Ha encontrado una grieta. El muy traidor ha encontrado una grieta y yo que pensaba que estaba todo cerrado y sellado. Que este invierno también me iba a librar. Pero aquí está este invasor microscópico, este virus de la gripe, del que no logro deshacerme de ninguna manera y lo estoy intentando todo. Al principio pensé que no se quedaría mucho, que se iría pronto, pero, qué va, aquí sigue y no consigo domarlo ... de momento. Ni siquiera se calma coloreando mandalas pero, que se preparare, que le queda poco de existencia. Ya está. Esa ha sido la razón por la que a pesar de haber anunciado la receta en Instagram hace una semana no la he podido subir hasta hoy.
Ya os he comentado en alguna ocasión que habría que levantarle un monumento a la persona que creó el hojaldre. Todo le sienta bien, lo mismo un relleno dulce que salado. Y lo más importante, que gusta a casi todos, por no decir todos. Nos vale para preparar un aperitivo, un entrante, un plato principal o un postre. La receta de hoy te vale tanto para el mediodía como para la cena acompañada de una ensalada.
Si me sigues habitualmente te habrás dado cuenta de que cocino mucho con fruta, que aparece en platos dulces y salados pero también habrás notado que la pera es una gran olvidada en mi cocina. Hay muy pocas recetas en las que esta fruta es la protagonista y por, no aparecer, no aparece ni de comparsa. Es que la veo en el mercado y ni se me ocurre comprarla. Bueno, estoy decidida a que tenga su lugar en mi cocina y, de hecho, hay tres bellezones esperándome en el frutero para que haga algo con ellas. En cuanto eche al ocupa este (gripazo que me ha dejado de regalo una faringitis monstruosa) me pongo con ellas. De momento las vamos a disfrutar con queso azul, que le sienta de maravilla.
Para 6 personas vamos a necesitar:
3 cebollas moradas medianas y cortadas en juliana fina
2 cucharaditas de azúcar moreno
tomillo
hojaldre
3 peras peladas y cortadas en rodajas finas
250 gr de queso azul
25 gr de pistachos
En una cazuela rehogamos las cebollas, a las que añadimos un poco de sal, con aceite de oliva hasta que estén blandas. Añadimos el azúcar y seguimos rehogando hasta que tengan un bonito color dorado. Incorporamos las hojas de tomillo y dejamos que se enfríe para seguir con las tartaletas.
Precalentamos el horno. Sacamos el hojaldre de la nevera y si vamos a hacer pequeñas tartaletas individuales lo cortaremos sirviéndonos de un cuenco o un plato pequeño. Una vez tengamos el hojaldre del tamaño que queremos, lo pincharemos con un tenedor o un cuchillo para que no se hinche en el horno. Deja el borde sin pinchar.
Repartimos la cebolla en el centro del hojaldre, sin acercarnos mucho al borde para que este se hinche en el horno y "enmarque" las tartas. Encima de la cebolla pondremos las láminas de pera y el queso azul desmigado. Horneamos durante 10 minutos a 200º o hasta que veas que el hojaldre está dorado.
Una vez fuera solo nos queda añadir los pistachos naturales ligeramente picados.
El hojaldre caliente, recién salido del horno, con la cebolla caramelizada, pera y queso azul derretido... Bien, creo que es digno de probarse.