martes, 30 de septiembre de 2014

PAN DELI NEOYORKINO



El nombre de este pan nos da una pista de hasta donde nos hemos ido con la maleta en Bake the World ¿verdad? Sí, de un salto nos hemos plantado en el mismo Nueva York para hacer un pan de centeno con una buena miga que soporta bien lo que queramos ponerle encima y disfrutar de un buen sandwich, bocata o tosta. Al centeno hay que añadirle las semillas de alcaravea que nos trajeron los árabes y que tienen un sabor anisado. Y si con eso no fuera suficiente para hacerme la boca agua,  la receta de Dan Leppard que he seguido sugería que le pusiéramos cebolla rehogada y patata cocida. Olía, cómo olía y mientras estaba en el horno no pude resistir la tentación de abrir un poquito la puerta para disfrutar con su aroma. Sé que no debe hacerse pero ese olor...

Como os he comentado con este pan podemos hacer unas buenas tostas y eso es lo que os enseñaré el jueves, dos tostas distintas con uno de los ingredientes que aparece en las fotos. Son una pasada, no te las puedes perder. Pero antes tenemos que hacer el pan, así que vamos a ponernos manos a la masa.

Ingredientes:

1 sobre de levadura de panadero
200 ml de agua templada
325 gr de harina de fuerza
150 gr de cebolla finamente picada
50 ml de aceite de girasol
50 gr de patata cocida y hecha puré
75 gr de harina de centeno
1 1/2 cucharadita de sal
2 1/2 cucharaditas de semillas de alcaravea

En un cuenco mezclamos la levadura, 50 ml del agua templada que hemos listado antes y 2 cucharadas de la harina de fuerza especificada anteriormente. Dejamos que que repose 30 minutos.




Mientras, vamos a rehogar la cebolla hasta que esté bien blanda durante unos 20 minutos. Yo usé cebolla morada y se ve más que si usas cebolla blanca, que seguro pasará desapercibida en el pan. Dejamos que se enfríe.

Incorporamos la cebolla, aceite, patata y 150 gr de agua templada a la mezcla de levadura, agua y harina, que tendrá burbujas en la superficie. Seguidamente añadimos el resto de ingredientes y amasamos unos minutos. Dejamos que repose 10 minutos cubierta con un paño y volvemos a amasar unos 10 segundos. Ponemos la masa en un recipiente en el que pueda levar y llevamos a la nevera  12 horas o toda la noche.

A la mañana siguiente al sacarla de la nevera verás que ha crecido y estará muy fría. Dejaremos que tome un poco de temperatura antes de volcarla en la superficie en la que vayamos a trabajar. La amasamos ligeramente y extendemos formando un rectángulo. Lo enrollamos como si fuera una alfombra y lo dejamos en el molde que hayamos elegido, previamente untado de aceite, para que leve entre dos y tres horas. Debe duplicar su tamaño.




Encendemos el horno a 220º para que esté muy caliente cuando entremos la masa y la dejamos a esa temperatura 35 minutos y luego otros 10 minutos más a 180º. El olor que sale del horno es absolutamente increíble. De repente empiezas a tener alucinaciones de cuencos de salsa en la que mojar ese pan tan delicioso que se está cociendo en el horno.

Y ya solo nos queda sacar esta maravilla del horno y esperar un poco a que se enfríe antes de atacarlo como Dios manda.

¿A dónde nos llevarán el mes que viene en Bake the World? Qué intriga.

Fuente: Short and Sweet, Dan Leppard.

domingo, 28 de septiembre de 2014

GRATINADO DE FRUTOS ROJOS



Postre de domingo, de día en el que te apetece llevar a la mesa un postre con color, alegría y que rebosa vitamina C, betacarotenos, antioxidantes y muchas más propiedades. Además no vas a invertir mucho tiempo en hacerlo, más bien casi nada, y luce muchísimo. Yo lo hice con frutas frescas pero si no las encuentras, con frutos rojos congelados también queda bien y puede que sea la mejor opción porque hay que reconocer que se pasan bastante con el precio de estas pequeñas joyas.

Ya te he dicho antes que no vas a tener que molestarte mucho con este postre. Primero elige una fuente bonita o unos cuencos individuales que puedas llevar al horno. Suponiendo que seáis cuatro personas para comer  reparte 600 gr de frutos rojos y reserva.




Ahora empezaremos a hacer el sabayón con el que cubriremos esas preciosas frutas y que después gratinaremos. El sabayón es una crema italiana que se hace batiendo al baño María yemas de huevo, azúcar y algún licor dulce. Su consistencia es "parecida" a la de las natillas y a veces se aligera con claras montadas a punto de nieve o nata. En esta ocasión yo he usado Gran Marnier y he añadido nata montada.

Como hemos dicho que somos cuatro necesitamos:

4 yemas
125 gr de azúcar
zumo de 1 limón
100 ml de nata para montar
2 cucharadas de Gran Marnier




Mezclamos todos los ingredientes menos la nata en un bol que pondremos dentro de una cazuela más grande en la que habrá agua hirviendo. Batimos bien hasta que las yemas hayan duplicado su volumen. Apartamos del baño María y seguimos batiendo hasta que se hayan enfriado un poco.

Incorporamos la nata montada con cuidado y vertemos sobre nuestros frutos rojos.
Llevamos al horno para que se gratinen durante 1 minuto y ya está listo el postre. Unas hojas de tomillo dan el toque final a este postre de domingo.

jueves, 25 de septiembre de 2014

ALMENDRAS MACERADAS EN AGUA DE AZAFRÁN CON LIMÓN Y TOSTADAS AL HORNO



Hay días que me siento delante del ordenador y lo único que hago es mirar la pantalla porque no se me ocurre absolutamente nada que contar que sea medianamente coherente. Hoy, por el contrario, con mi rollo ya pensado y casi mentalmente redactado, he cambiado de idea en el último momento porque antes de entrar en el blog me ha dado por pasearme por algunos de los muchííísimos blogs que sigo y me he encontrado con la despedida de una bloguera. Con esta despedida. Una lee semejante texto y se siente ridícula por todas y cada una de las veces que se queja (y son unas cuantas) a lo largo del día y no aprecia la cosas pequeñas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra vida. No te creas, ya hace un buen rato que leí su despedida y sigo con un nudo en la garganta porque hay que ser valiente, muy valiente, para escribir algo semejante. A veces no prestamos atención a los links que nos encontramos en las entradas (yo la primera) y pasamos de largo, larguísimo. Esta vez párate un poco, merece la pena porque son sus últimas palabras y ¡qué palabras!

Ahora ¿cómo enlazo la receta con agua de azafrán que os prometí el lunes?

Ingredientes:

150 ml de zumo de limón
150 ml de agua de azafrán
200 gr de almendras crudas
3 cucharadas de aceite de oliva
1 1/2 cucharada de sal
ralladura de 1 limón
tomillo



Creo que tardáis más en prepararlas que en comerlas porque son un auténtico vicio. Bueno, tampoco es que se tarden horas pero ya sabéis que si una almendra para probar, que si otra para cogerle el sabor, que si me llevo unas cuantas en la mano mientras hablo por teléfono, que otras porque total ya qué más da. Y cuando te quieres dar cuenta te las has comido todas. Eso me pasa cada vez que compro almendras tostadas por mi frutera en el mercado y abro la bolsa mientras hago la comida. Desaparecen en nada. Imagina estas que han sido maceradas con azafrán, limón y tomillo. No tienen nombre, de verdad.

Mezclamos el agua de azafrán con el zumo de limón y vertemos en una fuente. Añadimos las almendras y unas ramas de tomillo. Dejamos que se maceren entre 30-45 minutos. Verás que  van tomando ese bonito color azafrán.

Escurrimos, secamos y extendemos en la bandeja del horno. Dejamos 10 minutos a 180º.




Una vez fuera del horno les añadimos el aceite, sal y ralladura de limón. Mezclamos todo bien para que las almendras se impregnen completamente del aceite y sal. Las llevamos otra vez al horno durante 10-15 minutos o estén doradas. Cuidado porque se queman en nada de tiempo, te descuidas un minuto y ya se han churruscado. Te lo digo por experiencia.

Espera unos minutos para probarlas porque queman mucho recién salidas del horno. Lo digo por si eres una impaciente como yo.

Fuente: Snackistan, Sally Butcher.


lunes, 22 de septiembre de 2014

GUISO DE PATATAS, GARBANZOS Y MARISCO CON ESPECIAS BANDARI



Señoras y señores, saquen brillo a las cucharas, cazuelas y ollas porque el otoño nos ha enseñado la patita y veo que se acercan por el horizonte recetas de sopas, cremas y guisos. Yo no me espero al martes para inaugurar la temporada otoñal y os traigo un guiso que os va a encantar. Supongo que lo primero que os llama la atención del nombrecito de la receta en cuestión es eso de "especias Bandari" pero esta mezcla ya la hemos usado antes para rebozar estos calamares y ya os dije entonces  que las podíamos guardar en un bote para usarlas cuando quisiéramos. Bien, ha llegado el momento de sacar el bote que estaba ahí al fondo del armario para aromatizar el caldo de este guiso. Y si no  tuviera suficiente sabor con las especias, vamos a añadir un agua de azafrán que además le va a dar un color dorado precioso. Y además el caldo de cocer las cabezas de los carabineros y el agua que soltaron los mejillones cuando los abrimos. En fin, un sabor increíble en cada cucharada.


Ingredientes para 6 personas:

3 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla morada pequeña y picada en trozos pequeños
200 gr de garbanzos cocidos
300 gr de patatas
1 zanahoria cortada en rodajas
200 gr de tomate cortado en trozos pequeños
ralladura de 1/2 naranja
3 cucharada de agua de azafrán
500 ml de caldo
 mejillones
6 carabineros
perejil
especias Bandari




Empezamos con el agua de azafrán. Dicho así parece que vamos a tener que emplear dos días o tres en su preparación y luego la vamos a tener que destilar. Nada, nada. Lo único que tenemos que hacer es calentar en una sartén como unas 20 hebras de azafrán hasta que empiecen a estar tostadas. Las pasamos a un mortero y majamos. Ponemos agua a hervir y cuando esté hirviendo la añadimos al azafrán y dejamos que infusione una hora más o menos. Entonces ya la tendremos lista. Si te sobra, guárdala en la nevera porque el jueves vamos a preparar un aperitivo con este oro líquido. Ya sabes, el jueves.

En una cazuela calentamos el aceite de oliva y rehogamos la cebolla. Salamos. Una vez esté pochada añadimos una cucharada y media de especias Bandari. Seguimos rehogando durante un par de minutos más.



Incorporamos las patatas en rodajas, garbanzos previamente cocidos, zanahoria, tomate, ralladura de naranja, agua de azafrán y el caldo de haber cocido las cabezas y cáscaras de los carabineros.

Dejamos que cueza todo hasta que las patatas estén casi listas. En este momento  añadimos los carabineros, que solo necesitarán un par de minutos para estar listos, y los mejillones previamente abiertos.

Antes de servir añadimos el perejil picado.

Fuente: Saraban, Greg and Lucy Malouf.

lunes, 15 de septiembre de 2014

BUNDT CAKE DE JENGIBRE Y LIMÓN



No hay nada como coleccionar recetas y fotos en el escritorio del ordenador. Es algo que comprendo y aprecio después de unas vacaciones en las que he podido cocinar tranquilamente, sin prisa, agobios porque la receta salga como yo espero o las fotos queden más o menos presentables. Y digo que lo aprecio porque a veces llegan semanas como la anterior en la me pongo a cocinar y o bien el experimento acaba en la basura (concretamente unos gnocchis) o las fotos no hay por dónde cogerlas de feas y oscuras que salen. Ya el remate es una invasión de hormigas en la cocina después de no haber aparecido en todo el verano (yo estaba más contenta) y de haber presumido muy ufanamente de ello. No habían pasado ni 24 horas de haberme jactado y allí estaban ellas, ocupándolo todo. Y hete aquí que este bizcocho, que hice en julio aprovechando esos días en los que no hacía demasiado calor para encender el horno, vino a rescatarme y a salvar una semana sin recetas decentes que traeros. Moraleja: hay que ser previsora y organizada. Lo último me cuesta mucho, mucho.

No sé si has probado la combinación de jengibre y limón en repostería. Si no es así, hazlo. Te va a encantar. Es fresca, aromática y suave.

Ingredientes:

1 cucharada de jengibre recién rallado
2 cucharaditas de ralladura de limón
1 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
310 ml de leche
260 gr de harina
150 gr de mantequilla
250 gr de azúcar
2 1/2 cucharaditas de levadura
1/2 cucharadita de sal
3 huevos a temperatura ambiente




Como siempre que hacemos un bizcocho precalentamos el horno y engrasamos el molde que vamos a usar.

Añadimos el jengibre, esencia de vainilla y ralladura de limón a la leche y reservamos.

Mezclamos la harina, levadura y sal en un bol. Reservamos.

Con la ayuda de un robot batimos la mantequilla durante dos minutos hasta que esté cremosa. Entonces añadimos el azúcar lentamente y seguimos batiendo hasta que tengamos una crema ligera y esponjosa. Más o menos otros dos minutos.

Incorporamos los huevos uno a uno y seguimos batiendo otros dos minutos más. Finalmente añadimos la harina reservada alternando con la leche.




Vertemos la masa en el molde y llevamos al horno a 180º durante 45 minutos o hasta que al pincharla con un palillo este salga limpio.

Una vez hecho, dejamos que se enfríe unos diez minutos antes de intentar desmoldarlo e hincarle el diente como semejante bizcocho merece.

lunes, 8 de septiembre de 2014

MEJILLONES GRATINADOS CON ALBAHACA




Con albahaca, tomillo, romero o la hierba que más te guste. Me entusiasman muchas cosas del verano y una de ellas son las hierbas aromáticas sin ninguna duda. El hecho de poder tenerlas en una maceta o jardinera, plantar las semillas, regarlas, controlar quince veces al día si crecen o no crecen y finalmente cortar las que vaya a necesitar para el plato que esté preparando es un gran placer. Este año no he tenido mucha suerte con las semillas que planté porque al orégano le ha costado lo suyo crecer y no he podido aprovechar las hojas y el perejil, pues, resultó que había pocas semillas de perejil y sí muchas de una planta que no conozco y que a todas luces no se podía comer. En fin, que la albahaca es la única que ha tirado para adelante y la que he estado usando para casi todos los platos. Para mí la albahaca es igual a verano. ¿Cuál es tu hierba aromática preferida?


Ingredientes para 4 personas:

1 malla de mejillones
1 ramillete de albahaca
3 dientes de ajo
50 ml de aceite de oliva
2 tomates pelados, cortados en trozos pequeños y sin pepitas
ralladura y zumo de un limón
50 de pan rallado




Me encantan los mejillones pero no los compro tan a menudo como quisiera porque me parece un engorro limpiarlos. No es que sea muy difícil, ni asqueroso ni nada por el estilo, es que se lleva mucho tiempo y generalmente no tengo mucho de eso. Así que cuando compro mejillones, compro una gran cantidad y una vez abiertos los congelo para aprovecharlos en sopas, cremas o ensaladas.
¡Ah! Y el agua que sueltan no la tires nunca, verás cómo enriquece las sopas, arroces o puedes usarla para hacer este pesto.

Vale. Estábamos limpiando los mejillones bajo el grifo quitándoles esos pelillos que asoman y limpiando la concha. Los ponemos en una cazuela y llevamos al fuego. A veces les pongo un chorrito de vino blanco, a veces nada como en este caso. Los tapamos y dejamos que se vayan abriendo. Hay que pescarlos y sacarlos recién abiertos, no los dejes mucho tiempo puesto que después van a ir al horno unos minutos y van a seguir cocinándose. Si no conseguiremos unos mejillones encogidos, resecos y que resultarán poco atractivos a la vista y ya sabes que comemos con los ojos primero.




Una vez abiertos, les retiramos una de las valvas y los ponemos en una fuente apta para el horno.

Mientras se abrían y no se abrían los mejillones hemos procesado la albahaca, ajo y aceite de oliva hasta que tenemos una pasta. Hemos añadido los tomates, ralladura y zumo de limón y finalmente el pan rallado. Añadimos pequeñas porciones sobre los mejillones y gratinamos en el horno hasta que veamos que empiezan a estar dorados.

Ya solo nos queda disfrutarlos acompañados de una bebida bien fría.

lunes, 1 de septiembre de 2014

MELOCOTONES ASADOS CON YOGUR GRIEGO Y AGUA DE AZAHAR




¿Te puedes creer que casi no me acordaba cómo funciona esto de escribir una entrada? Claro, dirás, si es que desde el 8 de julio no apareces por aquí. Y tienes razón. El verano es justo el momento en que se rompe toda la rutina, todo lo que hacemos a lo largo del año por inercia, cambiamos las costumbres, la forma de vestir, las comidas y algunos parece que incluso cambian de personalidad. Porque los rayos de sol y el calor transforman a las personas aunque este verano no ha sido especialmente caluroso. Me explico, no hemos tenido 38º durante una semana seguida y por las noches se ha podido dormir. Pero ya sospechaba yo que eso iba a cambiar en cuanto empezáramos a trabajar. ¡Es que lo sabía! Y aquí estamos con los 38º que no hemos tenido en pleno agosto.

 Aunque no me haya asomado mucho nada por aquí, no quiere decir que no hayamos estado cocinando en Cook and Spoon y en el mes de septiembre aprovecharé para enseñaros los platos que han estado en nuestra mesa. Son recetas sencillas, que hay que tomar contacto con la cocina poco a poco.

La primera es un postre para el que no necesitas comprar nada especial ya que melocotones, yogur, almendras u otro fruto seco tenemos seguro en casa. ¡Ah, y una botella de agua de azahar para aromatizar el yogur! Los tienes ¿a qué sí? Pues entonces vámonos a la cocina a preparar el postre.

Ingredientes para 2 personas:

2 melocotones
280 gr de yogur griego
1/2 cucharadita de agua de azahar
almendras picadas
albahaca




No sé si te ha pasado alguna vez que vas a la frutería y ves unos melocotones preciosos, amarillos, gordos y que te guiñan el ojo cosa mala intentando convencerte de que te los lleves a casa. Tú, que res buena persona, te los llevas y cuando vas a comértelos, compruebas que son todo fachada, que no saben a nada. Bien, esta receta es perfecta para estos melocotones embaucadores.

Cortamos los melocotones longitudinalmente y retiramos el hueso que tienen antes de ponerlos en una fuente apta para el horno. Espolvoreamos un poco de azúcar y horneamos a 180º durante 20 minutos o veas que empiezan a estar blandos y dorados.

En un cuenco mezclamos el yogur griego con el agua de azahar.

Servimos los melocotones con unas cucharadas del yogur, las almendras picadas y unas hojas de albahaca.

Sin complicaciones, tenemos un postre perfecto para disfrutar lo que queda del verano.

Fuente: No time to cook, Donna Hay, con modificaciones.