerte y firme no vaya a ser que tengas un accidente. Bien, una vez que nos hemos asegurado de que no hay nadie en casa y de que la encimera es fuerte, empezamos a darle golpes con el rodillo para aplanarla un poco. Te aseguro que se  empieza con mucha fuerza pero según van pasando los minutos una se va desinflando y desea que pasen los quince minutos que hay que estar aporreándola. En fin, que estiramos, doblamos y golpeamos durante quince minutos. Después te sientes genial.




Damos forma de bola a la pobre masa y dejamos que leve entre 1 hora y hora y media.

Pasado este tiempo la cortamos en el número de piezas que queramos y le damos la forma que nos guste. Yo la dejé en dos bolas y estuvieron reposando tapadas otra hora más.

Entre levado y levado es mejor que encendamos el horno a 250º porque tiene que estar muy caliente cuando metamos nuestro pan. Pero antes de eso y una vez que hayamos hecho el segundo levado le vamos a dar cinco cortes longitudinales.

Al horno a 250º durante 5 minutos y luego 15 minutos más 220º más o hasta que esté dorado.
Luego hay que tener paciencia y dejarlos enfriar antes de hincarles el diente o hacer las fotos. Es que nunca aprenderé.

jueves, 29 de mayo de 2014

DEVILED EGGS




Cuando al calor le de por venir y quedarse, que hasta ahora solo ha estado de visita, vamos a tener pocas, muy pocas, ganas de trastear en la cocina. Hablo por mí. Y es que hay dos tareas de las que huyo como puedo cuando llega el verano: una es planchar y la otra es complicarme la vida cocinando. El resultado es que la comida oficial del verano es el gazpacho, sardinas o/y todo tipo de carne a la barbacoa y huevos rellenos. Los puedes preparar con antelación, tener fresquitos en la nevera cuando llegas toda acalorada y reventada de la calle jurando en arameo por el calor que hace. Y ¿qué me decís de cenas informales en la terraza o patio? Ya os digo, solucionan cualquier situación y no se necesitan ingredientes raros para su preparación.

Ingredientes:

6 huevos cocidos
4 cucharadas de mayonesa
1 cucharada de sour cream
1 cucharadita de vinagre
1 cucharadita de mostaza
salsa Worcestershire
pimentón

En más o menos media hora los tendremos listos y además vamos a ensuciar muy pocos "cacharros", que es algo que también hay que tener en cuenta ¿no?




Una vez cocidos y pelados los cortamos longitudinalmente retirando la yema con mucho cuidado para que no se nos rompa la clara. Ponemos las yemas en un bol y las desmenuzamos con la ayuda de un tenedor. Añadimos todos los demás ingredientes menos el pimentón y mezclamos bien.

Ahora tú eliges la forma de rellenar los huevos. Puedes usar una cuchara pequeña, que es lo que hago la mayor parte de las veces, o si quieres que tengan un aspecto un poco más sofisticado traslada la mezcla a una manga pastelera y con una boquilla de tamaño pequeño los rellenas.

Para terminar espolvoreamos un poco de pimentón por encima.

Ya solo necesitas tu ensalada preferida para tener una estupenda cena.

lunes, 26 de mayo de 2014

MADELEINES DE FRESAS Y PISTACHO



Hoy te empiezo advirtiendo que estos pequeños bocados se comen solos, que empiezas y cuando te quieres dar cuenta te has zampado una buena cantidad. Yo, que siempre procuro presentar los postres y bizcochos en porciones pequeñas o individuales si puedo, reconozco que con estas pequeñas delicias haría una excepción. Las presentaría en versión maxi para que así me diera cuenta de cuánto como. Encontrarse el ácido de la fresa y el crujiente del pistacho en una madeleine hace que esta se convierta automáticamente en algo adictivo. Y si fueran trabajosas de preparar, necesitaras cincuenta ingredientes y tres horas en la cocina no las haría con tanta frecuencia. En su descargo diré que son un pequeño placer para tomar a cualquier hora con una taza de té o un café. Tardarás solo entre treinta y cuarenta minutos en tener preparadas estas pequeñas delicias.

Ingredientes:

100 gr de mantequilla
2 cucharadas de agua de azahar
150 gr de azúcar
40 gr de leche
200 gr de harina
40 gr de pistachos
8 gr de levadura
100 gr de fresas




Lo primero que vamos  a hacer antes de ponernos con la receta es precalentar el horno a 240º.
Después seguimos preparando y pesando los ingredientes que vamos a necesitar.

Derretimos la mantequilla al Baño María y reservamos. Por otra parte mezclamos la leche con las dos cucharadas de agua de azahar y también reservamos.

Blanqueamos los huevos con el azúcar y cuando ya hayan doblado su volumen vertemos la leche y el agua de azahar. Incorporamos la harina, levadura y los pistachos picados. A mí me gusta hacerlo con un buen cuchillo  porque así los dejo del tamaño que me gustan. También puedes usar un robot de cocina pero no sé qué me pasa que siempre me paso y acabo triturándolos completamente. Con el cuchillo controlo mejor la situación.




Finalmente incorporamos la harina, levadura, mantequilla y las fresas cortadas en trozos pequeños.
Dejamos reposar la masa 15 minutos en la nevera y mientras vamos recogiendo la cocina y engrasando el molde que vayamos a usar.

Pasado el tiempo rellenamos el molde y lo llevamos al horno a 240º los primeros 5 minutos y luego bajamos la temperatura a 200ºy dejamos unos 10 minutos más o hasta que las madeleines estén doradas.

Ya tienes listo un bocado que querrás repetir y repetir.

jueves, 22 de mayo de 2014

CREMA DE ZANAHORIAS, JENGIBRE Y COMINO




Estoy casi segura de que los electrodomésticos tienen vida propia. Toman decisiones por sí mismos sin contar con la opinión de su dueña porque a santo de qué el ordenador hace "cosas" diferentes de las órdenes que le doy, un aparato de radio medio cascado se enciende solo por la noche (y no veáis el susto que te da oír unas risas a las tres de la mañana cuando se supone que no hay nadie más en casa) o el frigorífico decide por su cuenta y riesgo que la temperatura no es lo suficientemente baja y casi congela los alimentos que tiene dentro. Vamos que de frigorífico pasa a ser congelador. Y ¿qué pasa entonces? Que unas judías verdes frescas fueron a la basura porque se estropearon completamente y que tuve que hacer una crema con las zanahorias antes de que siguieran el mismo camino que las pobres judías verdes. Ya hemos tenido alguna que otra palabra más alta que otra, no hemos llegado a agarrarnos de la pechera todavía, y la situación ya está controlada. Ya sabe que si vuelve a hacerlo, lo echo de casa.

Ingredientes:

1 cebolla pelada y picada
1 diente de ajo picado
600 gr de zanahorias limpias y cortadas en trozos
1 cucharada de jengibre rallado
2 cucharaditas de curry
1/2 cucharadita de comino
caldo de verduras
yogur
tomillo fresco




Esta crema se puede tomar caliente o fría. De las dos maneras está buenísima.

Rehogamos la cebolla y el ajo en una cazuela con aceite durante unos cinco minutos junto con unas ramas de tomillo fresco. Añadimos las zanahorias, jengibre, comino y curry. Seguimos pochando todo para que se mezclen bien las especias antes de cubrir con el caldo. Dejamos que cueza todo hasta que las zanahorias estén blandas.

Antes de batir retiramos las ramas de tomillo y salpimentamos.

Servimos en platos, boles o tazas añadiendo una cucharadita de yogur griego y unas hojas de tomillo para decorar.


lunes, 19 de mayo de 2014

EL MEJOR PASTEL DEL MUNDO




Los noruegos llaman a esta maravilla "el mejor pastel del mundo" y yo no voy a llevarles la contraria. Seguro que cada uno de nosotros tenemos en mente la mejor tarta que hemos comido y que asociamos con un hecho en particular o con unos sabores muy concretos. Lo que sí es seguro es que nadie puede negarse a probar un bizcocho esponjoso con nata montada y vainilla en medio y cubriéndolo toda una generosa capa de merengue y almendras laminadas. Yo no lo conocía hasta que no lo vi en el primer libro Sweet Paul, Eat and Make.  Y me alegro de haberlo conocido, sí señores.

Ingredientes:

120 gr de mantequilla
315 gr de azúcar
180 gr de harina
1/2 sobre de levadura
5 huevos
75 ml de leche
1 taza de nata
1/2 vaina de vainilla

Como siempre que vamos a preparar un bizcocho precalentamos el horno a 180º y engrasamos el molde que vamos a usar. En este caso yo usé uno de 24 centímetros.

Una vez que tenemos el horno y el molde listos, empezamos a preparar el bizcocho. Para ello batimos la mantequilla y 125 gr de azúcar hasta que tengamos una crema ligera. Más o menos tardaréis unos tres minutos.

Añadimos la harina y la levadura. Os va a parecer que es demasiada harina y que de ahí no va a salir nada de nada. Un poco de paciencia porque en cuanto añadamos las yemas de los huevos y la leche, empezará a parecerse a una masa de bizcocho de un bonito color amarillento por las yemas. Vertemos esta masa en el molde.




¿Qué pasa con las claras? te estarás preguntando. Las vamos a utilizar para hacer el merengue que cubre el bizcocho. Empezamos a batir las claras con una pizca de sal hasta que las tenemos a punto de nieve. Entonces echamos los 190 gr de azúcar restantes mientras seguimos batiendo hasta que consigamos una mezcla brillante. Extendemos una generosa capa de merengue sobre la masa del bizcocho y espolvoreamos las almendras laminadas. Me pareció tanto merengue que no utilicé todo por miedo a que se desbordara al suflar en el horno.

Dejamos que se hornee todo durante 30 minutos. Bien, tuve que cubrir el molde con papel de cocina porque el merengue empezaba a "dorarse" demasiado y al pinchar con un palillo salía todavía un poco húmedo porque el bizcocho no estaba todavía hecho. Lo tuve que dejar unos cinco minutos más.

Una vez fuera del horno, lo dejamos enfriar antes de cortarlo en dos capas con muchísimo cuidado para que la capa de merengue no se rompa. Mientras el bizcocho se enfría, montamos la nata con las semillas de vainilla.




Ya tenemos todo listo para montar el pastel. Extendemos una generosa capa de nata sobre una de las dos mitades del bizcocho. Pero generosa, así, que caiga y se derrame. Cubrimos con la otra mitad que lleva el merengue y listo para devorar.

Ya me diréis si os parece el mejor pastel del mundo. Yo no lo tengo muy claro, pero lo que sí sé es que pienso hacerlo más veces.

lunes, 12 de mayo de 2014

CALAMARES REBOZADOS EN BANDARI Y SEMOLINA CON SALSA DE TOMATE Y CILANTRO




No es que sea muy de fritos, de hecho huyo de ellos y muy pocas veces mis sartenes tienen aceite si no es para freír un huevo. Tenía una freidora a la que me aficioné por aquello de la novedad pero que pronto dejé de usar y no tardé mucho en desterrar de la cocina. Lo de no freír es por salud y un mucho por vagancia pero al ver esta receta en el libro de Greg y Lucy Malouf Saraban no pude resistirme. Rebozar calamares en una mezcla de especias llamada Bandari, típica de la cocina persa, y semolina me pareció simplemente intrigante. Especialmente porque nunca había oído hablar de esta mezcla y todo lo nuevo y exótico me interesa. Y mezclar un poco de comino, otro poco de cilantro, cúrcuma, mi querido cardamomo, pimienta, nuez moscada y alcaravea tiene su encanto. Muuuucho encanto. ¿Me acompañas a la cocina?

Empezamos por las especias y para ello necesitamos:

1 cucharada y media de comino en polvo
1 cucharadita de cilantro molido
1 cucharadita de cúrcuma molida
1/2 cucharadita de alcaravea molida
1/2 cucharadita de cardamomo molido
1/2 cucharadita de pimienta molida
1/2 cucharadita de nuez moscada molida

Solo hay que mezclar todas las especias y tendrás tu mezcla de especias Bandari. Obviamente puedes alterar las cantidades y poner un poco más de comino, menos de alcaravea o cardamomo. Adáptala a tu gusto y además aseguro que no siempre te va a salir igual. La puedes conservar en un bote de cristal bien cerrado y usar para darle un toque especial a salsas.




Ahora seguimos con la salsa de tomate y cilantro. Necesitamos:

2 cucharadas de aceite de oliva
1cebolla pequeña finamente picada
1 diente de ajo finamente picado
1 cucharada de las especias Bandari
1 cucharada de concentrado de tomate
300 gr de tomates
zumo de 1/2 limón
1 cucharada de sal
cilantro

Calentamos el aceite en una cazuela y rehogamos la cebolla y el ajo hasta que la cebolla esté transparente. Salamos. Añadimos la cucharada de especias y sofreímos un par de minutos más. Disfruta esos dos minutos del olor que desprende tu cazuela. Es una maravilla y te transportará a muuuuuchos kilómetros de aquí. En fin, volvemos que se nos quema la cebolla. Añadimos el concentrado de tomate, tomates y dejamos que cueza durante unos 30 minutos. Justo antes de servir añadimos el zumo de medio limón y hojas de cilantro.




Antes de montar el plato vamos con los calamares. A los pobres les han quitado protagonismo las especias Bandari. Para seis personas necesitamos:

700 gr de calamares
100 gr de semolina
2 cucharaditas de especias Bandari
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadas de pistachos picados




Una vez limpios los calamares, los abrimos longitudinalmente y con la ayuda de un cuchillo afilado hacemos unas marcas diagonales.  Mezclamos la semolina, especias y sal en un bol. Rebozamos los calamares y freímos en abundante aceite caliente hasta que estén dorados. Dejamos que pierdan el exceso de aceite sobre papel absorbente de cocina.

Servimos la salsa de tomate y cilantro en un plato y sobre ella los calamares. Finalmente añadimos los pistachos y acompañamos de pan porque esta salsa de tomate está...


jueves, 8 de mayo de 2014

POLLO A LA ITALIANA




Esta vez no tengo argumentos para explicar eso de "a la italiana". No, no tengo ni idea de por qué en el libro de recetas de la Sección Femenina decidieron darle ese nombre. Claro, que tampoco era el pollo el ingrediente principal de la receta, que era la gallina, pero yo le había echado el guante a un buen pollo e hice el cambio. Vale, que no fue ese el único cambio que hice a la receta, lo confieso. En vez de champiñones usé unas setas deshidratadas y por supuesto nada de mantequilla. Como veis después de haberle dado una buena vuelta a la receta original, debo decir que es uno de los mejores guisos de pollo que he comido. Es de esos que son capaces de recomponer el día, si este se ha torcido, y que se te olviden todos los estropicios que haya habido. Tal es su poder regenerador y ya si lo dejas reposar de un día para otro...

Ingredientes:

1 pollo
125 gr de jamón
125 gr de cebollas
2 dientes de ajo
60 gr de setas deshidratadas
1 cucharada de harina
1 vaso de vino blanco
zumo de 1/2 limón
ramas de tomillo fresco
1 puerro
1 zanahoria



Lo que más me sorprendió de esta receta es tener que poner el pollo tal cual en una olla, con agua suficiente para cubrirlo, y cocerlo durante una hora. Hasta ahora mi contacto con el pollo cocido había sido en tristes pechugas que tomaba o bien cuando salía de un gripe de esas que te dejan hecha un trapo o cuando un furibundo virus gastrointestinal me dejaba a dieta durante unos días. Y las pechugas se quedaban secas, pero secas. No es este el caso porque el pollo queda jugoso y blando. Vamos que me he vuelto una fan del pollo cocido. Como me parecía que el pollo estaba triste ahí solo sin nada más que el agua y la sal, le añadí un puerro, una zanahoria y unas ramas de tomillo fresco para que tomara algo de sabor. ¿Cómo sabes si el pollo ya está hecho? Si al pincharlo el jugo que suelta sale blanco, ya está listo. Sacamos de la olla y reservamos.




Vamos a preparar la salsa que es el quid del plato. Para ello picamos la cebolla y los dientes de ajo para rehogarlos en una cazuela con aceite de oliva. Salamos y pochamos hasta que la cebolla empiece a estar transparente. Entonces añadimos las setas hidratadas en agua caliente y unas ramas de tomillo fresco, espolvoreamos la cucharada de harina y vertemos el agua de hidratar las setas y el vino . Dejamos que cueza unos minutos hasta que se evapore el alcohol del vino.




Trinchamos el pollo como si lo hubiésemos asado y lo llevamos a la cazuela. Se añade el jamón en tacos y se deja cocer unos 10 minutos a fuego lento para que el pollo tome el sabor de la salsa.

Servimos el pollo en una fuente y acompañamos de la salsa a la que antes de servir le habremos añadido el zumo de 1/2 limón. Como veis en la foto yo la acompañé de una ensalada de naranja. Un arroz le iría perfecto.

lunes, 5 de mayo de 2014

CARPACCIO DE FRESAS




Postre fácil donde los haya para el que solo se necesita tener buen pulso a la hora de cortar las fresas y no rebanarse un dedo. Porque el objetivo es tener unas lascas finas de esta maravillosa fruta que pronto se despedirá de nuestros mercados. Se irá la fresa y aparecerá la cereza. Cuando las fresas empiezan a estar a un precio decente es señal de que no les queda mucho para desaparecer y es cuando yo aprovecho para comprar una buena cantidad de ellas y congelarlas. El problema es que ahora tengo el congelador tan lleno que no me van a caber así que creo que voy a estar dos semanas a base de tuppers y sin cocinar nada de nada. Tienen que caber las fresas como sea y la cubeta de la heladera también.

Ingredientes para 4 personas:

500 gr de fresas
4 cucharadas de vinagre balsámico
ralladura de 1 limón
2 cucharadas de azúcar moscovado
albahaca




Llevamos las fresas bajo el agua del grifo y una vez limpias les quitamos el pedúnculo. Secamos y con un buen cuchillo afilado cortamos finas lascas que colocaremos en los platos en los que vayamos a servir el carpaccio.  Aliñamos las fresas con una cucharada de vinagre balsámico por plato.

En un bol aparte mezclamos el azúcar y la ralladura de limón. Esparcimos sobre las fresas y decoramos con unas hojas de albahaca.

Este postre es tan rápido de preparar que no necesitamos esperar al fin de semana para presentar en la mesa algo rico, refrescante, sano y visualmente precioso. La semana también se merece algo diferente y especial ¿no?