Cuando leo la palabra estofado, me imagino un guiso con cuerpo, con sustancia, y esta receta no lo es para nada. Más bien es refrescante y muy original, diferente, para sorprender a los que se niegan a tomar lentejas o a los que se aburren de tomarlas siempre cocinadas de la misma manera.
El nombre original de esta receta es Rummaniyeh y es un plato muy popular en Palestina. Vas a disfrutar con el contraste de la lenteja y el ácido de la melaza de granada. La verdad es que es un plato que no cansa, que cada cucharada que te llevas a la boca es una explosión de sabor que te deja queriendo más.
La melaza de granada es una especie de jarabe denso producto de la reducción del zumo de granada, azúcar y limón y es muy utilizado en la cocina árabe. Cuando lo vayas a comprar fíjate bien en la cantidad de azúcar que tiene porque hay algunas marcas que tienen una cantidad indecente de azúcar.
Ingredientes para 4 personas:
250 g de lentejas (previamente puestas a remojo)
1 cuchara de comino molido
600 ml de agua
1 berenjena cortada en dados pequeños
aceite de oliva
4 dientes de ajo picados
150 ml de melaza de granada
zumo de 2 limones
1 granada
perejil
1. En una cazuela ponemos las lentejas, comino y agua. Llevamos a ebullición y dejamos que cuezan unos cinco minutos más antes de añadir la berenjena y sal.
2. En una sartén vamos a dorar los ajos y lo incorporamos a las lentejas cuando hayan transcurridos 25 minutos de cocción. También añadimos la melaza de granada y el zumo de limón. Removemos bien.
3. Ya está. Ya solo faltaría añadir unos granos de granada, perejil picado y verter un hilo de aceite.
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