lunes, 29 de abril de 2013

OSSOBUCCO MILANESE



Ahora entiendo perfectamente a los escritores y su horror al enfrentarse a una página en blanco. Es desesperante pensar y pensar en qué voy a contar que no haya dicho ya. No quiero hablar del tiempo y su cambio repentino, ni de que está buenísima la receta (si no no la subiría, claro) ni de ningún otro tópico, no. Creo que sé por qué es. La semana pasada os prometí que hoy traería una receta con mantequilla y la tengo hecha, que conste, pero quiero que sea una entrada especial y me está costando un poco la investigación. Entonces mi mente vaga de esta carne a la investigación inconclusa y no me centro, no me centro. Y ahora al leer en alto lo poco que he escrito, se me ha ido el hilo. ¡Cuánto admiro a los escritores!

Ingredientes para 4 personas:

4 piezas de osobuco
aceite de oliva
harina
6 zanahorias medianas lavadas, peladas y cortadas en cuadrados
4 ramas de apio también cortadas en cuadrados
1 cebolla roja cortada en juliana
3 dientes de ajo muy picados
1 lata de tomates enteros
350 ml de vino blanco




Este es un plato típico de Milán y no es nada más ni nada menos que una pieza de carne (jarrete) estofada durante cerca de dos horas en vino blanco, una salsa de tomate y otras verduras. Se acompaña de arroz o verduras cocidas y una gremolata para darle cierto frescor. Y ¿qué es la gremolata? Una salsa verde hecha con ajo, perejil y ralladura de limón que se esparce por encima del osobuco justo antes de servirse.
Nos ponemos el delantal y empezamos a cocinar.

1. En una cazuela ponemos a calentar unas cucharadas de aceite de oliva y sellamos las piezas de carne previamente enharinadas y saladas. Una vez selladas las retiramos de la cazuela y reservamos. En esa misma cazuela rehogamos las verduras hasta que estén transparentes. Probablemente hayas tenido que añadir un poco más de aceite. Como ya te he dicho en alguna ocasión no dejes de rascar el fondo de la cazuela con la cuchara de madera para que se desprenda el repegado de la carne. Le va a dar un sabor fantástico al plato.

2. Incorporamos la carne a la cazuela otra vez y vertemos el contenido de la lata de tomates incluido el jugo en el que se conservan. Dejamos que hierva unos minutos y finalmente añadimos el vino blanco. Tapamos y dejamos que cueza durante casi dos horas o veamos que la carne ya está blanda. Esto, claro, si tienes todo el tiempo de mundo ese día y no te importa tener la cazuela chup chup durante tanto tiempo. Si no, te recomiendo 20 minutos en la olla. No sabe igual pero la realidad se impone a los deseos ¿verdad?
Bien la carne ya está hecha. Pero nosotros queremos presentar un plato redondo y nos vamos a liar la manta a la cabeza con un risotto. Entonces, si ves que a la carne le queda media hora, saca otra cazuela, prepara el arroz que empezamos a cocinarlo.




Ingredientes:
1,5 litro de caldo de pollo
50 gr de mantequilla
aceite de oliva
2 ramas de apio finamente picadas
1 cebolla roja mediana finamente picada
2 dientes de ajo también picados muy finamente
350 gr de arroz arborio
azafrán
queso parmesano
vino blanco

1. En la cazuela que tienes preparada vamos a derretir la mantequilla con unas gotas de aceite de oliva y rehogamos la cebolla y el apio unos 15 minutos. Cuando veamos que ya están blandos añadimos el ajo y seguimos rehogando unos 5 minutos más. Seguidamente es el turno del arroz que vamos a rehogar con las verduras 1 minuto. Vertemos un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Iremos incorporando el caldo de pollo con unas hebras de azafrán poco a poco esperando a que el arroz lo vaya absorbiendo antes de añadir más. Cuando el arroz ya esté cocido agregamos el queso parmesano rallado y salpimentamos.

Al servir la carne esparcimos la gremolata por encima junto con el risotto.


jueves, 25 de abril de 2013

TARTINE DE QUESO FRESCO DE CABRA, FRESAS Y RÚCULA



Si ya me sigues y lees de vez en cuando (que tampoco es cuestión de agobiar al personal ni demandar más de lo que una pueda dar) te habrás dado cuenta de que las recetas que encuentras en este blog no son complicadas, salvo honrosas excepciones, y que se preparan rápidamente. Pero lo de hoy no tiene nombre. Y de hecho he estado dudando en si publicarla o no. Y no porque no esté buena, no, es porque tan fácil, tan fácil me daba cosa. El hecho de tener un blog de cocina a veces hace que me complique las cosas un poco a la hora de decidir qué recetas subir y cuáles dejar en el escritorio del ordenador (las pobres fotos me miran con cara de pena). Probablemente esté dejando de lado verdaderas delicias pero es que me parecen tan simples ... En fin, que me arriesgo y os presento esta pequeña tosta que se prepara en un suspiro, es diferente, y que con una copa de vino blanco sienta de maravilla. Ya me dirás qué te parece.

Ingredientes:

pan
queso fresco de cabra
fresas
rúcula
vinagre balsámico

No te doy las cantidades porque variarán en función de los comensales y del apetito que tengan. Cronometra que no sé si llega a 15 minutos la preparación de la tosta.
El desafío de este plato es encontrar un pan decente, cosa más que imposible según donde vivas, claro. Para mí es una misión casi imposible. Así que la alternativa es hacer tu propio pan o comprar uno que sea medio pasable. Como últimamente voy como pollo sin cabeza por todos lados, pues me decanto por la segunda opción.

Ya os avisé de que las fresas eran mi nueva obsesión


Entonces tenemos nuestro pan que vamos a cortar en rebanadas con el grosor que nos parezca oportuno y las dejamos en el horno hasta que estén ligeramente tostadas. Oye, pero que si estás sin tiempo, te apetece y/o no tienes ganas de tostarlas, pues sin tostar y en paz.
Una vez fuera del horno untamos las rebanadas con el queso fresco de cabra, cubrimos con las fresas lavadas y cortadas en trozos, la rúcula y un poco de vinagre balsámico.
¿Hemos llegado a 15 minutos? ¡Huy, parezco Jamie Oliver!

Fuente: Receta de Dorie Greenspan pero con modificaciones.

lunes, 22 de abril de 2013

MUFFINS DE COCO, FRAMBUESAS Y ACEITE DE OLIVA



No digo yo (porque nunca se puede decir de esta agua no beberé) que no vaya a traeros una receta dulce en la que haya mantequilla (de hecho la del próximo lunes la lleva) pero habrá que ir desterrando grasas innecesarias porque el bikini llama a la puerta y como sigamos así no va a poder entrar. Mejor dicho no vamos a poder entrar en el bikini. Se imponen entonces recetas más frescas, con más fruta, con menos arrobas de grasa y menos laboriosas.

Ingredientes:

200 gr de azúcar glas
200 gr de harina bizcochona
50 gr de coco rallado
2 huevos
50 ml de leche
90 gr de aceite de oliva
2 cucharaditas de levadura
1 cucharadita de extracto de vainilla
30 gr de coco en láminas
125 gr de frambuesas

En una hora puedes tener los muffins hechos, la cocina recogida y como te descuides también los muffins comidos y solo unas miguitas en la encimera. De hecho estos tres muffins solitarios son los que han sobrevivido al mayor ataque que ningún muffin haya podido sufrir hasta ahora. No descarto la posibilidad de que ya hayan desaparecido ellos también, los pobres.




Hacer muffins es tan fácil como mezclar en un bol la harina, azúcar, coco rallado y levadura. En otro bol aparte mezclamos los huevos, leche, extracto de vainilla y aceite de oliva. Integramos todos los ingredientes sin mezclarlos demasiado por lo que si hay grumos, no te preocupes. Repartimos la masa en nuestros moldes y terminamos repartiendo las frambuesas y el coco en láminas. Llevamos al horno precalentado a 180º y dejamos 30 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo este salga seco.


jueves, 18 de abril de 2013

TORTITAS DE ESPELTA Y FRESAS




Las palabras tortitas y fin de semana van de la mano, al menos en mi caso. Podríamos calificarlo como el desayuno oficial del fin de semana porque aunque son fáciles de hacer se llevan un poco de tiempo y  sería una falta de respeto engullirlas como engullimos el desayuno durante la semana. No, señores, no. Necesitan su tiempo y sobre todo merecen ser saboreadas con lentitud y sosiego.  Estas en concreto están hechas con harina de espelta y fresas, mi nueva obsesión. Os aviso, queridos lectores, que próximamente veréis un desfile de maravillosas recetas con esta fruta. Yo pienso en fresas y automáticamente viene a mi mente la palabra champán. ¿Por qué será?

Ingredientes:

225 gr de ricotta
125 ml de leche
2 huevos, separadas las claras de las yemas
115 gr de harina de espelta
1 cucharadita de levadura
2 cucharadas de aceite de girasol
fresas
sirope de arce o yogur griego para servir

1. En un bol mezclamos el queso ricotta, la leche y las yemas. Añadimos la harina tamizada y la levadura.

2. En otro bol aparte vamos a montar las claras a punto de nieve no muy firme. Con mucho cuidado para que no se nos bajen demasiado, las mezclamos con los ingredientes del primer bol. Veréis que os queda así.

una masa suave y sobre todo muy esponjosa


3. Engrasamos la plancha en la que vayamos a hacer las tortitas con un poco de aceite y vamos echando cucharadas de la masa. Yo uso una cuchara de servir helados para que todas tengan más o menos el mismo tamaño. Cuando veamos que la masa empieza a hacer burbujas es que está lista para darle la vuelta. Antes vamos a añadir unos trozos de fresa. Damos la vuelta con cuidado y dejamos que se hagan por el otro lado.



Son unas tortitas suaves, esponjosas y con el sabor ácido de las fresas. El sirope de arce parece el típico acompañamiento pero introducir cambios de vez en cuando está muy bien. Veamos ¿qué os parece un poco de yogur griego con más fresas? Esta fue mi opción y me encantó.
Que tengáis un buen desayuno de fin de semana.

Fuente: From Season to Season, Sophie Dahl


lunes, 15 de abril de 2013

RISOTTO DE CEBADA Y REMOLACHA ASADA



O más bien debería decir falso risotto porque es bien sabido que el risotto se hace con arroz y no con cebada. La cebada, esa gran desconocida por lo menos en mi caso. Investigando y mirando he aprendido que es un cereal en consumo más antiguo que el trigo, que tiene más proteínas y menos gluten, lo cual no lo hace apto para celiacos. Tiene vitaminas del grupo B, ácido fólico, vitamina K, ayuda a limpiar el hígado y los riñones y es muy digestible entre otras propiedades porque la lista de beneficios que aporta este cereal es larguísima. Puedo dar fe de que facilita la digestión  porque no sentí ninguna sensación de pesadez en el estómago. En fin, que es un cereal digno de añadir a nuestra dieta y con el que estoy empezando a cocinar. De momento he hecho sopas y este risotto.


Ingredientes para 4 personas:

500 gr de remolacha
2 cebollas moradas
2 dientes de ajo
jengibre rallado
400 gr de cebada
200 ml de vino blanco
caldo de verduras
ralladura y zumo de un limón
50 gr de queso parmesano rallado
hierbabuena
tomillo
1 cucharada de créme fraiche

La cebada es un cereal que necesita una cocción prolongada por lo que la noche anterior la dejaremos en remojo igual que hacemos con las legumbres para una cocción más rápida.

1. Envolvemos las remolachas en papel de cocina o papel de aluminio y las asamos en el horno durante unos 40 minutos aproximadamente o hasta que estén hechas. Una vez asadas las sacamos del horno y dejamos que se enfríen para poder pelarlas y cortarlas en cuadrados. Es mejor que esta operación la hagamos con guantes de látex para no tener las manos manchadas.




2. En una cazuela ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y rehogamos la cebolla hasta que tenga un color transparente. Añadimos el ajo majado y el jengibre rallado. Seguimos rehogando durante 2 minutos más. Ahora es el momento de incorporar la cebada y rehogarla junto con la cebolla. Vertemos el vino y dejamos que se evapore el alcohol. Empezamos a añadir el caldo poco a poco como si estuviéramos haciendo un risotto con arroz en vez de con cebada.

3. Cuando ya solo le queden unos minutos a la cebada para estar cocinada incorporamos la ralladura y el zumo del limón junto con el queso parmesano rallado y la cucharada de créme fraiche. Finalmente agregamos la remolacha. Remueve todo bien para que tenga ese bonito color y solo queda añadir un poco de tomillo y la hierbabuena. Salpimentamos y listo para comer.


jueves, 11 de abril de 2013

BUNDT CAKE DE NARANJA, ACEITE DE OLIVA Y LICOR DE AVELLANAS




Me he dado cuenta de que este año he subido numerosas recetas en las que o bien el principal ingrediente era la naranja o figuraba como actriz secundaria: ensaladas (esta y esta), carnes (esta y esta)  y ahora bizcochos. La verdad es que este año han sido tan buenas y dulces que no he podido resistirme a comprarlas en cantidades industriales. Las bolsas caían inmediatamente. Ahora que la temporada de esta fruta ya llega a su fin, he querido traeros esta última receta (ya encontraré alguna naranja medio decente para preparar algo, lo veo venir) en la que además no hay mantequilla a pesar de ser un bizcocho. Pero, así, como de regalo, le he añadido un chorrito de Frangelico para alegrarnos las mañanas o tardes.
A propósito, anoche empezó Masterchef.  Supongo que todos los aficionados a la gastronomía estábamos esperando un programa decente sobre cocina. Voy a esperar a la próxima semana para dar mi opinión porque hubo algunas cosas que me chirriaron un poco. Antes de destripar el programa completamente voy a darle otra oportunidad aunque eso de ir el jueves con la ojera puesta y medio zombi me va a costar mucho.

Ingredientes:

3 naranjas
435 gr de harina
1 cucharada y media de levadura
1 cucharadita de sal
5 huevos
660 gr de azúcar
240 ml de aceite de oliva

1. Si no tenemos la suerte de encontrar naranjas de producción ecológica, tendremos que lavarlas muy, muy bien para rallar la piel. Las exprimimos y reservamos el zumo.

2. Mezclamos la harina, levadura y sal en un bol aparte.



3. Batimos los huevos con la ayuda de un robot a velocidad media 1 minuto. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que la mezcla tenga un color blanquecino. Vamos incorporando la mezcla del bol poco a poco alternando con el aceite de oliva.

4. Finalmente vertemos el zumo de naranja y el chorro de Frangelico junto con la ralladura. Mezclamos y vertemos en el molde previamente engrasado para llevarlo al horno a 180º durante una hora y cuarto o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio.

Al sacarlo del horno dejamos que se enfríe y antes de servir espolvoreamos con azúcar glas.
A pesar de ser un bizcocho denso, como todos los Bundt Cakes, no resulta pesado al no llevar mantequilla. Sin sentimientos de culpa a no ser que tomes medio bizcocho, claro.


lunes, 8 de abril de 2013

POLLO ASADO RELLENO DE CUSCÚS


La primera y única vez que comí cuscús en Marruecos fue una decepción total y absoluta. Ya lo había preparado en casa en alguna que otra ocasión pero estaba segura de que el real, el de verdad debía estar mucho mejor, más especiado y con un sabor mucho más especial. Me equivoqué pero viendo quiénes estábamos sentados a la mesa tampoco era de extrañar que me pareciera un poco insulso. Era una excursión de turistas y allí estábamos americanos, franceses, noruegos y unos españoles. Vamos, un cuadro. Claro, imposible que pudieran condimentar el cuscús como Dios manda. En fin, espero poder probar uno de verdad la próxima vez que vaya, si hay próxima vez.

Ingredientes:

1 pollo
3 dientes de ajo
aceite
orégano
cúrcuma
el zumo de media mandarina
100 ml de caldo de pollo

Esa salsa de color amarillo no esta otra cosa que la cúrcuma. Me he aficionado a ella y la tengo a mano. Vamos, tan a mano, que raro es el plato que últimamente no lleva su dosis de esta especia oriunda de India.
Vamos con la receta. Limpiamos el pollo, lo lavamos y secamos muy bien. En un mortero majamos los dientes de ajo con un poco de sal para que no se nos escapen. No hay nada más molesto que estar majando ajo y que de repente salga un trozo disparado. Me ha pasado en varias ocasiones. Una vez que tengamos una pasta añadimos el aceite, orégano y cúrcuma. Salamos el pollo por dentro y por fuera y lo rebozamos con la mezcla del mortero también por dentro y por fuera. Vamos a darle un buen masaje para que se impregne bien de todos los sabores.
Lo ponemos en una fuente apta para el horno y esperamos a que nuestro cuscús esté listo.

Para el cuscús:

cuscús
comino
pimentón
orejones
pasas
almendras en láminas
pipas de calabaza



Podría seguir con la lista de ingredientes a añadir a vuestro cuscús porque admite todo lo que queráis. Preparamos el cuscús siguiendo las recomendaciones del fabricante y le añadimos las especias e ingredientes que tengáis preparados. Procedemos a rellenar el pollo y si os sobra cuscús, no os deshagáis de él, servidlo en un cuenco aparte por si alguien quiere tomar más. Ahora sí os digo que os parecerá soso comparado con el que hemos utilizado para rellenar el pollo. Este es una delicia porque se ha estado cocinando con el ajo, la cúrcuma y el zumo de media mandarina.




Seguimos por partes, que me atropello. A ver, nos hemos quedado rellenado la cavidad del pollo y la vamos a cerrar con media mandarina para que no se nos escape nada de nada, que los jugos se queden dentro.
Regamos el pollo con el zumo de media mandarina y añadimos el caldo de pollo. Llevamos al horno y dejamos que se ase durante entre 60-90 minutos dependiendo del tamaño del pollo.
Después hay que dejarlo reposar como unos 10 minutos. Vaciad el pollo y servidlo como más os guste: entero o trinchado pero con el cuscús al lado. Decoramos con granada.
Este es un plato que verdaderamente merece la pena preparar.

jueves, 4 de abril de 2013

CRUMBLE DE RUIBARBO, FRESAS Y MANZANAS




Y por fin nuestros caminos se cruzaron. Me refiero al ruibarbo. Llevaba años detrás de esta verdura-fruta, desde que estuve en Irlanda y me cautivó el color vibrante de sus tallos y los pasteles y compotas en los que era el protagonista principal. Y yo también quería hacer esas maravillas aquí en España pero era incapaz de encontrarlo. No aparecía ni vivo ni muerto. Al fin, estas vacaciones pude conseguir una bandeja y la he aprovechado para hacer este delicioso crumble. Veréis que en muchas recetas anglosajonas aparece asociado a las fresas porque comparten estación y casan perfectamente. De todas maneras no dejes de hacer esta receta aunque no encuentres el ruibarbo. Solo tienes que aumentar la cantidad de fresas.

Ingredientes para 6-8 personas:

350 gr de ruibarbo
2 manzanas
255 gr de fresas
1 cucharada de zumo de limón
50 gr de azúcar
ralladura de una naranja

Vamos a mezclar la fruta ya pelada y cortada en trozos con el azúcar, zumo de limón y ralladura de naranja. Dejamos que repose durante 30 minutos.




Para el crumble:

90 gr de harina
100 gr de azúcar moscovado
40 gr de nueces picadas
30 gr de pistachos picados
35 gr de avena
85 gr de mantequilla

En un bol mezclamos los frutos secos, avena y harina hasta que todo esté bien integrado. Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente y empezamos a trabajar la mezcla con los dedos hasta que tenga la apariencia de migas. Llevamos a la nevera unos minutos.

Repartimos la fruta en la fuente o ramekin en la que vayamos a preparar el postre y cubrimos generosamente con el crumble. Llevamos al horno a 180º durante 30-35 minutos hasta que la cubierta tenga un bonito color dorado. Podemos servir con helado, yogur o custard.

Fuente: La Tartine Gourmande, Béatrice Peltre

lunes, 1 de abril de 2013

CAZUELA DE CERDO CON NARANJA, ACEITUNAS NEGRAS Y TOMATES SECOS




Aunque la primavera se supone que ha llegado y se me van los ojos en el mercado detrás de las verduras típicas de esa estación para preparar platos más ligeros, la temperatura y, sobre todo, la lluvia dicen lo contrario. De hecho aconsejan algún que otro guiso sabroso a la semana para entrar en calor. Y según parece aún seguiremos así toda la semana. Esta mañana salió el sol unas horas y me parecía mentira poder disfrutar de su luz así que me calcé las gafas de sol y a tomar el sol un ratito. Mi gozo en un pozo, la lluvia ha vuelto.


Ingredientes para 6 personas:

85 gr de tomates secos en aceite de oliva
1 kg de babilla de cerdo en trozos
harina
400 gr de chalotas
1 cebolla picada
3 hojas de laurel
tomillo
400 ml de vino tinto
ralladura y zumo de una naranja
1 lata de tomates enteros
800 gr de patatas nuevas
70 gr de aceitunas

1. Cubrimos el fondo de una cazuela apta parar el horno con un par de cucharadas del aceite de oliva de los tomates. Verás qué sabor le da al guiso y lo bien que huele mientras rehogamos la carne previamente salpimentada y rebozada en harina. Notarás que al sellarla se va quedando una costra en el fondo, que parece que se te va a quemar el guiso. No te preocupes porque después saldrá cuando añadamos las cebollas. Reservamos la carne aparte.


2. Añadimos las chalotas, cebolla, hojas de laurel y tomillo para rehogarlos durante unos 5 minutos más o menos. Después incorporamos el ajo,  los tomates y dejamos que se hagan con las cebollas. Finalmente volvemos a añadir la carne de cerdo.

3. Vertemos el vino, el zumo de la naranja, su ralladura y dejamos que hierva todo junto unos cinco minutos más.

4. Antes de llevar la cazuela al horno agregamos los tomates en trozos, las patatas enteras si son pequeñas y las aceitunas negras. Tapamos con papel de aluminio y dejamos que se haga en el horno a 160º durante 2 horas o hasta que veamos que la carne está blanda.

Si no tienes una cazuela apta para el horno lo que puedes hacer es rehogar todo en una cazuela normal y después pasarlo a una fuente.

Fuente: Good Food