miércoles, 29 de febrero de 2012

TERNERA SICHUAN CON ARROZ AL TÉ DE MANZANA



Las chicas de Film and Food nos proponían como reto del mes de febrero preparar una receta oriental y que tuviera algún tipo de significado especial para nosotros. Sinceramente, aunque he escarbado en mi memoria, no he encontrado ninguna receta oriental a la que tuviera un cariño especial. Sí que me parecía de lo más exótico comer en un restaurante chino cuando tenía muchos años menos de los que gasto ahora. Y hasta aquí mi experiencia oriental.

Ingredientes:

1 cucharada de jerez
2 cucharadas de salsa de soja
2 cucharadas de miel
4 cucharadas de zumo de naranja
pimienta blanca
aceite  de sésamo
100 gr de champiñones
2 filetes de ternera no muy gorditos

1. Cortamos nuestros filetes en tiras y reservamos. Mezclamos el jerez, miel, soja, aceite y zumo de naranja y dejamos la carne marinando durante 15 minutos al menos.
2. En un wok bien caliente salteamos la carne hasta que esté dorada. Reservamos. Hacemos lo mismo con los champiñones que habremos cortado en trozos. Reservamos junto con la carne.


3. En el mismo wok dejamos que la salsa cueza y reduzca. Añadimos nuestra carne y champiñones y dejamos que la carne se impregne de la salsa, que se peguen bien.
Servimos con un poco de arroz blanco que coceremos en agua con una bolsa de té. En este caso he usado té de manzana. Para terminar el plato podemos completar la carne y el arroz con unas rodajas de naranja para que le den un poco de frescura.

lunes, 27 de febrero de 2012

CREMA DE COLIFLOR Y QUESO CHEDDAR CON CROUTONS DE MOSTAZA




Érase una vez una crema de coliflor que no sabía nada de nada a coliflor. Cuando la cocinera del castillo anunció a bombo y platillo que iba a probar una receta nueva con esa verdura de color blanco, los comensales torcieron el gesto y dijeron que no pensaban probar semejante brebaje cuyas consecuencias sobre la salud humana consideraban más que dudosas. La pobre cocinera estaba segura de que la receta iba a funcionar y que el público iba a quedar satisfecho y no se desanimó. Así que ni corta ni perezosa se puso el delantal y empezó a preparar una crema que iba a dejar asombrados a todos los que la probaran porque, no se sabe por qué extraña razón, no se notaba el sabor de la denostada verdura. Mientras la crema se cocía y se le iban añadiendo ingredientes, la hambrienta multitud pedía a gritos probarla sin saber qué contenía. Una vez en la mesa, se hizo el silencio y solo se podía oír el ruido de las cucharas golpeando los platos y un "¿no hay más?" Desde ese día la cocinera siguió preparando esa crema en numerosas ocasiones en la soledad de su cocina sin contar jamás cuál era el ingrediente estrella: la coliflor.

Ingredientes:
aceite de oliva
2 chalotas
1 cebolla
1 patata grande pelada y cortada en trozos pequeños
2 dientes de ajo
830 ml de caldo de verduras
340 gr de coliflor cortada en ramos pequeños
45 gr de queso cheddar rallado
2 cucharaditas de mostaza



Para los croutons:
pan
aceite
mostaza
sal

1. Vamos a empezar haciendo nuestros croutons. Para ello podemos cortar el pan  en trozos con un cuchillo o con las manos y lo ponemos en una fuente para el horno. Yo lo partí con la mano porque así daba un aspecto rústico al plato. En un bol mezclamos el aceite y la mostaza y después embadurnamos los trozos de pan con esta mezcla. Horneamos entre 10-15 minutos o hasta que el pan esté dorado. Puedes hacer una gran cantidad y luego guardarlos en un bote y añadirlo a sopas, ensaladas y todo lo que se te pueda ocurrir. De igual modo puedes jugar con distintos sabores y especias. ¡Ah! Una vez fuera del horno, debes ser fuerte y no zampártelos todos porque así, calentitos, están buenísimos.

2. En una cazuela rehogamos las chalotas y cebolla con aceite de oliva hasta que la última esté transparente. Añadimos la patata, cubrimos y dejamos que se haga durante unos 4 minutos. Incorporamos el ajo y el caldo y dejamos cocer hasta que la patata esté blanda. En este momento, añadimos nuestra coliflor y dejamos unos 5 minutos o hasta que esté blanda. Recuerda que se hará más rápido si la tienes cortada en pequeñas flores.


3. Trituramos, añadimos la mitad del queso cheddar y la mostaza. Si te ha quedado espesa puedes añadir más líquido y rectificar la sal.
Servir en un plato o cuenco con el resto del queso cheddar, los croutons y un chorro de aceite de oliva.

Fuente: Super Natural Every Day, Heidi Swanson.

sábado, 25 de febrero de 2012

NARANJAS A LA MIEL CON SABAYÓN DE VAINILLA





Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de febrero nos invita a preparar un postre de la cocina italiana: Sabayón.

¿Qué es el sabayón? Es una crema con una textura entre las natillas y la mousse y que se hace batiendo yemas, azúcar y vino dulce al Baño María hasta que triplique su volumen. Se sirve frío y/o caliente. Nació en Italia y posteriormente fue llevado a Francia por Catalina de Médicis y sus cocineros, que empezaron a crear helados basados en esta crema.

Ingredientes:

1 naranja
2 cucharadas de miel
1 cucharada de azúcar moreno
mantequilla
brandy
2 yemas
2 cucharadas de vino blanco
2 cucharadas de azúcar
vainilla

1. Pelamos la naranja y la cortamos en trozos pequeños. Mientras en una sartén añadimos una nuez de mantequilla y la miel. Cuando la miel esté derretida agregamos los trozos de naranja, el azúcar moreno y el brandy. Dejamos que se evapore el líquido y se caramelicen los trozos de naranja.


2. Ponemos una cazuela con agua al fuego y encima un bol en el que vamos a batir las yemas, azúcar, vino y vainilla a fuego muy suave hasta que tripliquen su volumen. Retiramos del fuego y seguimos batiendo unos minutos más.
3. En unas copas o vasos servimos la naranja y encima el sabayón. Decoramos con unas hojas de menta.
Es un postre muy fácil y rápido de preparar que incluso podemos tener listo con antelación.

miércoles, 22 de febrero de 2012

COQ AU VIN





O mejor, poulet porque el gallo es como un mito para mí. No, no es que no lo conozca o no lo haya visto nunca, es que nunca lo he probado porque no lo encuentro. Es como el ruibarbo, sé que existe porque encuentro recetas  pero no lo he visto nunca en vivo. Bueno, este es un guiso de los que reponen el cuerpo y la mente. Me gustan los guisos, llevan su tiempo (esa cosa que corre como un perdigón) y eso es de lo que carecemos, de tiempo. ¡Qué pena! No hay tiempo para hacer cosas importantes y sí para perderlo en tonterías. Pero si se dispone de él, creo que no hay nada mejor que una cazuela haciendo chup chup y el olor que sale de ella. Esta receta la podéis encontrar en Home Cooking Made Easy de Lorraine Pascale. La he simplificado un poco.

Ingredientes para 4 personas:

8 muslos de pollo y sus contramuslos
140 gr de panceta
1 zanahoria
2 cebolletas
cebollitas francesas (opcional)
romero
1 hoja de laurel
1 diente de ajo
150gr de champiñones
harina
550 ml de vino tinto
400 ml de caldo de pollo (opcional)

1. Salpimentamos los muslos de pollo y los contramuslos, los pasamos por un poco de harina y los doramos en una cazuela con un poco de aceite. Se trata de sellarlos y lo más normal es que se peguen un poco. No te preocupes por ello porque luego ese repegado va a salir cuando rehoguemos las cebolletas y las va a dorar. Reservamos.
2. En este momento añadimos la panceta cortada en dados y cuando esté dorada y crujiente la reservamos con el pollo. Es ahora cuando agregamos nuestras cebolletas y damos vueltas para que recojan el repegado del pollo. Incorporamos las cebollas francesas, ajo, romero, hoja de laurel, champiñones y una cucharadita de harina para que la salsa espese.



Rehogamos hasta que la harina cambie de color. Entonces vertemos el vino tinto y el caldo. Yo no usé caldo y sí cubrí todo con un buen vino, uno que sí bebería. No arruines un guiso tan estupendo con uno de mala calidad. Incorporamos el pollo y la panceta y dejamos que cueza lentamente entre 20-40 minutos o hasta que el pollo esté hecho. La salsa irá espesando. Unos diez minutos antes de apagar el fuego será el momento de añadir las zanahorias.
Si al terminar de cocer el pollo ves que la salsa está demasiado líquida, saca el pollo y deja que siga cociendo hasta que adquiera la consistencia que a ti más te guste.
Como todos los guisos está mejor al día siguiente. Y si tienes tiempo no dejes pasar la oportunidad de prepararlo. Espero que te guste.

sábado, 18 de febrero de 2012

PANES DE VIENA




Whole Kitchen en su propuesta Salada para el mes de febrero nos invita a preparar un pan básico con masa madre.

Oh, oh, pensé. Este reto va a ser un desastre porque mi relación con las masas no es del todo buena. De hecho, es manifiestamente mejorable. Y no es que no lo haya intentado, que lo he hecho, pero mis experimentos han ido acabando en el cubo de la basura. No sé si es por la levadura, la harina, no tengo ni idea de cómo se hacen los panes o simplemente falta de paciencia. Cada vez que he tenido una masa levando tapadita, me acercaba y levantaba la toalla para ver cómo iba el asunto. Era como  cuando de pequeña tenía los pollitos esos de colores que siempre los estaba mirando por si tenían frío, hambre o se aburrían. En fin, que en algún momento del proceso metía la pata. Incluso con la panificadora. Sí, un desastre. Así que este reto me lo tomé en serio, muy en serio, y algo decente ha salido. De aquí en adelante solo me queda mejorar. Esta vez he dejado la masa crecer en la intimidad y sin molestarla. ¿Será por eso que ha salido bien?

Ingredientes:

500 gr de harina fuerte
15 gr de levadura prensada
1 1/2 dl de leche
50 gr de mantequilla
3 gr de azúcar
1 1/2 dl de agua 10 gr de sal

1. Se prepara una masa levadura con cien gramos de harina, medio decilitro de agua templada y la levadura disuelta en ella. Se hace una bola de masa un poco pegajosa y se pone en un cazo con agua templada hasta que flota en la superficie, que es cuando está a punto. Os podéis imaginar que en este punto miraba y miraba el cazo para ver si aquello era otro fiasco o funcionaba. Para mi alivio, funcionó. La masa flotó.



2. En la cubeta de la panificadora echamos los líquidos (agua, leche), mantequilla, azúcar, harina, sal y la masa de levadura. Marcamos el programa 6 de amasado y durante una hora y media la panificadora hace su trabajo mientras nosotras nos dedicamos a otros menesteres.
3. Cuando la masa ya ha levado, se pone sobre la superficie de trabajo y se hace un rollo largo con la masa, se corta en partes iguales y se forman las barritas de viena. Se les hacen tres cortes, se ponen sobre una placa, se tapan y se dejan que doblen. Antes de meterlas al horno se bañan con un pincel mojado en agua y se dejan en el horno a 200º hasta que estén cocidas y doraditas. El tiempo depende de cada horno pero sabréis que están listas porque la casa se va a inundar de un más que agradable olor a pan.
A partir de ahora el pan se va a hacer en casa. Ya no hay miedo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

BIZCOCHO DE MANZANA Y NUECES CON STREUSEL DE NUECES




¡Cuántas nueces hay en esta receta! estaréis pensando. No tantas y tampoco se notan tanto. He hecho este bizcocho dos veces en la última semana. La primera vez seguí la receta original que podéis encontrar en uno de mis blogs preferidos, leplaisirdesmets. No pude hacer foto porque antes de que pudiera tomarla ya lo habían cortado para comérselo y no quedaba fotogénico, pobre. La segunda vez ha sido esta tarde rápido, rápido porque me quedaba sin luz y otra vez no iba a tener  fotos. ¡Qué ganas de que las tardes sean largas y no tener que correr para todo! Mientras iba preparando los ingredientes, se me ocurrió la idea de añadirle un streusel y, la verdad, es que le sienta muy bien. Lo único, es que hay que tener cuidado si utilizáis azúcar moreno porque se tuesta rápidamente y tendréis que cubrirlo para que no se os achicharre.

Ingredientes:

3 manzanas ( yo usé una grande)
20 dl de leche
8 dl de aceite
2 huevos
200 gr de harina
1/2 sobre de levadura
100 gr de nueces
120 gr de azúcar
vainilla
canela

Para el streusel:
azúcar moreno
mantequilla
nueces

1. Pelamos las manzanas y las cortamos en trozos pequeños, las ponemos en un cuenco y las dejamos macerar junto con la canela. Reservamos.
2. En un bol mezclamos todos los ingredientes secos por un lado y en otro mezclamos la leche, aceite, los huevos batidos y las manzanas ya maceradas. Juntamos las dos mezclas y dejamos reposar justo el tiempo necesario para preparar nuestro streusel.



3. Para ello usaremos un robot por el que pasaremos el azúcar moreno, mantequilla y nueces. No os doy las medidas porque fue una idea sobre la marcha y no anoté las cantidades. Cubrimos la superficie de nuestro bizcocho con el streusel y dejamos cocer en el horno unos 30-40 minutos o hasta que al pinchar la masa con un palillo este salga limpio.
La cobertura crujiente le da un punto muy especial al bizcocho y la cocina huele muy bien mientras se cuece en el horno. Este es el desayuno de mañana y, bueno, también el postre de la cena. Débil que es una.

domingo, 12 de febrero de 2012

CALDERETA DE RAPE AL AZAFRÁN



No os perdáis la salsa de este guiso porque decididamente no es de este mundo. O bien te la vas a comer a cucharadas o vas necesitar toda una barrra de pan para pringar. 

Ingredientes para 6 personas:

400 gr de rape en tacos
4 cebollas
2 pimientos verdes
3 dientes de ajo
5 tomates 1dl de vino blanco
2 dl de caldo de pescado
aceite de oliva
sal
Para el majado:
20 galletas saladas
50 gr de avellanas molidas
3 yemas cocidas
hebras de azafrán

Reduje las cantidades a la mitad porque me parecía demasiada verdura en comparación con la cantidad de pescado y, aún así, me sobró salsa. Ahora mismo está congelada esperando tranquilita a que llegue el momento de usarla en algún otro guiso. No la tiréis, que es pecado y de los gordos.

1. Pelamos y cortamos la cebolla y el pimiento en juliana. Rehogamos y cuando veamos que haya cambiado de color añadimos el ajo. 
2. Pelamos los tomates, cortamos y retiramos las semillas. Los agregamos a las verduras y dejamos que se evapore el líquido que suelen soltar los tomates. 


3. En este momento vertemos el vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Añadimos el caldo y cocemos. En este paso decidí triturar las verduras para que no se notaran demasiado. Ya sabéis, los "delicaos".
4. Para el majado empezamos tostando las hebras de azafrán. Luego las vamos a machacar en un mortero con las galletas, las avellanas y las yemas. Añadimos al guiso y dejamos que espese.
5. Finalmente añadimos nuestro pescado fuera del fuego ya que el calor de la cazuela será suficiente para que se haga. 
Servir acompañado de unas patatas cocidas. Solo necesitáis 20 minutos para preparar un plato tan bueno.

Fuente: Hoy invito yo, Telva cocina.

viernes, 10 de febrero de 2012

ENSALADA TEMPLADA DE BRÉCOL





El nombre original de esta receta es "brécol asado con anchoas, perejil y ajo" y es de Andrea Reusing. El problema es que de la receta original queda más bien poco por todos los cambios que le hecho. Cada uno adapta las recetas a los gustos de su familia y si el brécol lo cuezo y luego lo gratino, tiene muchas posibilidades de acabar en el cubo de la basura o que yo me dé una sobredosis de esta rica verdura, en mi opinión. Como ninguna de las dos alternativas me gustaba, pues a versionar se ha dicho.

Ingredientes:
brécol
aceite
anchoas
perejil
ajo
tomates cherry (licencia mía)
lima (también licencia mía)

1. Os cuento la receta original y mi versión. Ponemos una cazuela al fuego con agua y cuando esté en ebullición añadimos el brécol separado en ramas. Cocemos unos diez minutos y escurrimos. Una vez que hemos secado el brécol, lo rocíamos con un poco de aceite y lo llevamos al horno a que se gratine.
Yo escaldé el brécol escasamente unos tres minutos y llevé al horno unos 5 minutos. De esta manera no quedó crudo pero tampoco hecho. Al hacerlo así conservó ese bonito color verde que veis en las fotos.  En casa hay fobia a las verduras muy cocidas, muy asadas o muy hechas.



2. Mientras, preparamos una vinagreta con el resto de los ingredientes. En un bol ponemos los filetes de anchoas, el ajo, los tomates cherry y el perejil todo picado. Añadimos ralladura de limón o lima y su zumo y un poco de aceite. Aliñamos el brécol con esta vinagreta y servimos acompañando un plato de pescado o carne.
Os va a sorprender porque el brécol templado va a absorber los demás sabores y verdaderamente está muy bueno. Fue un éxito y eso es mucho.

martes, 7 de febrero de 2012

VICTORIA SPONGE CAKE CON MERMELADA DE FRESAS Y VAINILLA




Happy birthday, Mr. Dickens! Hoy celebramos el segundo centenario del nacimiento de uno de los más grandes escritores de la literatura mundial. Un hombre que escribió sobre las injusticias sociales de una de las épocas más fascinantes en la historia  del Reino Unido: la época victoriana. Es en el periodo que discurre entre 1837-1901 en el que la sociedad británica sufrió una gran transformación: se inventaron el telégrafo y el teléfono, se hicieron las primeras fotos y se vieron las primeras películas, aparecieron los primeros helados industriales, sellos, tarjetas de Navidad, buzones de correo, Sherlock Holmes y Drácula podían leerse por primera vez y rivalizaban con Jack el Destripador, se sustituye el alumbrado de gas por la electricidad en el centro de Londres y queda institucionalizada la ceremonia del té.



 Fue la Duquesa de Bedford la que pidió a sus criados que, a media tarde, le sirvieran té acompañado de sandwiches y dulces para entretener la espera antes de la cena. Esta novedad se convirtió en costumbre y después en tradición.
Imagino que uno de los pasteles que se serviría en estas reuniones sería el Victoria Sponge Cake, que recibe su nombre de la Reina Victoria. Yo os propongo la receta tal y como se tomaba en aquella época, con mermelada de fresas, aunque actualmente también se sirve con una capa de nata.

Ingredientes:
4 huevos
mantequilla
azúcar
harina bizcochona

¿Y las medidas? Pues para saber la cantidad de mantequilla, azúcar y harina necesarias tendremos que pesar los huevos con cáscaras y esa será la cantidad de los ingredientes que vamos a usar. En mi caso fueron 230 gr. Así era la forma de hacerla y así es como la encontraréis en British Baking de Peyton and Byrne. Una delicia de libro. Seguimos.


En un robot batimos la mantequilla y el azúcar hasta que tengamos una crema pálida y esponjosa. Añadimos los huevos de uno en uno y esperamos a que se vayan incorporando a la masa. Ya solo nos queda agregar la harina bizcochona. Vertemos en nuestro molde y cocinamos en el horno previamente calentado durante 35-40 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio. Veréis que es una masa densa y queda un bizcocho fenomenal.
Ahora esperamos a que se haya enfriado completamente y cortamos el bizcocho de manera que nos queden dos discos. Extendemos nuestra mermelada y una capa de nata si queremos. Puedes añadir más fresas en este momento para enriquecer el cake. Cubrimos con el otro disco y espolvoreamos con azúcar glas.


Para la mermelada de fresas y vainilla usaremos 400 gr de fresas, 200 de azúcar, un chorrito de brandy y vainilla. Lo pondremos todo en una cacerola y dejaremos cocer unos 20 minutos o haya alcanzado la consistencia propia de la mermelada. La vainilla le da un toque especial a las fresas.
Quizás Mr. Dickens tomara un trozo de este maravilloso cake en alguna de las reuniones a las que le gustaba asistir.

domingo, 5 de febrero de 2012

COSTILLAR DE CERDO CON SALSA DE FRAMBUESAS




Me gusta cocinar la carne con frutas y/o verduras porque no soy muy carnívora que digamos y el contraste de sabores me ayuda un poco a comerla. En esta receta las costillas quedan muy tiernas y jugosas porque primero las vamos a cocer, con lo que para empezar pierden un poco de la grasa que tienen y al acabarlas al horno también se quedan crujientes. Deben quedar fantásticas en la barbacoa pero ahora no está el tiempo para pasar un rato en el patio. 

Ingredientes para 4 personas:

1 kg de costillar de cerdo
1/2 dl de salsa de soja
1/2 dl de aceite de sésamo
1 dl de puré de frambuesas
2dl de zumo de naranja
1 raíz de jengibre
1 guindilla cruda fresca

1. Primero separamos las costillas, las ponemos en una cacerola cubiertas con agua, añadimos sal y dejamos cocer tapadas unos 25 minutos.
2. Preparamos un adobo con la salsa de soja, el aceite de sésamo, el puré de frambuesas y el zumo de naranja.


3. Rallamos un poco de jengibre, cortamos la guindilla por la mitad y retiramos las semillas. La cortamos en tiras y añadimos al adobo. Mezclamos todo.
4. Una vez cocidas las costillas las colocamos en una fuente apta para el horno y cubrimos bien con el adobo. Precalentamos el grill del horno y doramos las costillas 10 minutos, les damos la vuelta y dejamos otros 5 minutos más. Sacamos del horno y servimos glaseadas con la salsa.
Serví las costillas con unas setas rehogadas y un poco de puré de patatas y zanahorias con orégano.

Fuente: Un menú para cada día del año, Canal Cocina.

viernes, 3 de febrero de 2012

RISOTTO DE BERENJENA, HIERBABUENA Y LIMÓN





Las fotos de esta receta llevan en el escritorio de mi ordenador desde Navidades, que es cuando conseguí el libro de Plenty de Ottolenghi. Este risotto lleva relativamente poco tiempo esperando su turno porque hay otras que llevan más de dos meses guiñándome el ojo y convenciéndome para ser publicadas y nada. Y no es porque los platos no me hayan gustado o las recetas sean malas, simplemente que siempre hay otra que me  parece mejor. Pero hoy ha llegado el día de este estupendo y ligero risotto.


Ingredientes para 4 personas:

2 berenjenas medianas
aceite de oliva
1 cebolla mediana muy picada
2 dientes de ajo picados
arroz
vino blanco
caldo
ralladura de un limón
2 cucharadas de zumo de limón
una nuez de mantequilla
queso parmesano
pimienta
hierbabuena (la receta original incluye albahaca pero yo no tenía)

1. Partimos una de las berenjenas longitudinalmente y hacemos marcas de rejilla en la superficie de las dos mitades. Salamos y colocamos en una fuente de manera que sea la carne de la berenjena la que esté en contacto con la fuente. Asamos hasta que esté hecha. Dejamos enfriar y vaciamos las dos mitades con ayuda de una cuchara. Cortamos y reservamos.
2. Cortamos la otra berenjena en trozos pequeños y los freímos hasta que tengan un bonito color dorado. Salamos y dejamos enfriar.
3. En una olla aparte rehogamos la cebolla hasta que esté dorada. Añadimos el ajo y cocinamos unos 3 minutos más. Incorporamos el arroz y le damos unas vueltas junto con la cebolla y ajo. Vertemos un chorrito de  vino y dejamos que evapore.



4. A partir de este momento vamos añadiendo el caldo poco a poco esperando a que se haya evaporado el añadido anteriormente y vamos removiendo el arroz. Cuando veamos que el arroz está casi a punto, lo retiramos del fuego un momento, añadimos la ralladura de limón, el zumo, la berenjena asada, la nuez de mantequilla y queso parmesano. Mezclamos todo bien y dejamos reposar unos minutos.
Antes de servir agregamos los trozos de berenjena fritos, la hierbabuena, un poco más de queso y, si te gusta el sabor del limón, un poco más de zumo.
Es bastante ligero y está lleno de sabor.

miércoles, 1 de febrero de 2012

LENTEJAS CON ANCHOAS Y QUESO




Si digo que hace frío no estoy descubriendo nada nuevo. Y lo mejor de estos días es que podemos usar y abusar de los platos de cuchara. En esta ocasión os traigo un plato de lentejas diferente: no lleva carne y sí una salsa muy rica. La receta es del libro Cocinar con Inés y Simone Ortega. Creo que si aparecen estos dos nombres en la portada de un libro de cocina no te extrañas de que las recetas sean excelentes y de que siempre salgan bien. ¿Por qué lentejas? Porque me encantan y son muy beneficiosas para nuestro organismo: tienen muchas proteínas, ácido fólico y vitaminas del grupo B, mejoran nuestro estado de ánimo ... y con un trozo de pan te reponen de lo que quiera que haya pasado a lo largo del día. Así que ahora que hace frío, vamos a poner legumbres en nuestras vidas.

Ingredientes para 4-6 personas:

600 gr de lentejas
6 anchoas
500 gr de tomates maduros
1 cebolla pequeña
100 gr de queso rallado
1 hoja de laurel
2 ramitas de apio
1 diente de ajo
3 cucharadas de aceite
sal

1. Ponemos las lentejas en remojo la noche anterior. Las escurrimos al día siguiente y las ponemos en una olla con el laurel, dos cucharadas de aceite y la cebolla pelada y partida en dos. Cubrimos con agua y las dejamos cocer unos 45 minutos o hasta que estén blandas.




2. Mientras, en una sartén ponemos los tomates en trozos, el apio, el diente de ajo pelado y partido, las anchoas, el resto de aceite y un poco de sal. Es importante que controlemos la sal que añadimos al plato porque las anchoas son saladas (¡menudo descubrimiento!). Yo espero hasta al final y ajusto la dosis de sal mejor. La receta no incluía el tomillo y el chorrito de vino blanco que le eché a la salsa en este momento.
3. Dejamos que cueza unos 15 minutos y trituramos.
4. Añadimos a las lentejas, que no deberán haber quedado con mucho caldo pero, claro, eso va en gustos. Dejamos que se mezclen los sabores y servimos con el queso rallado aparte.
Ni que decir tiene que este plato mejora con las horas. Es diferente y sabroso. Probadlo y me contáis.