A veces me apetece hacer pan sin tener que estar pendiente de levados largos o de si sube o no la masa. Quiero algo rápido, fácil y que no necesite probar mi paciencia. Para esos momentos existe el soda bread, un pan que no necesita amasarse, solo juntar los ingredientes como si estuviéramos haciendo un castillo de arena. He visto recetas con harina de trigo integral, harina de fuerza, harina de todo uso, bizcochona, de centeno ... He mezclado en esta ocasión harina de centeno y de trigo sarraceno. También he visto que a algunos panes les añadían levadura, bicarbonato, leche, buttermilk o yogur. La verdad es que tipo de pan admite lo que le echemos: pasas, bacon, chocolate y como en este caso queso feta y la hierba que nos guste. El resultado es un pan denso, no muy grande y que tostado está incluso mejor. Perfecto para impacientes como yo.
Ingredientes:
Recta original The Little Loaf
150 gr de harina de centeno
150 gr de harina de trigo sarraceno
sal
1 cucharada de bicarbonato
100 gr de queso feta
230 gr de yogur griego
unas ramas de tomillo bien picadas
Necesitamos mezclar todos los ingredientes secos y añadir finalmente el yogur sin amasar, integrando los ingredientes. Le damos forma de bola a nuestra masa y con un cuchillo hacemos una cruz en la superficie. En Irlanda dicen que es para que se escapen las hadas y el pan no esté embrujado.
Dejamos en el horno ya precalentado a 230º durante 15-20 minutos o veamos que está dorado y al tocarlo la corteza esté dura.
No me digáis que no merece la pena disfrutar de este pan en una tostada por la mañana con un poco de salmón o por la tarde con un poco de nuestra mermelada preferida.