martes, 23 de diciembre de 2014

PANDORO




Último reto del año en Baking the World y última receta del año también en Cook and Spoon. Y este mes el reto era preparar un Pandoro, el dulce genovés tan propio de la Navidad. No te voy a decir que se hace en nada de tiempo porque no te estaría diciendo la verdad. De hecho, se tardan horas, muchas horas. Hazte a la idea de que empecé a hacerlo a las 9:30 de la mañana y salió del horno a las 7:30 de la tarde porque tarda mucho en levar y los días fríos y con niebla no ayudan nada. Pero la satisfacción de llevar tu propio Pandoro a la mesa bien vale la pena.
Mi respeto, por no decir miedo, a las masa empieza a desaparecer con estos retos y parece que le voy cogiendo el tranquillo a las harinas, levaduras, procesos de levado... Lo que no acabo de adquirir es la paciencia necesaria para dejar que la masa crezca sin que yo esté continuamente controlando y desesperándome por que no leva lo rápido que yo quisiera. ¿Os acordáis de esos pollitos de colores que vendían hace muchos años? Mi madre me los compró un par de años y yo los tenía en una caja grande. Por las noches cerraba la caja para que los pollitos durmieran. ¡Pobres pollitos! Bueno, pues ahí estaba yo abriendo continuamente la caja para ver qué hacían, si dormían, comían, piaban, o lo  que fuera. Pues lo mismo pero con las masas. Que no tengo paciencia. Quizás así la críe.

La receta que he seguido es del libro de Panes y Dulces italianos de las hermanas Simili.




Ingredientes:

Para el lievitino:
15 gr de levadura fresca
60 gr de agua templada
50 gr de harina de fuerza
1 cucharada de azúcar
1 yema

Disolvemos la levadura en el agua templada. Añadimos el azúcar, la yema y la harina. Mezclamos todos los ingredientes muy bien, se tapa y dejamos que doble su tamaño durante 50 minutos.

Para la primera masa:

200 gr de harina de fuerza
3 gr de levadura fresca
25 gr de azúcar
30 gr de mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharaditas de agua
1 huevo


Disolvemos la levadura en las dos cucharaditas de agua y se las añadimos al lievitino junto con el azúcar, la harina y el huevo. Amasamos y a continuación incorporamos la mantequilla. Seguimos amasando hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Cubrimos y dejamos que doble su tamaño en un lugar cálido entre 45 y 60  minutos. Yo arropé el bol en el que tenía la masa con una toalla y lo dejé cerca de un radiador. Era el único lugar cálido de la casa en una mañana fría y con una de esas nieblas húmedas.

Para la segunda masa:

200 gr de harina de fuerza
100 gr de azúcar
2 huevos
1 cucharadita de sal
1 vaina de vainilla

Añadimos los huevos, azúcar, harina, sal y las semillas de la vaina de vainilla a la primera masa. Empezamos a amasar y verás que es una masa húmeda y pegajosa que necesitará un tiempo de trabajo hasta que se vuelve algo más manejable. Tardarás unos 10 minutos y quizás tengas que añadir algo más de harina a la mesa de trabajo. Hacemos una bola con ella y la dejamos en un bol engrasado con mantequilla para que doble su tamaño entre una hora y hora y media. Después la metemos en la nevera durante 40 minutos como mínimo o 12 horas como máximo. Con lo cual puedes empezar la tarde antes de hornearlo y seguir la receta hasta este paso. Yo la tuve 1 hora.
¡Que se me olvida! No tires la vaina de vainilla solo porque ya no tiene las semillas. Después de las Navidades te diré qué vamos hacer con ella. Guárdala hasta entonces.



Una vez fuera de la nevera la ponemos sobre nuestra superficie de trabajo y la extendemos con un rodillo hasta que tenemos un cuadrado. En el centro distribuimos 140 gr de mantequilla a temperatura ambiente y cortada en trocitos. Llevamos las cuatro esquinas del cuadrado hasta el centro fijando la mantequilla a la masa. Ahora extendemos la masa con un rodillo hasta que tenemos un rectángulo y la doblamos en tres, como si estuviéramos doblando una carta para meterla en un sobre. Si has hecho hojaldre alguna vez, este paso te sonará. Por cierto, nunca os he contado cómo hacer hojaldre. Bien, me lo apunto para el nuevo año.

A ver, ya hemos plegado la masa en tres y ahora la metemos en la nevera durante 20 minutos.
La sacamos, aplanamos y repetimos la operación anterior. Volvemos a llevar a la nevera otros 20 minutos y así una vez más.

Después de haber estado levando tres veces en la nevera vamos a hacer una bola con ella y la  dejamos en el molde de 3 litros para hacer el Pandoro bien engrasado con mantequilla. Mi molde es de 2 litros con lo que tuve que dividir la masa. No estaba muy segura de que fuera a salir bien hasta que al cortar la masa vi las capas de hojaldre que se habían formado. Ahora está congelada esperando que llegue su momento y esa vez no usaré el molde sino unas flaneras pequeñas. Si no tienes el molde especial, usa las flaneras. Que eso no sea un obstáculo para disfrutar de este dulce.




Como te iba diciendo, hemos dejado la masa hecha una bola en el molde. No se te olvide poner la la parte redonda de la masa hacia abajo. Cubrimos y dejamos que fermente hasta que la masa sobresalga por el molde. La mía tardó 4 horas bien arropada con la toalla y cerca del radiador. Cada media hora miraba a ver si ya estaba lista. Ya te digo, poca paciencia.

Finalmente horneamos a 170º durante 15 minutos y después 10 minutos más a 160º. Comprobamos con un palillo que ya está hecho y sacamos del horno. Desmoldamos lo antes posible y esperamos a que se enfríe antes de espolvorear azúcar glas sobre él.

Como ya era de noche no pude hacerle fotos, así que imagina el sacrificio que supuso tener semejante maravilla delante y no poder hincarle el diente. Bueno, miento. Recortamos un poco la masa por abajo porque había crecido demasiado y no se tenía bien y al menos pudimos disfrutar de unas miguitas.

¿Se tarda? Sí. Pero merece mucho la pena.

Y ya solo me queda desearos una muy Feliz Navidad y esperaros el año que viene con más recetas.



domingo, 21 de diciembre de 2014

CAPÓN





Seguro que ya tienes decidido el menú para los próximos días y quizás hayas incluido carne, pescado o algún ave en él. Yo he pensado llevar a la mesa este capón relleno que se hace solo en el horno. Hay que estar pendiente de él pero la atención que requiere es mínima y así te puedes dedicar a otros platos un poco más elaborados. Pero primero asegúrate de que el pobre capón ya viene sin cabeza para que no tengas que decapitarlo en tu cocina. Yo lo compré en una superficie comercial muy mono todo envuelto y en una cesta ideal. Mi sorpresa al sacarlo de la cesta fue enorme al encontrarme al pobre bicho con cabeza y patas. Fue una odisea cortarle la cabeza y, no te creas,  a punto estuve de dejarlo por imposible así que dile a tu carnicero que te ahorre el mal rato. Le voy a pedir a los Reyes Magos unos cuchillos decentes para no tener que perpetrar otra carnicería en la cocina.

No sé si has probado alguna vez la carne de capón pero si no lo has hecho, te lo recomiendo porque es suave y tierna. Además con  esta receta te va  a quedar muy jugosa porque le vamos a meter rodajas de naranja entre la piel y la carne. Imagina lo que el zumo de la naranja le va a hacer a esa carne. Esta receta la puedes adaptar al pavo y al pollo.

Ingredientes:

1 capón 3 kg
50 gr de manteca de cerdo
1/2 kg de carne de cerdo picada
1/4 kg de carne de ternera picada
10 gr de pan rallado
1 huevo
1 lata de trufa
1/2 copa de Jerez
piñones
1 naranja
tomillo




En un bol mezclamos todos los ingredientes para rellenar el capón: la carne, pan rallado, huevo, Jerez, trufas cortadas y el jugo de las trufas. Reservamos.

Cortamos la naranja por la mitad. Reservamos una mitad y la otra la cortamos en finas rodajas.

Con la ayuda del mango de una cuchara vamos separando la piel de la carne del capón. Hay que hacerlo con suavidad porque si no podríamos romper la piel. El objetivo es crear un espacio para poder introducir las rodajas de naranja y el tomillo fresco debajo de la piel. Así la carne quedará más jugosa y aromatizada mientras se asa el capón.

Lo rellenamos con la mezcla del relleno y metemos la media naranja que hemos reservado. Embadurnamos con la manteca de cerdo y salamos.




Lo cubrimos con papel de cocina mientras se asa durante algo más de una hora a fuego mediano y luego seguimos asando ya sin cubrir a fuego fuerte otra media hora para que se nos dore. Una vez pasado este tiempo podemos saber si está hecho pinchando un muslo con un palillo. Si sale jugo transparente, la carne ya está hecha.

Retiramos el capón y lo reservamos en una fuente cubierto con papel de aluminio o papel de cocina. Desgrasamos todo el jugo que nos ha quedado y lo pasamos a un cazo al que añadiremos caldo de pollo y el zumo de medio limón. Dejamos que cueza la salsa y si la queremos espesar, podemos usar un poco de Maizena.

Para servir, trinchamos el capón y lo servimos en lascas acompañado del relleno.

domingo, 14 de diciembre de 2014

DE VIEIRAS Y BOMBONES DE SALMÓN




Seguimos con el tema de los aperitivos y esta vez os traigo dos recetas de vieiras y una de salmón. Las tres son muy fáciles de hacer y en dos de ellas podemos tener el trabajo medio adelantado y dar los últimos toques justos antes de sentarnos a la mesa. No hay nada peor que estar hecha una esclava en la cocina mientras los demás disfrutan de la comida y de la compañía.

Vieiras en salsa de champán

Ingredientes para 12 personas:

12 vieiras
1/2 chalota muy finamente picada
50 ml de vino blanco
200 ml de caldo de pescado
100 ml de nata
1/2 cucharadita de Maizena
1 cucharadita de zumo de limón
50 ml de champán

Rehogamos la chalota en aceite hasta que esté hecha pero sin llegar a tomar color. Vertemos el vino blanco y el caldo y dejamos que todo cueza hasta que el líquido se haya reducido a la mitad. Colamos el líquido y retiramos la chalota. Añadimos la nata y dejamos que cueza unos 5 minutos. Engordamos la salsa con la Maizena y para ello ponemos un par de cucharada de la salsa en un bol y añadimos la 1/2 cucharadita de Maizena, dejamos que se disuelva y devolvemos a la salsa. Añadimos el zumo de limón y el champán par dejar que cueza hasta que la salsa haya engordado.

En una plancha muy caliente hacemos las vieras y las ponemos en los platos en los que las vayamos a servir con un par de cucharadas de la salsa y unas huevas de trucha para decorar.




Vieiras envueltas en bacon

Ingredientes:

12 vieiras
6 lonchas de bacon, finas

Fíjate que con solo dos ingredientes vamos a hacer un aperitivo que seguro triunfa en tu mesa. Y más fácil es imposible. Solo tienes que envolver cada vieira en la mitad de una loncha de bacon y pasarlo por la plancha. Ya está. No tiene más.

Puedes comprar vieiras congeladas para las dos recetas que te acabo de dejar. Desde luego no tiene ni punto de comparación con  un producto fresco pero también hay que tener en cuenta el precio. Yo he usado vieras congeladas para las dos recetas y no quedaron nada mal. Lo único es el tamaño porque, al menos, las que yo compré eran un poco pequeñas como ves en la foto pero por lo demás estaban bien.




Bombones de salmón

Ingredientes para 4 personas:

8 hojas de brik
2 lonchas de salmón ahumado
150 gr de salmón fresco
cebollino
60 gr de queso en crema

Esta receta tampoco tiene ningún misterio y puedes dejarlo casi todo preparado con antelación. Lo único que dejaremos para el final será envolver los bombones que requieren un poco de paciencia.
Cortamos el salmón fresco en dados y el salmón ahumado en trozos pequeños. Lo mezclamos con el queso en crema y un poco de cebollino cortado. No sales la mezcla porque el salmón ahumado ya tiene sal y esa sal se va a potenciar en el horno o te encontrarás con un aperitivo demasiado sabroso.
Cortamos las hojas de brik en tiras y cada tira la dividimos en dos. En el centro de cada tira ponemos un poco del queso con el salmón y lo cerramos y atamos con unas hojas de cebollino.
Pintamos con aceite de oliva y dejamos en el horno de 5 a 8 minutos hasta que el bombón esté crujiente.

jueves, 11 de diciembre de 2014

APERITIVOS ¿SÍ O NO?




Esta claro que sí, o si no no verías las fotos, no te daría las recetas ni estaría escribiendo esta entrada. También se podría llamar "De volovanes y otros aperitivos 2.0" después del exitazo que tuvo la entrada que publiqué el año pasado por estas fechas sobre distintos rellenos para volovanes. El tema es que, a veces, nos surge la duda de si desterrar los aperitivos definitivamente de la mesa porque después ya no se prueba el resto de la comida que hemos preparado. Eso, la verdad, da un coraje tremendo después de que una se ha pasado trescientas horas haciendo la cena o comida, o la versión de preparar una gran cantidad de aperitivos y algo ligero después. Esta es la conversación que siempre tenemos mientras estamos sentados en la mesa y nos estamos poniendo morados de aperitivos y que se nos olvida según van pasando los meses para volver a encontrarnos un año más tarde rodeados de aperitivos y cena o comida para volver a jurar que este es el último año en el que hacemos tanta comida. ¿Te suena de algo esta conversación?

Como ves en la fotografía que abre la entrada, hay donde elegir. Como dar todas las recetas en una sola entrada iba a quedar demasiado larga, hoy nos centraremos en los volovanes y el domingo te daré las demás recetas.




Volovanes rellenos de mejillones y puerros.

Ingredientes para 8 volovanes grandes:

2 kg de mejillones
250 gr de puerros
80 gr de champiñones
4 cucharadas de nata líquida
1 cucharadita de Maizena
curry

Lavamos los mejillones, limpiamos las barbas que tienen y los ponemos en una cazuela a fuego fuerte para que se abran. Según se van abriendo, los sacamos del fuego, retiramos las conchas y reservamos junto con el caldo que han soltado.

Seguidamente limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas. Lavamos los puerros y los cortamos en juliana fina. Rehogamos los champiñones y el puerro en una sartén con aceite de oliva unos 5 minutos.

En un cuenco vertemos la nata líquida y añadimos el curry, Maizena y el caldo de los mejillones. Añadimos a los puerros y champiñones y dejamos que cueza y espese hasta que tenga una consistencia cremosa. Incorporamos los mejillones y dejamos que se enfríe un poco antes de rellenar los volovanes.




Volovanes rellenos de champiñones y coñac.

Ingredientes:

150 gr de champiñones
1/2 cebolla pequeña muy picada
1 diente de ajo muy picado
50 ml de nata
1/2 cucharadita de mostaza
1 cucharada de coñac
tomillo fresco

Rehogamos los champiñones limpios y cortados en trozos no muy grandes junto con el diente de ajo y la cebolla. Añadimos la nata, mostaza y el coñac. Dejamos que cueza unos 5 minutos sin dejar de remover. Rellenamos los volovanes y decoramos con tomillo fresco.

De los tres rellenos que os presento, sin duda el más refrescante y sorprendente a la vez es el de pavo, pera y nueces.


Ingredientes:
1 pera
200 gr de fiambre de pavo cortado
3 cucharadas de mayonesa
50 gr de queso en crema
1 diente de ajo muy picado
1 cucharadita de mostaza de Dijon
1 cucharadita de miel
150 gr de nueces picadas

Se me ha olvidado añadir que de los tres es el más fácil y rápido porque solo hay que mezclar todos los ingredientes y rellenar.

Nos vemos el domingo con el resto de aperitivos.


viernes, 5 de diciembre de 2014

CORDERO ASADO CON SALSA DE JEREZ Y UNA ENSALADA DE MANZANA, HINOJO, GRANADA Y NUECES



Si hay una carne que no puede faltar en la mesa en Navidad, esa es la de cordero. Al menos yo la recuerdo en la mesa desde que tengo uso de razón. De hecho, no sé si algún año ha habido ternera o cerdo porque yo no lo recuerdo. Otra cuestión es que alguna vez llegara a probarla en Nochebuena después de todos los aperitivos, el consomé y la merluza rellena. Para mí siempre ha sido el plato del día después, del día de Navidad. Sin embargo, mi hermana siempre ha preferido pasar del pescado y centrarse en el cordero, su carne preferida. Su hija va por el mismo camino, no lo puede remediar porque es igualita que su madre.
Si estás pensando hacer cordero estas Navidades y quieres probar otra receta distinta te propongo esta en la que el cordero se asa durante más de dos horas para acabar con una carne tierna, suave, que se despega del hueso fácilmente y que vamos a acompañar con una salsa de Jerez. Como complemento te propongo una ensalada para darle un toque fresco a la carne. Lo mejor de este plato es que lo puedes hacer con anterioridad y no agobiarte con tantos preparativos ese día.

Ingredientes:

1 pierna de cordero de 2,5 kg
400 ml de caldo de carne
100 ml de vino blanco
vinagre
4 cebollas moradas
tomillo
1 cabeza de ajo
200 ml de Jerez




Precalentamos el horno a 160º. Ponemos la pierna de cordero en la fuente en la que la vayamos a asar. La sazonamos y la regamos con un buen chorro de vinagre para quitarle ese fuerte sabor a cordero que desagrada a muchas personas. La carne quedará así con un sabor más suave. Añadimos el caldo de carne y el vino blanco. Asamos durante una hora y media.

Pelamos las cebollas y las cortamos en trozos o en juliana más bien gruesa. Las incorporamos a la fuente junto con el tomillo fresco y la cabeza de ajo con los dientes separados y sin pelar. Si no tienes tomillo, puedes usar romero y si no los puedes encontrar frescos entonces echa mano de hierbas secas. Pero no se te olvide usarlas porque al cordero le sientan de maravilla. Dejamos que se haga en el horno durante otra hora más.

Pasado este tiempo y una vez que veas que el cordero está completamente hecho, lo sacamos del horno y vertemos todo el jugo que haya soltado en un cazo. Cubrimos la fuente del cordero y dejamos que repose.

A ese cazo le vamos añadir el Jerez para dejar que cueza y reduzca durante unos minutos hasta que veas que ha espesado un poco.




Mientras el cordero reposaba y la salsa espesaba hemos ido preparando la ensalada y para ello hemos necesitado:

2 manzanas
1 bulbo de hinojo
1/2 cebolla roja
brotes de lechuga variados
30 gr de nueces
granada
vinagreta de limón y miel

Creo que se tarda más en escribir los ingredientes y las instrucciones para hacer la ensalada que hacer la ensalada misma porque se trata de poner en una ensaladera los brotes de lechuga junto con las manzanas,  el bulbo de hinojo y la cebolla cortados en láminas finas. Añadir las nueces y los granos de granada para finalmente aderezar con la vinagreta de limón y miel.

Servimos el cordero junto con las cebollas asadas, la salsa de Jerez y la ensalada.

martes, 2 de diciembre de 2014

SOUFFLÉ AL GRAND MARNIER



¿Ya te has ido o sigues aquí? Es que sé que al ver la palabra soufflé algunas personas no quieren saber nada de nada de la receta. Pasan. Y les comprendo porque yo también era así. Había leído sobre lo difícil que es hacer un soufflé, un buen soufflé, y me temblaban las piernas solo de pensar en que aquello se desinflaría sin remedio y no llegaría a la mesa ni medio presentable. Y no te voy a engañar, se desinfla pero no tanto ni tan rápidamente como yo creía. Y aquí me tienes todavía, después de algunos soufflés, agachada delante del horno, mirando con ansiedad si suben o no suben y esperando que no se produzca el desastre. Es verdad que hay que llevarlos a la mesa recién salidos del horno, pero, oye, que tampoco hay que correr los 100 metros lisos ni caerse por el pasillo, y eso no significa que no puedas preparar la masa con antelación y dejarla en la nevera un par de horas. Así que si estás buscando un postre para estas Navidades, aquí tienes una idea.

Ingredientes:

25 cl de leche
1 vaina de vainilla
3 huevos + 2 yemas
30 gr de harina
20 gr de Maizena
140 gr de azúcar
4 cucharadas de Grand Marnier

Calentamos la leche con la vaina de vainilla abierta y con las semillas raspadas.




En un cuenco grande mezclamos las dos yemas con 50 gr de azúcar, harina y Maizena. Vertemos la leche sobre las yemas, mezclamos y devolvemos al cazo para cocer durante 5 minutos dando vueltas a la mezcla sin parar. Debe espesar.

Separamos las claras de las yemas de los 3 huevos restantes. Mezclamos las yemas con las cucharadas de Grand Marnier y las incorporamos a la crema que hemos dejado enfriar. Montamos las claras con el resto del azúcar y las incorporamos a la crema que tenemos preparada con suavidad y movimientos envolventes. Debe ser una masa ligera y esponjosa.




Engrasamos con mantequilla el molde o moldes en los que vayamos a cocer nuestro soufflé y espolvoreamos con azúcar. Rellenamos los moldes hasta en las dos terceras partes de su capacidad y si quieres puedes dejarlos en la nevera esperando hasta que los hagamos. Yo los tuve 1 hora más o menos. Dejamos que se hagan unos 10 minutos a 200º.

Y del horno a la mesa para disfrutarlos, pero sin correr que ya ves que los míos sufrieron una sesión de fotos y bajaron poco.

¿Ves como no es tan difícil? Piensa en lo bien que vas a quedar con tu soufflé.

lunes, 24 de noviembre de 2014

SHAKSHUKA



¿Eres de los que necesitan esperar un par de horas para desayunar o perteneces al grupo de los que se podrían tomar un caballo nada más levantarse de la cama? Si perteneces al segundo grupo, como yo, estás de enhorabuena porque te traigo el que podría ser tu desayuno si estuvieras en Israel. Con el ritmo de vida que llevamos es un poco complicado levantarse a preparar unos huevos con pimientos rojos rehogados y tomates a las 7 de la mañana así que lo dejaremos para la hora de la comida. Es perfecto para esos días en los que te apetece comer algo casero y que no requiera dos horas de preparación. Porque para  hacer esta receta no se necesita saber hacer platos difíciles ni laboriosos. De hecho tampoco necesitas saber freír un huevo, solo tienes que pasarte por la panadería para comprar una barra, al menos, del pan más decente que tengan. Es que lo vas a necesitar, te lo aseguro.

Ingredientes:

2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de harissa
2 cucharaditas de concentrado de tomate
2 pimientos rojos
4 dientes de ajo
1 cucharadita de comino en polvo
5 tomates cortados en trozos
4 huevos
yogur griego




Como te decía antes, este plato no tiene ningún misterio, si acaso saber cómo no lo he preparado antes.

En una sartén honda o en una cazuela calentamos el aceite de oliva. Añadimos los pimientos cortados en trozos y los dientes de ajo en láminas. Salamos y dejamos que se rehoguen hasta que los pimientos empiecen a estar blandos. Entonces incorporamos la harissa, concentrado de tomate y comino. Damos unas vueltas para que se mezclen todos los ingredientes antes de añadir los tomates.

Dejamos que la salsa se vaya haciendo lentamente, a ritmo de chup chup, hasta que haya espesado.

Entonces haremos unos pequeños huecos para dejar caer con cuidado cada uno de los huevos. Ya solo nos queda esperar unos 10 minutos a que los huevos estén hechos o estén como a ti te gusta.




Normalmente este plato se sirve acompañado de Labneh o yogur griego. Yo elegí llevar a la mesa  yogur y, sinceramente, me gustó más sin él. Pero tú eliges.

¿Te he dicho que necesitas pan? Que no se te olvide comprarlo de vuelta a casa.

Fuente: Jerusalem, Yotam Ottolenghi y Sami Tamimi.

lunes, 17 de noviembre de 2014

BIZCOCHO DE MANZANA CARAMELIZADA Y CALVADOS



Todas las semanas hacemos una media de dos bizcochos en esta casa y el último que probamos, que experimentamos, siempre se convierte en el preferido, en el mejor, el que más nos gusta. Cada vez que os he traído una receta nueva es lo que he dicho, es el mejor sin duda. Con este no voy a hacer una excepción y os voy a repetir lo mismo, se queda, la receta se queda en casa para siempre jamás. Pero ¿de verdad puede haber alguien que dude de un bizcocho que tiene manzana, caramelo y calvados? Jamás había hecho un bizcocho como este. No os voy a engañar, es potente, así que no vale tomarse medio bizcocho de una sentada porque te vas a poner mal@. Es mejor en porciones pequeñas y quizás acompañarlo de un chupito de calvados, ese licor que se elabora en Normandía destilando la sidra de manzana. Y si es al lado de una buena chimenea, mejor que mejor.

La receta original la podéis encontrar en el blog Pratos e Travessas.

Ingredientes:

200 gr de harina
120 gr de mantequilla
100 gr de azúcar moreno
1/2 cucharadita de levadura
1/4 cucharadita de bicarbonato
sal
2 huevos
120 gr de créme fraiche
50 cl de calvados
1 manzana




Precalentamos el horno a 180º y forramos el molde que vamos a usar con papel de cocina para desmoldar el bizcocho mejor ya que va a llevar caramelo en su base.

Tamizamos la harina, bicarbonato, levadura y sal. Reservamos.

Con la ayuda de un robot de cocina batimos la mantequilla, azúcar y créme fraiche hasta que tengamos una crema esponjosa. Puedes tardar unos 3 minutos más o menos.

Añadimos los huevos y el calvados.




Incorporamos la harina, levadura, bicarbonato y sal que teníamos reservado y mezclamos bien.

Para hacer  el caramelo necesitaremos 100 gr de azúcar y 50 ml de agua que pondremos en un cazo a fuego fuerte y sin moverlo hasta que tenga un bonito color dorado. Entonces lo verteremos en el molde que ya está forrado con papel de cocina. Encima ponemos los trozos de manzana y sobre la manzana la masa del bizcocho.

Llevamos al horno y dejamos que se haga durante 40-45 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga seco.


Hay que desmoldar el bizcocho antes de que el caramelo se endurezca así que nada más salir del horno, a desmoldarlo. Lo siguiente será disfrutar con el espectáculo del caramelo resbalando por el bizcocho y esa costra que tiene una vez que el caramelo se solidifica.

Lo dicho, un espectáculo. Y sí, puede que sea el mejor bizcocho que hemos probado hasta ahora. ¿Cuál será el que lo destrone? Veremos.

jueves, 13 de noviembre de 2014

SOPA DE AJO CON PESCADO



Siento curiosidad por saber cuál de mis antepasados sufrió la modificación genética que hizo que una buena parte de sus descendientes seamos soperos empedernidos. Nacemos al azar en familias que tienen predisposición a sufrir ciertas enfermedades o tener una salud envidiable toda la vida, a dedicarse a una profesión determinada, a reírse de una manera escandalosa, a saber combinar colores a la hora de vestir y millones de circunstancias más incluido el más firme convencimiento de que casi todo en esta vida se puede solucionar, o al menos mejorar, con un buen plato de sopa. De hecho cuando estoy muy cansada, agobiada o el resfriado me ronda lo único que viene a mi mente es la palabra "sopa". Y me da igual que sea de pollo, carne, pescado, verduras, con fideos, con pan o en consomé. El caso es que sea sopa. Cuando éramos pequeñas mi madre nos preguntaba a mi hermana y a mí siempre qué queríamos comer el día de nuestro cumpleaños. Era como un regalo más en ese día ya de por sí especial. Lo mío estaba claro. Menos mal que es en invierno aunque también me he tomado una buena sopa castellana en pleno mes de julio.

La sopa de ajo debe ser una de las recetas más tradicionales de nuestro país y más sencilla puesto que se necesitan muy pocos ingredientes para hacerla. Pero qué quieres, está científicamente demostrado que lo más sencillo en cocina es lo mejor y está más rico.

 En un libro de cocina de mi madre encontré esta variante de sopa de ajo con pescado y me decidí a probarla. Me gustó pero repito ¿hay alguna sopa que no me guste?




Ingredientes:

1/4 kilo de cabezas de merluza
1/4 kilo de gambas frescas
1 zanahoria
1 rama pequeña de apio
1 puerro
1 tomate
2 dientes de ajo
1 copa de vino blanco
100 gr de pan
1/2 cucharadita de pimentón

Empezamos haciendo el caldo de pescado y para ello vamos a rehogar en una cazuela grande el puerro, zanahoria y apio picados. Cuando ya esté el puerro dorado añadimos el tomate cortado en trozos sin piel ni pepitas. Seguimos rehogando.

Les quitamos las cabezas y la piel a las gambas y las incorporamos a las verduras. Damos unas vueltas. Reservamos los cuerpos para el final de la receta. Añadimos las cabezas de merluza, la copa de vino, sal y un litro y medio de agua.




Dejamos cocer quince minutos y pasado este tiempo retiramos las cabezas de merluza y colamos todo el caldo. No queremos las verduras ni las cabezas de las gambas. Reservamos el caldo.

En una cazuela ponemos 1 decilitro de aceite y cuando esté caliente doramos los dientes de ajo y el pan cortado en rebanadas que dejaremos dorar. Añadimos el pimentón y rehogamos un poco. Vertemos el caldo de pescado y dejamos cocer diez minutos. Antes de apagar el fuego añadimos las gambas y la carne de pescado que hemos retirado de las cabezas.

Y a disfrutarla tranquilamente en estos días tan fríos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

SHEPHERD'S PIE



Esta semana en Cook and Spoon tendremos recetas que nos van a ayudar a entrar en calor, comida casera, que se puede dejar medio preparada de un día para otro y el sábado nos daremos un pequeño gran capricho. Ese es el plan, a ver si lo cumplimos. Pero no nos adelantemos tanto que la semana acaba de empezar y queda todavía mucho por delante. Hoy nos hemos ido a comer a Inglaterra un delicioso pastel de carne de cordero con un topping de puré de patatas, ajo asado, queso y yogur griego que entona a cualquiera. Habrás pensado que el puré de patatas con el que cubrimos la carne será pesado con tantos ingredientes ¿verdad? Al contrario, es suave y sedoso, nada pesado ni empachoso. Y si me apuras, perfecto para comérselo a cucharadas.

La verdad es que en el repertorio de recetas de la cocina británica son muy típicos los pasteles de carne y ¿quién no ha probado un shepherd's pie en algún pub inglés? La primera vez que lo probé no fue en un pub, ni mucho menos, era un plato precocinado que no me gustó nada de nada. La carne estaba seca, salada y el puré de patatas era un mazacote para el que necesitaba cuchillo de lo duro que estaba. Luego ya probé muchos más mejores, por supuesto, hasta llegar a la que creo que puede ser la receta definitiva.




Ingredientes:

1 cebolla morada
3 dientes de ajo
600 gr de carne de cordero
250 ml de caldo de carne
1 zanahoria
1 rama de apio
calvados
1 1/2 cucharada de concentrado de tomate
1/2 cucharada de nuez moscada
tomillo fresco

La receta la podéis encontrar en What Katie Ate aunque yo le he hecho numerosas modificaciones porque ella solo incluye la cebolla y el ajo entre los ingredientes de la carne y yo añadí zanahoria y apio. Esta es una verdura que a mí me encanta pero que en casa no cuenta con mucha simpatía. De vez en cuando lo compro y a no ser que me quiera dar una sobredosis de apio y comérmelo de una sentada en una macroensalada de apio lo voy añadiendo, así como quien no quiere la cosa, sin que nadie se entere y en pocas cantidades a guisos o sopas.

Picamos la cebolla muy fina y la rehogamos en una sartén grande durante unos cinco minutos. Añadimos la zanahoria, dientes de ajo y apio todo picado en trozos pequeños. Ya sabes, está de incógnito en la carne, nadie debe darse cuenta de que está ahí. Bueno, ahora que lo estoy publicando a los cuatro vientos ya se sabe que no era solo carne.




Incorporamos la carne picada  y la nuez moscada. Rehogamos todo junto hasta que esté dorada la carne. Añadimos el concentrado de tomate, un chorro generoso de calvados y el caldo. Sazonamos y dejamos que cueza unos 20-30 minutos.

Hasta aquí puedes dejarla preparada y  esperando en la nevera. El puré de patatas lo puedes preparar al día siguiente. O incluso congelarla. La verdad es que ya que nos ponemos es mejor hacer más cantidad y así tener un tupper  en el congelador para momentos en los que no tenemos tiempo ni de encender el fuego.

Nos ponemos con el topping de puré de patatas, ajo asado y yogur griego. Te va a encantar, ya verás.
Además es un muy fácil.
Necesitamos:

3 dientes de ajo sin pelar
5 patatas
80 ml de leche
2 cucharadas de yogur griego
50 gr de parmesano




Pelamos las patatas, las cortamos en trozos pequeños y las cocemos en abundante agua hasta que estén hechas. Mientras ponemos los dientes de ajo en una fuente y los asamos en el horno a 180º durante 30 minutos o hasta que veas que ya están blandos.
Escurrimos las patatas y con la ayuda de un tenedor las vamos machacando o las pasamos por el pasapuré. Añadimos la leche, yogur, queso parmesano y el ajo asado. Mezclamos bien y rectificamos de sal con cuidado porque el queso ya lleva sal. Añadimos tomillo fresco.

Ahora ya puedes cubrir la carne con el puré así sin más o podemos hacer que parezca algo un poco especial. Para ello necesitamos una manga pastelera y una boquilla rizada. Pasamos el puré a la manga pastelera y vamos cubriendo la superficie con pequeñas estrellas. Espolvoreamos más queso parmesano y gratinamos en el horno.

Perfecto con una ensalada de naranja.

Te espero el jueves con un plato de cuchara.

lunes, 3 de noviembre de 2014

GALLETAS DE MIEL




Con el otoño ya definitivamente instalado, y de qué manera, entran ganas de refugiarse en casa, de quedarse recogida en la cocina y con el horno a toda marcha. Ya, por fin, podemos encenderlo sin tener que sudar la gota gorda para hacer aquello que más nos gusta: asados, bizcochos y galletas. Como ya os dije ayer en la página de Google+ hoy os voy a dar una receta de galletas que a mí me parece muy otoñal y que es muy, muy fácil de preparar. Solo necesitamos cinco ingredientes para hacer unas galletas que nos endulcen una tarde con una buena taza de café o té. Es bueno empezar la semana de una manera suave, dulce y tranquila ¿verdad? Ya tendremos el jueves un plato más contundente y también muy otoñal.




Ingredientes:

150 gr de harina
75 gr de mantequilla
75 gr de azúcar
2 cucharadas soperas de miel
1 huevo

Aquí tienes los cinco ingredientes que necesitamos y que seguro están en tu cocina. En una hora y treinta cinco minutos puedes tener estas galletas listas.

Empezamos derritiendo la mantequilla en el microondas.




En una fuente ponemos la harina y el azúcar. Añadimos la miel y mezclamos. Incorporamos la mantequilla y el huevo. Llevamos a la nevera y dejamos que enfríe y solidifique durante 1 hora.

Precalentamos el horno a 180º y pasada la hora, cogemos la masa de la nevera y con ayuda de una cuchara vamos sacando pequeñas porciones. Ya verás que está muy dura y quizás tengas que pelearte un poco con la masa. Hacemos pequeñas bolas aplastándolas un poco con la mano. Las ponemos en la bandeja del horno forrada con papel vegetal y las horneamos durante 15 minutos o veamos que están doradas.




Una vez que las galletas estén hechas, sacamos la bandeja del horno y con ayuda de una espátula las retiramos para ponerlas en una rejilla. Ten cuidado porque están blanditas, blanditas y se pueden romper. Según vayan enfriándose, irán endureciendo. Solo hay que tener paciencia.

Ahora sí, ya que están frías puedes lanzarte sobre ellas y disfrutarlas tranquilamente.

jueves, 30 de octubre de 2014

CREMA DE REMOLACHA ASADA CON PESTO DE ESPINACAS Y PIPAS DE CALABAZA



Pero viendo las fotos, vaya usted a saber qué extraño brebaje hay en las copas ¿no? Hice esta crema, creo, a principios de octubre con intención de publicarla rápidamente. No quería tenerla en el escritorio mucho tiempo, porque ya sabes que luego se quedan ahí para los restos, pero al descargar las fotos vi que eran un poco "halloweeneras" y ahí  han estado esperando las pobres pacientemente hasta este momento. Con ese color tan rojo parece sangre ¿verdad? y, sinceramente, daba un poco de cosa hundir la cuchara en las copas y probarla. Os va a sorprender por el color y por el sabor. E incluso gustará a los que las remolachas no les hace mucho tilín y puede que os la pidan de nuevo. Entonces os quedaréis con la misma cara que yo al oír " esto se puede repetir ¿no?"


Ingredientes:

900 gr de remolacha
70 gr de espinacas baby
40 gr de pipas de calabaza
60 ml de aceite de oliva
1 diente de ajo
1 litro de caldo de verduras
2 cucharaditas de comino en polvo




Lavamos las remolachas y las ponemos en una fuente apta para el horno. Las llevamos al horno a 250º y dejamos que se asen  durante una hora o hasta que estén blandas. Entonces las sacamos del horno y dejamos que se enfríen un poco para proceder a pelarlas y cortarlas en trozos.

Mientras que las remolachas se están asando, prepararemos el pesto de espinacas y pipas de calabaza. No vamos a tardar nada porque se trata de triturar las espinacas, pipas, ajo, aceite y sal hasta que tenga la textura que a ti te gusta más, más pasado o con pequeños tropezones.

Por otra parte vamos a procesar las remolachas, caldo, comino y sal hasta que tengamos una crema suave.

Calentamos y servimos con el pesto encima.

Fuente: The French Market Cookbook, Clotilde Dusoulier

lunes, 27 de octubre de 2014

ENSALADA DE CALABAZA ASADA Y TRIGO DE ESPELTA



Mientras el verano y el otoño se lo juegan a los chinos para ver quién se queda hasta que llegue el invierno, nosotros nos beneficiamos de productos del otoño, como las calabazas, preparados en ensalada. Supongo que si tienes niños de aquí a unos días te vas a juntar con una cantidad considerable de pulpa de esta verdura a la que habrá que dar salida como sea. Siempre podemos hacer un bizcocho o una deliciosa crema pero y ¿una ensalada? Aprovechando que sigue haciendo calor vamos a asar la calabaza y a añadirle trigo de espelta, fácil de digerir y de encontrar en herbolarios.

Ingredientes:

370 gr de espelta
800 gr de calabaza
100 gr de queso feta
lechuga variada
40 gr de nueces
1 cucharada de miel
3 cucharadas de vinagre de manzana
1 cucharada de zumo de limón
5 cucharadas de aceite de oliva
tomillo
sal
tomates secos en aceite




Primero dejaremos los granos de espelta en remojo entre tres y ocho horas para que se ablanden. Yo los tuve cuatro horas. Escurrimos y ponemos en un cazo cubiertos de agua a que cuezan durante 30 minutos más o menos. Pruébalos para ver si están a tu gusto. Escurrimos y reservamos.

Ahora vamos a preparar la calabaza y para ello cortaremos la pulpa en trozos. Los ponemos en una fuente apta para el horno y los pintamos con la mezcla de la cucharada de miel y 2 cucharadas de aceite de oliva. Salamos y asamos durante 35  minutos o hasta que veamos que ya la calabaza empieza a estar tostada.




Cubrimos la fuente o plato en el que vayamos a servir la ensalada con una selección de lechugas variadas o brotes verdes. Encima vertemos el trigo cocido, la calabaza asada, el queso feta, los tomates secos en trozos y las nueces picadas. Aliñamos con el zumo de limón, vinagre, sal, aceite y tomillo fresco.


Fuente: Revista Saveurs.

jueves, 23 de octubre de 2014

CREMA DE LENTEJAS CON FOIE




Este plato es la mejor prueba de que unos ingredientes sencillos y una receta de andar por casa, de toda la vida y así de buenas a primeras sin ningún tipo de glamour, se viste de fiesta y de sofisticación con un poco de foie. O sea para dejar patidifuso a cualquier invitado. Porque si le dices a alguien que le vas a dar de comer un plato de lentejas, así sin más,  lo mismo te mira quien sea con mala cara y piensa que no te quieres esmerar o que es lo único que sabes cocinar. Y de eso nada de nada, que cocinamos mucho y muy bien. Pero si ofreces una crema de lentejas con foie, seguro que la mirada es diferente y se muere por probar ese colmo de sofisticación que has prometido. Es sin duda el poder de la palabra "foie" y raritos que somos los humanos también.

Antes de hacer la crema hay que preparar unas buenas lentejas, cremositas, con sabor a casa y recuerdos de nuestras madres en los tuppers que nos preparaban ¿verdad? Porque ¿hay algo más socorrido que un tupper de lentejas? Yo suelo tener siempre alguno grande y muchos pequeños con sobras de las otras veces que las he preparado y puedo asegurar que si abro esos tuppers pequeños a la vez comprobaré que la receta no es la misma. Para qué os voy a engañar cada vez las hago de una manera distinta y los ingredientes diferentes: con comino, sin comino, con curry, con las verduras muy picadas, con las verduras trituradas para que nadie sepa qué he puesto no vaya a ser que haya protestas, con un refrito de ajo y pimentón al final, sin él, con jamón, con chorizo, sin nada de eso que  se pega al riñón y que tanto nos gusta. En fin, según el día que tenga y los ingredientes que ronden por la nevera.




Eso sí, esta vez, como había que batirlas y para eso la Thermomix es perfecta, me he disciplinado y he seguido la receta del libro Thermomix 31.

Ingredientes para 6 personas:

350 gr de lentejas
100 gr de calabaza troceada
100 gr de pimiento verde
100 gr de zanahoria troceada
1 cucharada de pimentón
40 gr de aceite de oliva
2 dientes de ajo
100 gr de cebolla troceada
1 hoja de laurel
750 gr de agua
200 gr de foie


Dejamos las lentejas en remojo la noche anterior y al día siguiente las lavamos y escurrimos antes de ponerlas en el vaso. Añadimos todos los demás ingredientes y programamos 30 minutos, 100º, giro a la izquierda y velocidad cuchara. Pasado el tiempo comprobamos que estén tiernas y sino es así, programamos unos minutos más.

Hasta aquí, una receta estupenda de lentejas. Ahora las vamos a triturar a velocidad 7 durante 40 segundos o más tiempo si es necesario.

En una plancha bien caliente y sin grasa hacemos los escalopes de foie. Tiene que estar muy fríos para que no se derritan.

Servimos la crema de lentejas en unos cuencos o tazas con el foie y un poco de pimienta rosa.

La versión rápida de este plato (oye, que no siempre tenemos tiempo) es comprar unos botes de lentejas, triturarlas añadiendo algo de caldo o nata para que no quede la crema demasiado espesa y añadir el foie.

lunes, 20 de octubre de 2014

BROWNIES DE BOURBON Y NUECES PECANAS




Dos recetas seguidas de chocolate. Vaya, eso no es nada frecuente en Cook and Spoon ya que procuro alternar ingredientes para que encontréis variedad en las recetas. Pero hoy quiero celebrar algo y en las celebraciones en esta casa siempre hay chocolate por medio. ¿Y qué celebro? Pues que después del chasco tan enorme que Cáceres se llevó al no ser elegida capital europea de la cultura, el viernes nos llevamos la alegría de ser nombrados Capital Gastronómica 2015. Estoy deseando saber todo, todo lo que se va a llevar a cabo y que por supuesto contaré con pelos y señales. Desde aquí quiero invitaros a que vengáis a conocernos, a disfrutar de nuestra bonita ciudad medieval y a degustar todos nuestros productos y restaurantes. Atrio es el más conocido de ellos pero hay más, muchos más que merecen ser conocidos.
Bien, una vez dicho esto paso a comentaros la receta de hoy. Hacer brownies es fácil, muy fácil y agradecido porque en nada de tiempo tienes un dulce que gusta a todos, o casi todos, y que no precisa de horas de preparación. La verdad es que el Bourbon se nota en esta receta y mucho, así que podéis reducir la cantidad aunque, bueno, un día es un día ¿no?


Ingredientes:

200 gr de chocolate
125 gr de mantequilla
2 huevos
125 gr de azúcar moscovado
50 gr de azúcar
75 ml de Bourbon
2 cucharaditas de esencia de vainilla
175 gr de harina
1 cucharada de cacaco en polvo
125 gr de nueces pecanas en trozos




Como siempre que preparamos un bizcocho o brownie precalentamos el horno a 190º. Engrasamos un molde cuadrado de 20 cm.

Llevamos un cazo al fuego para derretir el chocolate y la mantequilla. Reservamos.

Batimos los huevos con los dos tipos de azúcar hasta que tengamos una mezcla cremosa y de un color beige claro. Añadimos el chocolate y la mantequilla derretidos, el bourbon y la esencia de vainilla. Incorporamos el cacao y la harina previamente tamizados para evitar grumos para finalmente añadir las nueces.

Vertemos la mezcla en nuestro molde y lo dejamos en el horno durante 25 minutos.

Fuente: Short and Sweet, Dan Leppard.

lunes, 6 de octubre de 2014

ISLAS FLOTANTES SOBRE NATILLAS DE CHOCOLATE Y GRAN MARNIER




Ya hemos abrillantado las ollas, cazuelas y cucharas y solo nos queda ir al súper y aprovisionar la despensa de aquellos ingredientes que solo usamos en otoño/invierno. Sí, porque soy muy cuadriculada y el chocolate solo lo uso en estas dos estaciones del año o en verano para hacer helado y solo helado. Me parece un ingrediente de lo más invernal, con calorías que nos ayudan a no pasar frío y a sobrellevar las cortas tardes invernales de frío y lluvia.

Y Aurélie en su propuesta para el reto del mes en la comunidad FoodBloggers Trotamundo me ha dado la excusa perfecta para hacer un postre que lleva chocolate (queda inaugurada oficialmente la temporada del uso indiscriminado del chocolate) y también quitarme un trauma de encima con el tema merengue. No te voy a contar mis frustraciones con el merengue pero ya iban camino de convertirse en algo serio. Creo que han sido unas cuatro preparaciones con el dichoso merengue que han acabado en la basura porque o quedaba chicloso o se partía y se hacía polvo con solo mirarlo. Pero esta vez ha salido y muy bien aunque tenía un miedo tremendo. Ya me veía publicando las natillas de chocolate, que están muy buenas no digo que yo que no, sin las susodichas islas flotantes.




Ingredientes para las natillas de chocolate:

3 yemas
2 cucharadas de cacaco en polvo
75 gr de azúcar
500 ml de leche
3 cucharadas generosas de Gran Marnier
50 gr de chocolate

Mezclamos en un cuenco grande las yemas, cacao, azúcar y Gran Marnier.

Calentamos la leche en un cazo y cuando haya hervido la vertemos lentamente sobre las yemas removiendo sin parar para evitar que se cuajen. Devolvemos al fuego y seguimos removiendo hasta que haya espesado o tenga la consistencia que te guste. Hay gente que prefiere unas natillas espesas y a otras nos gustan un pelín más líquida. Ten en cuenta que nos queda añadir los 50 gr de chocolate y que una vez que se haya derretido vamos a dejar que se enfríe en la nevera porque tienen que estar frías para servir el postre.




Vamos a preparar las islas flotantes y para ello necesitaremos:

3 claras
50 gr de azúcar
sal
3 cucharaditas de agua de azahar

Batimos las claras y un pellizco de sal con la ayuda de un robot de cocina hasta que hayan montado. Entonces vamos añadiendo gradualmente el azúcar hasta que esté brillante y finalmente el agua de azahar. Ya tenemos el merengue preparado. Bien, ahora cubrimos el fondo de un cazo con leche que llevaremos a ebullición. Con la ayuda de dos cucharas dejamos caer porciones de merengue que se cocerán un minuto por cada lado. Sacamos, dejamos escurrir y enfríar sobre un paño.

Servimos nuestro postre cubriendo el fondo de un plato o cuenco con las natillas de chocolate y después dejando caer suavemente la isla flotante. Terminamos con ralladura de mandarina. Una isla flotante no es suficiente, ya verás como te piden más, así que mantén cerca las que han sobrado de momento.  Y digo de momento porque ya verás cómo desaparecen. La sensación de algo esponjoso y cítrico junto con las natillas es ... Pruébala y me cuentas.