Receta perfecta para darle la bienvenida al otoño, aprovechar las ciruelas medio moribundas que nos quedan en la nevera y que podéis encontrar en un libro de reciente publicación, Vintage Cakes. Cuenta con unas fotos preciosas, unas vajillas más bonitas aún, eso si te gusta lo vintage, y recetas muy inglesas. Así que si te pierde el dulce este es tu libro. De momento las recetas que he probado salen porque da una rabia cuando por más que lo intentas y sin saber muy bien por qué el bizcocho o tarta no sale como debiera. Tengo algunas de libros y cocineros muy famosos dejadas por imposible, de verdad. Este no es el caso.
Ingredientes:
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
125 gr de azúcar blanca
2 huevos
extracto de vainilla
125 gr de harina bizcochona
1 cucharadita de levadura
5-8 ciruelas cortadas en cuartos
Para el streusel:
30 gr de mantequilla fría
60 gr de harina
una pizca de sal
60 gr de azúcar moreno
30 gr de avellanas
1. En un robot vamos a batir la mantequilla y el azúcar hasta que tengamos una crema pálida y esponjosa. Entonces añadiremos los huevos uno a uno esperando a que se integre el primero para incorporar el segundo. Seguidamente añadimos unas gotas de extracto de vainilla. Terminamos con la harina y la levadura. Vertemos la masa en un molde de 20 cm y nos aseguramos de que la superficie esté lisa y para ello utilizamos una espátula. Ahora es el momento de colocar las ciruelas como tú prefieras, de forma caótica o en círculos. Las mías como cayeron, sin miramientos.
2. Vamos con el streusel. Para ello ponemos la mantequilla, harina y sal en un bol grande y con la punta de los dedos amasamos hasta que tengamos una masa con el aspecto de migas de pan. Añadimos el azúcar y las avellanas picadas. Mezclamos todo y esparcimos por encima de las ciruelas. Tendrás una capa de color tostado que le va a dar un sabor fantástico y de lo más otoñal al cake.
3. Cocemos en el horno a 180º durante 55 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio. En mi horno fueron 35 minutos.
Ya solo nos queda dejar enfriar y disfrutar. Bienvenido, otoño.