Ahora entiendo perfectamente a los escritores y su horror al enfrentarse a una página en blanco. Es desesperante pensar y pensar en qué voy a contar que no haya dicho ya. No quiero hablar del tiempo y su cambio repentino, ni de que está buenísima la receta (si no no la subiría, claro) ni de ningún otro tópico, no. Creo que sé por qué es. La semana pasada os prometí que hoy traería una receta con mantequilla y la tengo hecha, que conste, pero quiero que sea una entrada especial y me está costando un poco la investigación. Entonces mi mente vaga de esta carne a la investigación inconclusa y no me centro, no me centro. Y ahora al leer en alto lo poco que he escrito, se me ha ido el hilo. ¡Cuánto admiro a los escritores!
Ingredientes para 4 personas:
4 piezas de osobuco
aceite de oliva
harina
6 zanahorias medianas lavadas, peladas y cortadas en cuadrados
4 ramas de apio también cortadas en cuadrados
1 cebolla roja cortada en juliana
3 dientes de ajo muy picados
1 lata de tomates enteros
350 ml de vino blanco
Este es un plato típico de Milán y no es nada más ni nada menos que una pieza de carne (jarrete) estofada durante cerca de dos horas en vino blanco, una salsa de tomate y otras verduras. Se acompaña de arroz o verduras cocidas y una gremolata para darle cierto frescor. Y ¿qué es la gremolata? Una salsa verde hecha con ajo, perejil y ralladura de limón que se esparce por encima del osobuco justo antes de servirse.
Nos ponemos el delantal y empezamos a cocinar.
1. En una cazuela ponemos a calentar unas cucharadas de aceite de oliva y sellamos las piezas de carne previamente enharinadas y saladas. Una vez selladas las retiramos de la cazuela y reservamos. En esa misma cazuela rehogamos las verduras hasta que estén transparentes. Probablemente hayas tenido que añadir un poco más de aceite. Como ya te he dicho en alguna ocasión no dejes de rascar el fondo de la cazuela con la cuchara de madera para que se desprenda el repegado de la carne. Le va a dar un sabor fantástico al plato.
2. Incorporamos la carne a la cazuela otra vez y vertemos el contenido de la lata de tomates incluido el jugo en el que se conservan. Dejamos que hierva unos minutos y finalmente añadimos el vino blanco. Tapamos y dejamos que cueza durante casi dos horas o veamos que la carne ya está blanda. Esto, claro, si tienes todo el tiempo de mundo ese día y no te importa tener la cazuela chup chup durante tanto tiempo. Si no, te recomiendo 20 minutos en la olla. No sabe igual pero la realidad se impone a los deseos ¿verdad?
Bien la carne ya está hecha. Pero nosotros queremos presentar un plato redondo y nos vamos a liar la manta a la cabeza con un risotto. Entonces, si ves que a la carne le queda media hora, saca otra cazuela, prepara el arroz que empezamos a cocinarlo.
Ingredientes:
1,5 litro de caldo de pollo
50 gr de mantequilla
aceite de oliva
2 ramas de apio finamente picadas
1 cebolla roja mediana finamente picada
2 dientes de ajo también picados muy finamente
350 gr de arroz arborio
azafrán
queso parmesano
vino blanco
1. En la cazuela que tienes preparada vamos a derretir la mantequilla con unas gotas de aceite de oliva y rehogamos la cebolla y el apio unos 15 minutos. Cuando veamos que ya están blandos añadimos el ajo y seguimos rehogando unos 5 minutos más. Seguidamente es el turno del arroz que vamos a rehogar con las verduras 1 minuto. Vertemos un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Iremos incorporando el caldo de pollo con unas hebras de azafrán poco a poco esperando a que el arroz lo vaya absorbiendo antes de añadir más. Cuando el arroz ya esté cocido agregamos el queso parmesano rallado y salpimentamos.
Al servir la carne esparcimos la gremolata por encima junto con el risotto.