lunes, 25 de febrero de 2013

SABLÉS CON PEPITAS DE CHOCOLATE



Vamos a empezar la semana de manera dulce que luego no sabemos cómo la vamos a terminar. Una empieza con buen pie, con ganas y alegría (aunque es difícil empezar los lunes con alegría) y no se sabe en qué momento (en mi caso viene siendo el martes) se empiezan a acumular el trabajo, la plancha, el cansancio y el mal humor. Pero está científicamente demostrado que si te tomas una de estas galletas se te pasan todos los males y revives. Así que queda recetada la dosis de una galleta sablé acompañada de una taza de café o té al menos un par de veces al día. La única contraindicación que tiene es que la mantequilla se va directamente a las caderas. Por lo demás no tienen ningún problema.

Ingredientes:

250 gr de harina
100 gr de azúcar
1/2 cucharadita de sal
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo y 1 yema
75 gr de chocolate picado

1. Ponemos la harina, sal y azúcar en un bol. Añadimos la mantequilla y la mezclamos con los ingredientes sólidos hasta que la mezcla parezca migas.

2. Añadimos los huevos y amasamos hasta hacer una bola que dejaremos en la nevera al menos 30 minutos. Si puedes prepárala el día antes. La masa tiene que estar fría, muy fría. No veas la que organicé en mi cocina porque hacía calor. La masa se reblandecía y tenía que estar enfriándola con mucha frecuencia porque se me pegaba a las manos y al cortador. El pobre no pudo soportar tanto trajín y cayó en acto de servicio. El próximo, será de plástico.



3. Extendemos la masa con la ayuda de un rodillo hasta dejarla del grosor que te guste más. Yo hice unas más gorditas y otras más finas y combiné cortadores de distintas formas y tamaños. Una vez cortadas y puestas en la placa del horno acabamos las galletas con pepitas de chocolate (blanco, con leche o negro). Horneamos durante 15 minutos en horno precalentado a 180º.

4. Si quieres hacer las galletas sablés solo de chocolate añade 50 gr de cacao a la masa.

jueves, 21 de febrero de 2013

TARTA DE ESPÁRRAGOS, CEBOLLETA Y QUESO FETA



Ya tengo los primeros espárragos trigueros de la temporada, un gran manojo que ha ido en su gran mayoría al congelador para los próximos revueltos o cremas. Unos pocos han ido a parar a esta tarta salada que uno se mete entre pecho y espalda de una sentada porque está hecha con pasta filo en vez de hojaldre o masa quebrada. Es tan ligera que una se pone a comer y cuando quieres darte cuenta, ha desaparecido. El color amarillo tan bonito que luce proviene de unos maravillosos huevos de gallinas felices, de las que corren a sus anchas por el campo y comen bichitos y las cosas que se suponen que deben comer las gallinas.

Ingredientes para un molde de 25 cm:

6 hojas de pasta filo
parmesano
3 cebolletas
250 gr de espárragos
2 huevos
50 ml de nata
50 ml de leche
50 gr de queso feta

1. Precalentamos el horno a 180º, engrasamos el molde con un poco de aceite de oliva y lo cubrimos con las hojas de pasta filo. Las vamos a ir solapando y colocando en diferentes ángulos. Entre capa y capa esparcimos un poco de queso parmesano rallado en el momento.



2. En una sartén rehogamos las cebolletas cortadas longitudinalmente durante 15 minutos o hasta que empiecen a estar transparentes. Añadimos los espárragos en trozos no muy grandes y dejamos que se hagan durante 2 minutos más.

3. Aparte, en un bol, batimos los huevos y vertemos la leche y la nata. Mezclamos bien.

4. Rellenamos la pasta filo con la mezcla de las cebolletas y los espárragos. Vertemos los ingredientes líquidos y completamos con el queso feta en trozos. Horneamos hasta que esté cuajada.

Disfrutar con una ensalada o sola.

Fuente: Kitchen & Co., French and Grace

lunes, 18 de febrero de 2013

PASTA CON BOLETUS Y TOMATE




Este plato, y las fotos, me recuerdan la calidez del verano y el contraste con lo que veo por la ventana en estos momentos es brutal. Ahora mismo está lloviendo a chuzos, lo cual viene estupendamente para el campo y  los pantanos, pero no tan bien para el ánimo después de un invierno muy húmedo. Y especialmente después de un fin de semana casi primaveral. La verdad es que da gusto ver los almendros y algunos frutales en flor, el campo que empieza a cuajarse de margaritas y el olor que desprenden las mimosas. Ya queda menos para la primavera.

Ingredientes para 4 personas:

2 cebollas pequeñas
4 dientes de ajo
boletus secos
aceite de oliva
100 gr de panceta cortada en dados
2 latas de tomates enteros
500 gr de espaguetis
parmesano
orégano
vino tinto

1. Lo primero que vamos a hacer es poner en remojo los boletus secos para que se vayan hidratando. Para ello calentaremos 140 ml de agua y dejaremos que vuelvan a la vida poco a poco. No vamos a tirar el agua porque la vamos a usar para hacer la salsa. Ya verás que rica. No te la pierdas por nada del mundo. Tiene un sabor profundo pero no molesta. Ya os he dicho que es un plato cálido.




2. Pelamos las cebollas y las picamos muy finas para que no se noten. Las rehogamos en una sartén junto con los dientes de ajo, también muy picados. Dejamos que se rehoguen bien, unos 20 minutos, y pasado este tiempo, añadimos la panceta y cocinamos hasta que esté dorada. Añadimos los boletus escurridos y seguimos rehogando otros 10 minutos más. Ahora le toca el turno a los líquidos.

3. Primero incorporamos los tomates y el líquido de conservación para dejar que empiece a hervir. Entonces será el turno del agua  de hidratar los boletus y un chorro de vino tinto. Ya sabes, para darle algo de alegría a las salsa. Ahora ya te puedes olvidar de ella porque necesita unos 20 minutos para que se haga lentamente. Bueno, de vez en cuando hay que darle una vuelta a la cazuela por aquello de saber qué está pasando. No se te olvide un poquito de orégano. Verás qué bien huele. Para finalizar sala y añade un poquito de pimienta.

4. Aparte cocemos la pasta en abundante agua el tiempo recomendado por el fabricante. Una vez escurrida mezclamos con la salsa, terminamos con un poco o un mucho de parmesano. Depende de los gustos y ¡a comer!

jueves, 14 de febrero de 2013

TARTA AJEDREZ




Por la foto pensaréis que es muy complicada de hacer y no es cierto. Es laboriosa, sí, y también pone a prueba la paciencia del más pintado pero el resultado hace que merezca la pena. Se llama así porque al partirla se ve un tablero de ajedrez. Lleva tanto chocolate que hace que sea pefecta para los golosos. Anímate a prepararla, que vas a quedar como una reina.

Ingredientes:

350 gr de mantequilla a temperatura ambiente
350 gr de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
6 huevos a temperatura ambiente
350 gr de harina bizcochona
un pellizco de sal
50 gr de cacao
4 cucharadas de leche

1. Precalentamos el horno a 180º. Vamos a preparar los bizcochos y para ello, con la ayuda de un robot, batimos la mantequilla hasta que esté muy cremosa. Luego poco a poco añadimos el azúcar y el extracto de vainilla. Seguimos batiendo hasta que la mezcla tenga un color más claro y esté muy cremosa. Incorporamos los huevos uno a uno batiendo muy bien después de cada adición. Si ves que la masa parece que se va a cortar puedes añadir una cucharada de harina de vez en cuando. Agregamos toda la harina restante y dividimos la masa en dos. A uno de las masas añadimos  el cacao y las cucharadas de  leche. Si ves que la masa de chocolate queda demasiado espesa añade un par de cucharadas más de leche. Las dos masas deben tener la misma densidad o a los bizcochos les saldrán unas jorobas muy raras.

2. Vertemos las dos masas en dos mangas pasteleras y nos disponemos a rellenar los moldes de 20 cm. ¿Ya has engrasado los moldes? Pues entonces coge la manga pastelera con la masa de chocolate y ve haciendo un círculo alrededor del molde. Ahora hacemos otro con la masa de vainilla, después seguimos con la de chocolate y así hasta haber rellenado todo el molde con círculos concéntricos. Te quedará como una diana. Vamos con el segundo molde. Esta vez vamos a empezar con la masa de vainilla y vamos alternando con la de chocolate hasta que tengamos el molde relleno otra vez. Para  el tercer molde comenzaremos con la masa de chocolate. Horneamos durante 20-25 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.



Lo ideal es preparar los bizcochos un día antes de montar la tarta para que se asienten.

Vamos con los dos ganaches: el de chocolate blanco y el de chocolate negro.
Para el ganache de chocolate blanco necesitaremos :

175 gr de chocolate blanco picado
125 gr de nata para montar
50 gr de mantequilla

Para el chocolate negro :
300 gr de chocolate negro 70%
300 gr de nata parea montar

Para hacerlos calentamos la nata (y la mantequilla en el caso del ganache de chocolate blanco) sin dejar que hierva y lo vertemos poco a poco sobre el chocolate. Al cabo de unos minutos removemos y dejamos que espese un poco.
Vamos a montar la tarta. Para ello empezamos con uno de los bizcochos que tienen chocolate al principio y lo cubrimos con ganache de chocolate blanco. Ponemos encima el bizcocho que empieza con vainilla y también cubrimos con ganache de chocolate blanco y terminamos con el otro disco de bizcocho. Cubrimos toda la tarta con el  ganache de chocolate negro y decoramos con chocolate en virutas si queremos o con unas fresas.
No os voy a mentir, es muy laborioso pero está buenísimo y solo la cara de los invitados al ver el corte de la tarta merece la pena. Ah, dejad que piensen un poco cómo se hace. Pasaréis por unas reposteras profesionales.

Fuente: The Great British Bake Off

lunes, 11 de febrero de 2013

ASADO DE CERDO A LA SIDRA CON ENDIVIAS, MANZANAS Y ROMERO



Una tiene la sensación de que hoy ha vivido un día importante, a señalar en los libros de Historia, porque no todos los días un Papa renuncia a su Ministerio. Independientemente de cuál sea nuestra opinión sobre la Institución un hombre ha renunciado a uno de los cargos más importantes de nuestra sociedad y lo ha hecho voluntariamente, sin que nadie le eche u obligue. Cuando llega el momento de marcharse hay que hacerlo y con toda la dignidad posible. Me parece una gran lección. Y otra lección, esta vez culinaria, es la que me han dado esta mañana cuando buscaba sidra para este asado porque, en mi ignorancia, pensaba que la sidra se hacía con manzanas y solo con esta fruta. Bien, pues no. También se hace con peras y os puedo decir que es más suave y dulce. No sé cuál elegir, la verdad.

Ingredientes:
Receta de Donna Hay

un lomo de cerdo de 1.8 kg
sal
aceite de oliva
6 cebollas picadas
250 ml de zumo de manzana
750 ml de sidra
75 gr de azúcar moreno
tomillo

1. Precalentamos el horno a 220º. Marcamos la piel del lomo con un cuchillo haciendo incisiones y lo salamos. En una fuente apta para el horno ponemos las cebollas con un poco de aceite de oliva. Encima colocamos el lomo de cerdo y dejamos 30 minutos en el horno.


2. En un bol mezclamos el zumo de manzana, sidra y azúcar moreno. Removemos para que  el azúcar se disuelva en el líquido y lo añadimos al asado, una vez hayan pasado los 30 minutos, junto con la rama de tomillo. Bajamos la temperatura del horno a 180º y cubrimos la fuente con papel de aluminio. Ya nos podemos olvidar de la carne hasta dentro de 2 horas. Yo pensaba que quedaría duro y seco pero no, estaba suave y delicioso. Eso, que se queda en el horno dos horitas y nosotras aprovechamos para hacer otra cosa. Yo me las pasé pegada a la televisión queriendo saberlo todo de la noticia sorprendente y transcendental.
3. A las dos horas retiramos el papel de aluminio, subimos la temperatura del horno a 200ª y dejamos que la piel del lomo se dore durante 30 minutos más. Verás que tiene mucho jugo todavía por eso nuestro siguiente paso será espesar la salsa. Llevamos a ebullición el jugo y dejamos cocer hasta que espese. Si ves que sigue la salsa demasiado líquida añade un poco de maizena disuelta en agua fría.

Para completar el asado preparé unas endivias y manzanas caramelizadas con romero, receta de Dorie Greenspan. Es muy fácil, ya verás.



 Lavamos las manzanas y las cortamos en trozos. A las endivias les haremos un corte longitudinal. En una sartén ponemos una cucharada de mantequilla  y cuando se haya derretido añadimos las manzanas con la piel hacia arriba y las endivias con las ramas de romero. Las dejamos 20 minutos y les damos la vuelta para que sigan haciéndose otros 20 minutos más. Un puré de patatas y un asado perfecto.


lunes, 4 de febrero de 2013

SALMÓN AHUMADO AL AROMA DE TÉ VERDE




Difícil nombre para una receta del mejor salmón que he comido en mi vida. Al té verde porque al té negro con chocolate o frutos rojos parecía que no me pegaba mucho pero el té queda a vuestra elección. Cuando lo hice con yogur os contaba que quedaba suave, suave y que no tenía ni una pizca de grasa. Me desdigo completamente y no es porque reniegue ahora de aquella receta, no, qué va. Es que el salmón hecho de esta manera queda extrasuave y sin nada, nada de grasa y con un plus de sabor a madera sin haber ni una sola ramita. Desde luego la receta se queda para siempre en casa.

Ingredientes:
1 cucharada de hojas de té
2 cucharadas de arroz sin cocinar
2 cucharadas de azúcar moreno fino
4 filetes de salmón o una pieza grande como la mía

1. Encendemos el horno a 200ºy dejamos que vaya calentando. Forramos una fuente apta para el horno con papel de aluminio y cubrimos con el té, arroz y azúcar. Dejamos en el horno hasta que veamos que el té empieza a humear. Tardará entre 10-15 minutos.
2. Mientras esperamos cortamos otra pieza de papel de aluminio y lo perforamos con un palillo. Cuando veamos que el té está humeando, sacamos la fuente del horno, cubrimos el té con nuestro papel de aluminio perforado y colocamos las piezas de salmón con la piel en contacto con el papel. Si tuvieras una rejilla que pudiera acoplarse a la fuente sería mucho mejor porque el humo podría circular más libremente. Solo tendrías que poner el salmón en la rejilla y meterla en la fuente. Cubrimos la fuente con más papel de aluminio y dejamos en el horno entre 5- 10 minutos depende de lo hecho que te guste el pescado. Antes de servir salamos y terminamos con un poco de aceite de oliva.


Para acompañar puedes preparar una ensalada o rehogar calabacín y zanahoria como yo hice y una mahonesa.
Parece raro pero merece la pena porque no habréis probado nada más suave en vuestra vida. Yo era un poco escéptica con respecto al resultado y me sorprendió, vaya si me sorprendió. Nadie tuvo la sensación esa pesada que a veces deja el salmón. Al contrario, tuvimos una digestión muy tranquila.
Cuando repaso las recetas que hay en el blog, siempre me sorprendo por la poca cantidad que hay con pescado siendo  lo que más comemos en casa. Cada vez que intento hacer fotos me parecen horribles y poco atractivas. Es una pena.

Fuente: Good Food