miércoles, 30 de diciembre de 2015

APERITIVOS PARA NOCHEVIEJA



Ya pasaron dos de las más importantes fechas de la Navidad y se nos viene encima la más informal, la de Nochevieja. Quizás en esa cena se presta más atención al picoteo, a los aperitivos, que en Nochebuena y aquí te traigo unos volovanes de pavo trufado y gambas agridulces, una mini tarta de patata y huevas de salmón y unos canapés de foie sobre chutney de manzana y vainilla. ¿Por cuál empezamos?

Creo que vamos a empezar por los volovanes, ¿te parece?

Ingredientes para el volován de pavo trufado:

volovanes
100 gr de champiñones
150 gr de pechuga de pavo
aceite de oliva
10 gr de trufa negra rallada
bechamel

Empezamos cortando los champiñones en trozos pequeños y dorándolos en una sartén con aceite de oliva. Retiramos del fuego y reservamos.

En esa misma sartén añadimos un poco más de aceite de oliva y salteamos la pechuga de pavo cortada en trozos pequeños. Cuando estén dorados, añadimos los champiñones, trufa rallada y un poco de bechamel. Ya lo tenemos listo para rellenar los volovanes.




Ingredientes para el volován de gambas agridulces:

volovanes
2 zanahorias
1 cebolleta
repollo
300 gr de gambas
3 cucharadas de miel
zumo de 1 limón
zumo de 1 naranja
aceite de oliva

Empezamos pelando y retirando las cabezas de las gambas para macerar la carne en la mezcla de los zumos de naranja, limón y miel durante media hora. Según vayan pasando los minutos verás cómo el zumo de limón va cociendo las gambas y van cambiando de color.

Rehogamos en una sartén las verduras cortadas en juliana fina.

Pasada la media hora, añadimos las gambas a las verduras junto con el líquido de maceración y dejamos que se hagan las gambas.

Rellenamos los volovanes.





Ingredientes de foie con chutney de manzana y vainilla:

2 manzanas picadas en trozos pequeños
1 vaina de vainilla abierta
80 ml de vinagre de Jerez
40 ml de zumo de manzana
30 gr de azúcar moreno
nuez moscada
foie
pan de centeno

Ponemos las manzanas, azúcar y vainilla en un cazo a fuego medio para que se caramelicen las manzanas. Añadimos el Jerez y el zumo de manzana. Dejamos que cueza durante unos 20-25 minutos  y finalmente añadimos la nuez moscada. Retiramos la vaina de vainilla.

Para montar el canapé, cortamos el pan de centeno en cuadrados y los tostamos. Los cubrimos con el chutney de manzana y encima ponemos unos dados de foie.




Ingredientes para las tartas de patata y huevas de salmón:

masa brisa
queso mascarpone
queso parmesano
patatas pequeñas
aceite de oliva
huevas de salmón

Cortamos la masa brisa en círculos del tamaño deseado.

Mezclamos el queso mascarpone, parmesano y aceite de oliva. Extendemos una capa sobre cada círculo de masa brisa.

Con la ayuda de una mandolina cortamos las patatas en rodajas finas y las ponemos cubriendo la capa de queso mascarpone. llevamos al horno durante 15 minutos o veamos que las patatas están hechas.
Sacamos del horno y decoramos con las huevas de salmón.

Como has visto no son recetas complicadas y sí puedes tener casi todo preparado con antelación para dar solo los últimos toques en el último momento.

Nos vemos en 2016, espero que con más frecuencia porque este año ...

jueves, 10 de diciembre de 2015

ENSALADA DE JAMÓN DE PATO, MANZANA CARAMELIZADA Y MOZZARELLA CRUJIENTE




Supongo que ya tienes las neuronas echando humo y la cabeza te da vueltas pensando el menú de los días que se nos avecinan. Como ya te he contado en alguna otra ocasión para mí lo más difícil no es decidir qué carne o pescado preparar. Lo complicado es decantarme por poner aperitivos, qué cantidad, cuáles o saltarme a la torera esta parte y pasar al consomé directamente, que sirvo de oficio sin que nadie me dé opción a rechistar. Yo no soy nadie sin una taza de consomé en  la mesa. Y si no lo tomamos en Nochebuena, será en Navidad.

Una opción a los aperitivos, tema del que hablaremos la semana que viene, sería una ensalada. Es fácil, rápida de preparar y según la presentemos puede quedar muy lucida en la mesa. Hace años te dejé como sugerencia esta ensalada de salmón ahumado que ha tenido mucho éxito y es una de las recetas más consultadas cada Navidad. En esa ocasión la serví en unas tulipas que hice con masa brisa. Las puedes hacer del tamaño que prefieras, más grandes para servir en un plato individual o más pequeñas para presentarlas en una fuente a modo de aperitivo.

Vamos con la receta.





Ingredientes:

2 manzanas
mantequilla
azúcar moreno
1 paquete de jamón de pato
mozzarella en bolas
harina
 huevo
pan rallado
1/2 granada
pistachos
selección de brotes verdes
tomillo
vinagreta de limón y miel

Empezamos con las manzanas. Las lavamos bien porque vamos a conservar la piel. Las cortamos en gajos y retiramos el corazón. En un sartén ponemos mantequilla y cuando empiece a derretirse añadimos las manzanas para dorarlas. Una vez empiecen a tomar un poco de color, añadimos un par de cucharaditas de azúcar moreno y dejamos que se caramelicen. Las podemos remover con cuidado para que no se nos rompan. Retiramos de la sartén y reservamos en un plato cubierto con papel absorbente.

Vamos ahora con el jamón de pato. Lo queremos crujiente y para ello lo pondremos entre papel absorbente y lo llevaremos al microondas. Aquí hay que estar muy pendiente porque se nos puede chamuscar en nada de tiempo. Yo lo voy poniendo de minuto en minuto y así voy viendo cómo va. Una vez que lo tengamos crujiente, lo reservamos.




En una fuente ponemos la lechuga, añadimos la granada, pistachos picados, manzana caramelizada, jamón de pato y tomillo fresco. ¿Y la mozzarella? Pues te recomiendo que la mozzarella la hagas justo antes de servir la ensalada porque fría no tiene nada de gracia. Lo digo por experiencia. Generalmente la comida suele estar fría cuando la llevo a la mesa después de pasar por el photocall.
Pero tú no vas a tener ese problema.

Así que pasamos las bolitas de mozzarella, una vez bien escurridas y secas, por harina, huevo batido y pan rallado. Las freímos en abundante aceite bien caliente hasta que empiecen a dorarse. Las sacamos, dejamos que pierdan el exceso de aceite y a la ensalada.

Aliñamos y a la mesa a disfrutar.

domingo, 15 de noviembre de 2015

IRISH COFFEE BUNDT CAKE



Cada 15 de noviembre se celebra en todo el mundo el día del Bundt Cake, la excusa perfecta para hornear y ponernos morados de estos deliciosos bizcochos. Un Bundt Cake es cualquier bizcocho que ha sido horneado en uno de esos preciosos moldes comercializados por la marca Nordic Ware. No se trata de recetas especiales, no, se trata del molde que surgió a mediados del siglo XX (parece que hablamos de algo que sucedió hace mil años ¿verdad?) y que aunque resulte difícil de creer no se vendía muy bien al principio. ¡Quién lo diría! Porque creo que muchos cocinillas cuentan con al menos un molde de Bundt Cake. Siempre que tengan sitio en la cocina para guardarlos, claro. Yo he de confesar que voy por mi segundo molde y, ejem, no sé dónde ponerlo. Creo que acabará adornando la única pared que no tiene muebles.

Para celebrar el cumpleaños de estos moldes el 15 de noviembre nos volvemos locos e inundamos la globosfera de recetas y más recetas de Bundt Cakes. Mi contribución este año es con un bizcocho de café irlandés que hará las delicias de los amantes del café.


Ingredientes:

2 huevos
200 gr de azúcar
250 gr de harina
50 gr de caco en polvo
225 gr de leche
85 gr de aceite de girasol
100 gr de café
85 gr de whisky
1 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de levadura
una pizca de sal
3 cucharadas de café granulado
2 cucharaditas de extracto de vainilla




Como siempre que preparamos un bizcocho, lo primero que hacemos es engrasar bien el molde que vamos a utilizar. En el caso de un molde de Bundt Cake es más laborioso por la forma tan especial que tiene y que hace que los bizcochos sean tan bonitos.

Después de engrasar el molde, encendemos el horno a 180º.

Mezclamos la harina, sal, azúcar, cacao, levadura y bicarbonato en un bol. Reservamos.




Con la ayuda de un robot batimos los huevos, aceite, leche y extracto de vainilla durante 1 minuto a  velocidad media.

Vamos añadiendo los ingredientes secos poco a poco evitando que se formen grumos.

Calentamos el café y le añadimos el café granulado y whisky. Incorporamos poco a poco a la masa.

Verás que no es la típica masa densa de un bizcocho sino más bien líquida. No pasa nada, no has hecho nada mal. Vertemos la masa en el molde y llevamos al horno unos 45 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo este salga limpio.

Esperamos a que se enfríe diez minutos para desmoldar. Si ofrece resistencia y sigue en el molde, esperamos otros diez minutos.

Verás que es un bizcocho húmedo, que se conserva muy bien hasta tres días después de horneado y no se reseca. Bueno, tres días si llega, claro.


martes, 3 de noviembre de 2015

MEJILLONES EN SALSA DE TOMATE PICANTE




Hoy os traigo un aperitivo de los de guarretear, de los de mancharse las manos, chuparse los dedos y mojar pan, mucho pan. Sí, comiendo estos mejillones vamos a perder la compostura, la buena educación, vamos a hacer ruido sorbiendo la salsa y ¿qué le vamos a hacer? una no puede ser siempre educada en la mesa. Y últimamente no he sido muy educada porque he tenido que hacer estos mejillones varias veces seguidas para hacer unas fotos medio decentes. Sí, con esta receta he llegado a la conclusión de que los mejillones no son muy fotogénicos o ... yo no soy capaz de sacar su lado bueno. Así que hemos estado sufriendo y sacrificándonos por el blog hasta que en casa han considerado que sí, que las fotos eran pasables y que sí, que ya era hora de pasar a otra receta. Sigo pensando que las fotos no son buenas pero se me estaban acabando las excusas para repetir estos mejillones fin de semana sí y otro también así que vamos con esta receta de Ana Jiménez.

Ingredientes:

1 kg de mejillones
1 cebolla
1 guindilla
1 bote de salsa de tomate




Como ves no son muchos los ingredientes que se necesitan para hacer un recetón y disfrutar mucho con la comida. Y tampoco necesitas mucho tiempo para preparar algo tan rico. El único engorro es limpiar los mejillones, algo que haremos bajo el agua del grifo, limpiando la concha para retirar toda la suciedad que pudieran traer y tirar con cuidado de las barbas que asoman entre las dos valvas.

Una vez limpios los ponemos en una cazuela amplia, sin agua, tapándolos para que el vapor los abra. Yo no espero a que estén todos abiertos para sacarlos de la cazuela. Los voy retirando según se van abriendo para evitar que el mejillón pierda agua, acabe arrugado y poco apetecible. Los reservamos y guardamos el agua que han soltado.




En otra cazuela calentamos dos o tres cucharadas de aceite de oliva y rehogamos la cebolla y el ajo hasta que la cebolla esté transparente. Incorporamos la guindilla y la salsa de tomate junto con el agua que han soltado los mejillones. Dejamos que la salsa reduzca y añadimos los mejillones para que se tomen, que se empapen de la salsa de tomate.

Y, bueno, ya poco queda por explicar. Seguro que lo siguiente que vamos a hacer es servirlos acompañados de una buena barra de pan y nada más. Si nadie dice nada, si solo se oye el sorber de la salsa ya sabrás que has tenido éxito.

miércoles, 14 de octubre de 2015

RAGÚ DE BERENJENA PARA UN PLATO DE PASTA




En casa tomamos pasta al menos una vez a la semana y hay que buscar recetas nuevas para no comerla siempre de la misma manera. Por muy buena que esté a la carbonara, con una estupenda salsa de tomate o pesto, con marisco o una boloñesa de escándalo, si siempre repito las mismas recetas, la pasta acaba aburriendo.

Así que en mi búsqueda de nuevas recetas me topé con esta delicia de ragú de berenjena en un libro de Tessa Kiros, Limoncello and Linen Water. Ella le da otro nombre pero básicamente es un guiso de verduras en el que la berenjena es la protagonista principal y aparece muy bien acompañada por anchoas, alcaparras, tomate, cebolla y delicias varias. La verdad es que ha sido una manera de disfrazarla y que aquella persona que en condiciones normales no la toma (no sea que salga un sarpullido o algo peor) diga que está muy buena.



La verdad es que este plato es de los que consuelan y reconcilian con el mundo tras una dura mañana.


Ingredientes para 5 personas:

120 gr de cebolla morada picada
100 gr de pimiento rojo picado
180 gr de berenjena cortada en trozos
4 filetes de anchoa
2 dientes de ajo picados
1 lata de 400 gr de tomates
cayena
1 cucharada de alcaparras
400 gr de pasta
albahaca
tomillo

En una cazuela amplia vertemos unas cuatro cucharada de aceite de oliva y rehogamos la cebolla hasta que esté blanda. Añadimos el pimiento y la berenjena. Seguimos rehogando las verduras hasta que empiezan a estar "rendidas".

Incorporamos las anchoas y el ajo picado. Inmediatamente después vertemos la lata de tomates escurrida y la cayena. ¿Cuánta? Según os guste en casa. No me atrevo a darte una cantidad porque yo soy un auténtico peligro con una cayena en la mano.





De hecho el poco sentido común que tengo desaparece y lo siguiente que suelo recordar es que la receta que haya preparado está picante a rabiar. Así que sé más comedido que yo y añade un poco o un mucho, si te nubla el juicio como a mí.

Ahora dejamos que la salsa haga chup chup hasta que espese. Este es el momento en el que mejor tapamos la cazuela o vamos a tener todo manchado de tomate. Da una rabia cuando la encimera y la cocina se mancha de salsa de tomate ¿verdad?

Cuando ya tengamos la salsa espesa añadimos las alcaparras.

Cocemos la pasta en abundante agua hasta que esté al dente en mi caso. Otro tema de controversia junto con la cayena y el punto del arroz. Casi nunca hago pasta ni arroz cuando alguien viene a comer en casa porque a mí me gustan más bien duros.




Bueno, una vez que la pasta esté a tu gusto, que es de lo que se trata, la sacamos de la cazuela en la que se ha cocido y la pasamos directamente a la cazuela con la salsa. Añadimos también un poco del agua de cocción.
Mezclamos, añadimos unas hojas de albahaca y tomillo antes de servirla.

lunes, 5 de octubre de 2015

SARDINAS ASADAS CON GREMOLATA Y PAN TOSTADO





Ahora que parece que el otoño ya se está asentando definitivamente, vengo yo con una receta veraniega a más no poder. Sí, porque la sardina es pescado de verano y forma parte de la comida oficial de esa estación en casa. Cuando no se me ocurre nada para cocinar o no tengo ganas porque estoy perezosa, me acerco al mercado y compro tomates para hacer salmorejo y sardinas para asar. Pero claro, de vez en cuando hay que incluir algún ingrediente nuevo, algo diferente para que el personal no se aburra de comer siempre lo mismo y cocinado de la misma manera. En esta ocasión ha sido la gremolata, una especie de salsa italiana que se hace con perejil, ajo y limón, que suele acompañar al Ossobucco milanese. Y además le vamos a dar un toque crujiente con pan tostado.


Ingredientes para el pan tostado:

2 rebanadas de pan
2 dientes de ajo picados
piñones
aceite de oliva
tomillo




Cortamos las rebanadas de pan en trozos lo más pequeños que podamos. En una sartén ponemos una cucharada de aceite de oliva y añadimos los trozos de pan junto con el ajo muy picado, piñones y tomillo. Dejamos que el pan se dore y una vez que ya esté hecho, lo retiramos de la sartén y ponemos sobre papel absorbente para que pierda el exceso de grasa que pudiera tener. Dejamos que se enfríe y entonces, si vemos que tenemos trozos de pan demasiado grandes, los desmenuzamos con ayuda de los dedos o en un mortero. Tampoco queremos miguitas así que habrá que tener cuidado. Reservamos.

Este pan tostado tiene muchas salidas y puede darle un toque especial a todas tus ensaladas. Se conserva perfectamente en un bote de cristal.




Ingredientes para la gremolata:

Perejil picado
ralladura de 1 limón
1 diente de ajo muy picado
3 cucharadas de aceite de oliva
zumo de limón

Hacer esta salsa es tan sencillo como mezclar todos los ingredientes y dejar infusionar. El zumo de limón es opcional pero a mí me encanta añadirle unas gotas. 

Bueno, ya solo nos queda asar las sardinas y servir con un poco de gremolata y pan tostado. 

Fuente: Flavours of Summer.

martes, 29 de septiembre de 2015

BIZCOCHO DE MANZANA



Manzanas, me encantan las manzanas. Puede que uno de mis postres favoritos sea la tarta de manzana. Esos trozos de manzana cocinados y calentitos, melosos entre capas de masa y acompañados de helado de vainilla me parecen la personificación del otoño. Aún recuerdo la última tarta de manzana que comí fuera de casa, antes de que no pudiera tomar canela, y fue en Londres. ¡Qué buena, por favor! Desde entonces, si quiero tomar algún postre con esta fruta tiene que ser en casa o preparado por alguien que sabe que soy alérgica a la canela. Bueno, la verdad es que tomar postre en cualquier restaurante se convierte en una aventura. Primero hay que estudiar la carta con detenimiento y descartar aquellos que seguro la tienen, luego viene el delicado proceso de "negociación" con el camarero sobre ¿pero está seguro de que no tiene canela? ¿puede preguntar al cocinero, por favor? Entonces empieza el camino hacia la cocina y la vuelta con la noticia de que sí, que el postre que quiero lleva canela y entonces siempre acabo con alguna sopa de frutos rojos o una bola de helado mientras miro con gula, envidia y resignación los strudels, compotas, tartas, buñuelos y demás ricuras que toman mis compañeros de mesa.




Para quitarme ese deseo de tarta o bizcocho de manzana hago este señor bizcocho que os enseño hoy. Creo que es la tercera vez que lo hago en un mes. Imagina una capa de manzanas entre dos esponjosas de bizcocho. Está tan bueno que es casi imposible tomar solo un trozo. ¿Quieres una excusa para encender el horno y prepararlo? Mira por la ventana. Llueve y ha bajado la temperatura. Es el momento ideal de volver a encender el horno y disfrutar de un excelente bizcocho de manzana.

Ingredientes para un molde de 20cm:

2 manzanas grandes
2 cucharadas de zumo de limón
cardamomo
250 gr de azúcar
4 huevos
150 gr de aceite de girasol
60 ml de leche
60 ml de zumo de naranja
1 cucharadita de extracto de vainilla
375 gr de harina
1 cucharada de levadura
1/2 cucharadita de sal

La receta la podéis encontrar en Sesame and Spice de Anne Shooter. Yo he hecho alguna modificación en las cantidades de azúcar y de aceite de girasol porque me parecían excesivas. También he cambiado la canela por el cardamomo, una especia que me encanta.




Como siempre que hacemos un bizcocho, engrasamos el molde que vamos a usar y precalentamos el horno.

Pelamos las manzanas, las cortamos en láminas finas y las ponemos en un bol al que añadiremos el zumo de limón, un par de cucharadas de azúcar moreno y unas semillas de cardamomo.

Batimos los huevos con el azúcar hasta que hayan crecido y cambien de color. Añadimos la leche, zumo de naranja, aceite y extracto de vainilla. En otro bol mezclamos la harina, levadura y sal. Añadimos los ingredientes secos a los líquidos con cuidado para que no se baje la masa demasiado.




Vertemos la mitad de la masa en el molde, colocamos encima nuestras láminas de manzana en círculo cubriendo toda la masa y terminamos con el resto de la masa.
Llevamos al horno y dejamos que se haga entre 45 y 60 minutos o hasta que al pincharlo con un  palillo este salga seco.

Disfruta del olor que sale de tu horno y espera, si puedes, a que se enfríe para hincarle el diente.
Aviso, un trozo no es suficiente. Querrás más y lo harás una y otra vez.

viernes, 25 de septiembre de 2015

HELADO DE DULCE DE LECHE Y NUECES PECANAS




Ha llegado el otoño pero yo sigo en modo verano. No quiero que se acabe, que se vaya y se lleve los días largos y llenos de luz. No es que me disguste el otoño, no. Me encantan los colores ocres que pronto van a vestir los árboles, los frutos secos, setas, calabazas y demás ricuras que podremos ver en los mercados. Pero para mí sería sería perfecto si siguiera anocheciendo a las diez de la noche y a las siete de la mañana el sol estuviera ya en la calle.




Y aunque sea otoño, aquí vengo con un helado porque para mí no tienen ninguna estación. En mi ciudad había una sucursal de Häagen Dasz a la que era obligatorio visitar ya estuvieran cayendo chuzos de punta, el sol abrasara (entonces con más motivo) o helara. Más de una vez me miraron con cara de "esta no está bien" pero el helado de Baileys no podía perdonarlo. Un día de estos tengo que hacerlo en casa y atracarme como Dios manda.

 El helado de dulce de leche y nueces pecanas me recuerda al otoño por el color y las nueces. Si eres goloso y te gusta el dulce de leche, entonces vas a tener un serio problema. No vas a poder parar de comerlo.




Me ha pasado una cosa curiosa al preparar el helado. Bueno, curiosa, no sé. me he quedado con la extraña sensación de que o bien el peso no está bien (sería la primera vez aunque todo puede suceder) o que la cantidad de dulce de leche que contenía el bote no se correspondía con la realidad. Había 40gr de diferencia. ¿Quién me está engañando?



Ingredientes:

390 gr de dulce de leche
150 gr de leche
225 gr de nata
1 cucharada de ron
40 gr de nueces pecanas




Solo cinco ingredientes para hacer un helado de lo más tentador y arrobero que puedas imaginar.


Mezclamos en un bol el dulce de leche, nata, leche y ron.
Llevamos a la nevera para que enfrie y una vez frío, lo vertemos en la heladera.
Justo antes de que ya esté listo, añadimos las nueces picadas.
Llevamos al congelador y ya tienes la tentación ahí esperándote.
No te resista.

Fuente: Lomelino's Ice Cream, Linda Lomelino.

lunes, 21 de septiembre de 2015

ENSALADA DE SALMÓN AL VAPOR, PATATAS Y GUISANTES





Una siempre empieza la semana con los mejores propósitos. Empiezo dieta y si no voy a comer más sano, voy a hacer ejercicio, voy a organizar las comidas para que no me pille el toro ( y luego pilla, vaya que si pilla) y no tenga que ir improvisando, voy a ponerme al día con la lavadora y sobre todo con la plancha y alguna que otra cosa más. La lista suele más larga de lo que nos gustaría y siempre van saliendo más tareas que hacer. Luego nos vamos desinflando, digamos que para el martes, y una es débil y no come más sano, no hace ejercicio y no organiza ni se pone al día con nada. ¿Martes, he dicho martes? Nada de nada. Me he desinflado hoy mismo. Si te contara la de cosas que tenía intención de hacer esta tarde en tres horas y ... creo que he hecho solo dos.

Bien, esta semana vamos a hacer un esfuerzo y empezaremos con una ensalada ligera, sana, que no lleva mucho tiempo preparar (filosofía de este blog y que sí sigo a rajatabla) y que puedes llevar a la oficina en un tupper. He de reconocer que últimamente me estoy aficionando a las ensaladas templadas pero también te digo que fresquita está buenísima.

Esta ensalada nos ha acompañado más de una vez durante este verano, sobre todo,  en aquellos días de calor en los que acercarse a la cocina y encender el horno era de suicidas.


Con esta receta participo en el reto de septiembre de Cocineros del Mundo en Google+ en el apartado salado.





Ingredientes para 4 personas:

300 gr de patatas baby
250 gr de guisantes
200 gr de salmón
eneldo

Para la salsa:

240 gr de yogur
aceite de oliva
zumo de limón
1 diente de ajo pequeño muy picado


Preparar esta ensalada no tiene ningún misterio. Es tan fácil como cocer las patatas en abundante agua.
Cocemos aparte los guisantes si los vas a usar congelados o la solución más rápida, abrir una lata.






Ponemos el lomo de salmón en la vaporera y lo cocemos hasta que esté hecho o retiramos un pelín antes. Yo congelo siempre el salmón y lo retiro antes de que esté completamente hecho.

En un plato o fuente ponemos las patatas, guisantes y salmón en lascas. Picamos un poco de eneldo y aliñamos con la salsa. Para hacerla mezclamos el yogur, una cucharada de aceite de oliva, sal, una cucharada de zumo de limón y el ajo muy muy picado para que le de un ligero sabor pero sin que nadie pueda encontrarse ningún trozo.

Espero que te guste.

martes, 8 de septiembre de 2015

POLLO ASADO CON PIMIENTOS, ACEITUNAS Y ROMERO




Y casi tres meses después vuelvo a sentarme delante del ordenador para traerte recetas. Creo que han sido las vacaciones más largas que nos hemos tomado en el blog.  Unas vacaciones que no fueron planeadas sino que surgieron un poco por el cansancio de todo el año, el calor tan agobiante que empezamos a sufrir en junio y el querer comprobar que no pasaba nada si no publicaba, que el mundo seguía girando. Porque cuando un hobby se convierte en una obligación es hora de parar y oxigenar la mente. Y eso es lo que he hecho. Y me ha sentado bien. Tan bien que  me ha costado bastante volver. Llevo una semana diciéndome que mañana lo haré, que mañana me sentaré a contar recetas, para luego cambiar de idea y replantearme la situación. Pero ese día ha llegado y ese día es hoy. Habrá semanas en las que no podré subir nada y otras en las que serán tres recetas las que aparecerán en esta cocina, como esta semana, y no pasará nada. No tendré sentido de culpabilidad.






La primera receta de la temporada es de esas que me gusta hacer los domingos. Una receta para que trabaje el horno, en la que no se ensucia apenas nada y que gusta a todos. O sea, quebradero de cabeza, cero.


Ingredientes para 4 personas:

2 pimentos rojos y amarillos
1 pollo en trozos
5-10 dientes de ajo con piel
2 hojas de laurel
romero
100 gr de aceitunas negras
panceta en dados
aceite de oliva
sal




Quitamos la piel a los trozos de pollo o si prefieres se la puedes dejar. Yo se la quité. Salamos y ponemos en una fuente apta para el horno.
Añadimos los pimientos cortados en tiras o trozos, los dientes de ajo, las aceitunas, romero, panceta y laurel. Vertemos un poco de aceite de oliva por encima y revolvemos todos los ingredientes bien para que se impregnen del aceite.
Cubrimos con papel de aluminio y dejamos unos 45 minutos en el horno a 180º.
Una vez pasado este tiempo, retiramos el papel de aluminio y dejamos que se haga otros 45 minutos o hasta que veas que el pollo empieza a estar dorado.




Ya lo tienes listo para llevar a la mesa. No me digas que no es fácil.


Fuente: Limoncello and Linen Water de Tessa Kiros

martes, 16 de junio de 2015

ENSALADA DE HINOJO, MANGO Y NUECES




Yo ya estaba en modo verano cuando de repente llegó la lluvia y una bajada de temperaturas que me hizo pensar que era otoño en vez de casi verano. Ya había guardado todos los aparejos invernales y estaba mentalizada de que en breve nos achicharraríamos vivos. Si no ¿de qué una iba a escuchar los grillo cantando ya a principios de junio por la noche? Si oyes las chicharras cantando a las 12 del mediodía  y a los grillos por la noche, prepárate a sudar como no las hecho en tu vida. Pues en esas estaba yo cuando me encontré este fin de semana con el pijama de invierno  y una manta otra vez en la cama.

Para mi mente cuadriculada eso es demasiado. Yo ya no puedo pensar en potajes, cocidos o sopas. Esto último no es verdad porque las sopas las puedo tomar todo el año aunque en la calle estén cayendo los 38º de rigor del verano extremeño. Yo ya me he puesto con las ensaladas y, aunque tengáis que esperar a que apriete el calor, os recomiendo esta ensalada de hinojo y mango que además lleva granada, nueces y una vinagreta de lima y miel que seguro os va a encantar.




Ingredientes para 4 personas:

50 gr de nueces
1/2 granada
2 bulbos de hinojo grandes cortados en juliana fina
1 cebolla morada pequeña cortada en rodajas finas
1 mango cortado en láminas finas
rúcula
1/2 chile rojo (opcional)
cilantro
tomillo
vinagreta de lima y miel

En el listado de ingredientes incluyo el chile rojo por si te atreves con él. La cantidad es la que tú quieras y te admitan tus comensales. Yo, después de la que lie en esta receta, lo suelo dejar en lo mínimo de lo mínimo. Tampoco se trata de que todos acaben con una úlcera o algo así pero es que yo tengo un peligro enorme con un chile o una guindilla en la mano.




El único misterio que tiene esta ensalada es cortar los ingredientes porque el resto... bueno, el resto es tan fácil como disponerlos todos  en la fuente o plato en la que vayas a servir la ensalada y aliñarla con sal, pimienta y la vinagreta de lima y miel que usé en esta otra receta. En realidad llevaba limón en vez de lima pero las limas han tomado mi nevera de repente, así sin avisar, y las uso mucho.

¿Con qué puedes servir esta ensalada? Ya en sí misma puede ser una comida ligera pero ¿qué te parece con salmón al vapor? A nosotros nos encantó y espero que a ti también.

miércoles, 10 de junio de 2015

TALLARINES CON CALABACÍN Y MOZZARELLA



Hay días en los que la desgana, el cansancio y la pereza pueden con una. Días en los que llegas a casa y te das cuenta de que se te olvidó sacar algo del congelador, de que después de todo una no es tan previsora ni está tan bien organizada como a veces presume. En esos días, la tentación llama a tu puerta y te susurra que porque un día vaya a por una hamburguesa no pasa nada, o que si te pasas por el súper y te llevas algo precocinado a casa nadie se va a enterar. Esos son días difíciles, sí señor.

En esos días siempre intento o sacudirme la pereza pensando en lo rápido que se hace un huevo frito y lo buenísimo que está o miro al bote donde guardo la pasta. En esos días suele ganar la pasta, tan socorrida ella, y, después de haberme tomado un buen plato  como el que te traigo hoy, me alegro de no haber sucumbido a la tentación.





En este caso este plato de pasta empezó siendo una receta de Donna Hay y acabó con algunos ingredientes más que no venían en su receta. Al abrir la nevera los pobres pedían a gritos ir al plato y ¿quién puede negarse a unos tomates cherry y un poco de mozzarella aderezado todo ello con albahaca? Vale, una no  puede resistirse tanto.

Ingredientes:

400 gr de tallarines
guindilla
2 dientes de ajo picados
3 calabacines rallados
tomates cherry
mozzarella
albahaca

Como ves este plato de pasta no es pesado, es muy veraniego y no lleva ninguna salsa. Si te estás cuidando, es perfecto.

Empezamos rallando los calabacines y dejando que suelten el agua que tienen en un escurreverduras. Si no se nos cocerán en vez de saltearse.





Llevamos al fuego una cacerola con abundante agua. Dejamos que hierva antes de echar los tallarines.

Mientras cuece el agua, añadimos dos cucharadas de aceite de oliva a una cazuela y en ella salteamos los dientes de ajo, guindilla, los calabacines rallados y los tomates cherry cortados en dos.

Una vez que el agua haya hervido y nuestros tallarines estén hechos, los escurrimos y añadimos a los calabacines. Mezclamos bien y servimos en platos.





Antes de llevarlos a la mesa añadimos unos trozos de mozzarella, unas hojas de albahaca y un hilo de aceite de oliva.

No me digas que no es fácil. Y si no tienes mozzarella, un poco de parmesano o queso feta le sentarían igual de bien o mejor.

miércoles, 3 de junio de 2015

CHIPIRONES SALTEADOS CON CHORIZO Y AJO




Llegó junio y con el calor, que nos acompaña desde hace ya unas semanas, lo único que va apeteciendo son las ensaladas, gazpachos, helados y sorbetes. Pero antes de traeros recetas frescas, no quería que se quedara en el escritorio del ordenador este plato  que lleva esperando su turno desde el mes pasado. Mayo se presentó muy ajetreado y con  una alergia como hacía años que no sufría.  Por eso  ha sido un poco difícil dedicarle algún rato al blog pero a ver si empiezo a tener un poco más de tiempo para asomarme a esta ventana y enseñaros recetas más ligeras. Bueno, no es que esta receta sea muy pesada pero en mi mente cuadriculada, el chorizo es para el otoño/invierno. A pesar de gustarme mucho, es raro verme comer este embutido con el calor pero por esta receta, soy capaz de hacer una excepción.




No se tarda nada en preparar. Lo único engorroso es limpiar los chipirones pero esta vez he tenido la suerte de que lo han hecho por mí en la pescadería. Una vez limpios, en el resto no se tarda nada. Como ves en las fotos, los he servido sobre una cama de arroz negro. ¿Lo conoces? Es un cereal muy apreciado en la cocina asiática y especialmente en la antigua China, ya que solo podía ser consumido por los nobles y estaba prohibido para los pobres. Es muy beneficioso para la salud porque tiene una gran cantidad de antioxidantes, más que los arándanos y las moras. Lo único que hay que tener en cuenta a la hora de prepararlo es que necesita una cocción más larga que el arroz blanco.




Ingredientes:

1,5 kg de chipirones limpios
chorizo
3 dientes de ajo
tomillo
aceite de oliva
pimentón
sal
pimienta

Picamos los dentes de ajo y los rehogamos en una sartén con un poco de aceite de oliva.

Pasados un par de minutos, subimos el fuego y añadimos los chipirones. Los rehogamos y dejamos que se hagan a fuego más bien fuerte para que no se cuezan. Entonces empezarían a soltar agua y arruinarían el plato.





Una vez dorados, incorporamos unos dados de chorizo, tomillo. Salpimentamos con cuidado porque el chorizo ya es sabroso de por sí. Dejamos que se mezclen un poco los sabores y un minuto antes de retirar del fuego añadimos un poco de pimentón. Damos un par de vueltas a todo y ya tenemos los chipirones listos para irse directamente a la mesa sobre una cama de arroz negro o blanco, como prefieras.

Este plato es apto para celíacos siempre que ni el chorizo ni el pimentón tengan gluten.


jueves, 28 de mayo de 2015

BIZCOCHO DE CHOCOLATE SIN GLUTEN



El 27 de mayo se celebra en España el Día nacional del celíaco y como cada año presentan sus reivindicaciones. No sé si conocéis a alguien que sea celíaco. Probablemente sí porque 1 de cada 100 españoles sufre esta intolerancia al gluten y a esa cifra hay que sumar los que no están/estamos diagnosticados. Entonces sabréis de sus limitaciones a la hora de salir a comer o cenar a un restaurante, a la hora de que los niños puedan disfrutar de los cumpleaños de sus amiguitos en las mismas condiciones que los demás niños  (ya cada vez menos) y, sobre todo, a la hora de hacer la compra. Yo tengo a una personita en mi familia que es celíaca. Es mi sobrina y creo que ya os he contado algo de ella. Fue diagnosticada con dos años, ahora tiene seis, y desde ese momento tuvimos que aprender en qué consistía eso de ser celíaco y lo que iba a suponer cada vez que viniera a casa. La primera vez que le prepararé una comida estaba muerta de miedo porque en mi cocina debe haber el suficiente gluten para poner enfermos a 20 celíacos. Pero luego te vas a acostumbrando y ya no tengo pánico,  ya solo hago limpieza más que general en la cocina y le pregunto cien veces después de comer si le duele la barriga.




Nuestras autoridades deben pensar que ser celíaco es una opción, una moda o una dieta que alguien hace porque quiere y no una enfermedad. Una enfermedad cuya medicina es la alimentación. Ayer me  di una vuelta por un supermercado apuntando los precios de aquellos productos que son específicos para celíacos y ni uno bajaba de los 2 euros. En una familia con pocos recursos o en la que haya más de un celíaco, que tampoco es tan raro, ir a la compra debe ser un horror. La sensación de haber sido atracado no te la quita nadie. No estamos hablando de productos de lujo, hablamos de una necesidad y no se puede gravar más a los enfermos.
Mientras se lo piensan y se lo toman en serio, nos vamos a la cocina a preparar un delicioso bizcocho de chocolate, mucho chocolate, como le gusta a Patri.

Ingredientes:

160 gr de chocolate negro
un pellizco de sal
160 gr de mantequilla cortada en cubos
4 huevos separadas las yemas y las claras
10 gr de azúcar
160 gr de almendra molida




Como siempre que hacemos un bizcocho, precalentamos el horno a 180ª y engrasamos un molde redondo de 23 centímetros en este caso.

Derretimos el chocolate al Baño María con el pellizco de sal y cuando ya esté listo añadimos la mantequilla. No removemos la mantequilla hasta que no empiece a derretirse. Luego mezclamos y reservamos.

Batimos las claras a punto de nieve y después añadimos el azúcar para seguir batiendo hasta que estén montadas.




Añadimos las yemas una a una a la mezcla de chocolate y mantequilla removiendo continuamente. Incorporamos las claras poco a poco con cuidado para que no se bajen y finalmente agregamos la almendra molida. Hay que integrar todos los ingredientes pero manteniendo la firmeza de las claras.

Vertemos la mezcla en nuestro molde y horneamos durante 25-30 minutos o hasta que al pinchar la masa con un palillo este salga limpio.

Ahora hay que dejar enfriar antes de avalanzarse sobe él. Y cuesta.  Ya verás, ya.