lunes, 23 de julio de 2012

PANZANELLA




Sinceramente, prefiero no saber la temperatura que tuvimos que sufrir anoche ni hasta dónde pensará llegar el termómetro hoy. Me gusta el calor y no me importa que durante el día nos achicharremos si, al menos, por las noches podemos dormir. En estas condiciones cuanto más lejos estén la cocina y el horno mejor que mejor. Vivimos a base de líquidos y ensaladas como esta. Como ya sabréis la panzanella es una ensalada oriunda de la Toscana. Originalmente se hacía con pan, cebolla, aceite y vinagre. El tomate no llegó a Italia hasta el siglo XVI y no se usa como ingrediente en la cocina hasta el siglo XVIII. A esta ensalada se incorporó en el siglo XX.

Ingredientes:

pan
tomates cherry
cebolla roja
aceitunas negras
albahaca
aceite
vinagre
sal
ajo




Como os he dicho anteriormnete el ingrediente principal de la panzanella es el pan y no el tomate. Usaban pan duro que se ponía en remojo para hidratarlo y que se pudiera tomar mejor.  Estamos hablando de un pan decente no el que compramos ahora en algunas panaderías y que si dejas en agua se convierte en una pucha. Por eso he cortado el pan en trozos y los he pincelado con la mezcla de aceite, agua y tomillo. Después los he dejado en el horno para que se tostaran y poder tener así unos croutons con sabor campestre.
En una ensaladera he mezclado los tomates cortados, la cebolla picada fina, las aceitunas y finalmente el pan. Aliñamos con aceite, vinagre, sal y decoramos con unas hojas de albahaca.

jueves, 19 de julio de 2012

CREMA FRÍA DE CALABAZA




Porque haga el suficiente calor como para derretirnos en la calle, no quiere decir que dejemos de comer cremas de verduras. De hecho, si pudiera, viviría todo el verano a base de ellas. Y el gazpacho (¿porque qué es el gazpacho sino una crema de verduras aguada?) sería el primero de la lista. Benditos tomates y pimientos. La verdura protagonista de nuestra crema es la calabaza, rica en todos los antioxidantes del mundo mundial, vitamina C y ácido fólico. Además nos ayuda a rebajar grasas y líquidos. Siempre la asocio al otoño e invierno y su consumo se reduce a estas estaciones. Pero en el mercado encontré un hermoso ejemplar que me guiñaba el ojo de manera provocadora y sucumbí. Tampoco había tomado una crema de calabaza fría y esta, por lo menos, me ha gustado.

Ingredientes para 4 personas:

500 gr de calabaza
800 ml de caldo de verduras
1 vasito de vino blanco
1 yogur natural
100 gr de bacon
1 puerro
1 diente de ajo
sal
pimienta blanca
aceite

1. Empezaremos nuestra crema limpiando el puerro y picándolo junto con el diente de ajo. Los rehogamos en una cazuela con un poco de aceite unos 8 minutos.
2. Ahora con cuidado vamos a pelar la calabaza, retirar las semillas y cortarla en dados. La añadimos a la cazuela y la rehogamos con las verduras otros 8 minutos más. Regamos con el vino blanco y dejamos que se evapore. Bueno, he de confesar que no tenía vino blanco en ese momento (siempre me falta algún ingrediente y tengo que improvisar sobre la marcha. Suele pasarme por no leer bien las recetas antes de empezar y no aprendo ¿eh?, no aprendo) y usé un poco de brandy que tenía más a mano. No quedó mal.




3. Añadimos el caldo, salpimentamos y dejamos cocer hasta que la calabaza esté muy blanda. Pasamos la crema por la batidora y dejamos templar. Si te gusta muy fina, pásala por el chino. No debe quedar muy gruesa como un puré, sino algo más ligera.
4. Una vez templada añadimos el yogur y volvemos a batir. Ahora sí que va a la nevera hasta el momento de servir.
5. En la receta original se sugiere que para servirlo cortemos medio puerro en juliana fina y lo friamos en una sartén con abundante aceite. Yo la serví con unas hojas de tomillo fresco, unas pipas de calabaza y unos dados de bacon deshidratados en el microondas. Para ello ponemos la loncha de bacon entre papel de cocina y lo dejamos en el microondas unos minutos. Pocos minutos porque se quema que es una barbaridad y luego ese olor a quemado no se va en mucho tiempo.
Tú eliges como prefieres tomarla.

Fuente: Cocina Mediterránea, Lecturas.

lunes, 16 de julio de 2012

HELADO DE CHOCOLATE CON LECHE Y BROWNIE



Ahí es nada. Porque si te gusta el chocolate y te gustan los brownies tengo el helado perfecto para ti. Muy dietético no es, pero un día es un día y hay momentos en que necesitamos saltarnos las normas de lo sano. Este es un helado para disfrutar tranquilamente y cremoso a pesar de no haber usado el famoso azúcar invertido. De hecho este año no lo estoy usando nada y no noto que mis helados cristalicen. Será cuestión de magia, no sé. La receta la podéis encontrar en el maravilloso libro The Perfect Scoop de David Lebovitz. No es el primer helado que hago de este libro y os puedo asegurar que no será el último.

Ingredientes para hacer el brownie:

115 gr de mantequilla
170 gr de chocolate en trozos
25 gr de cacao
200 gr de azúcar
3 huevos grandes
1 cucharadita de extracto de vainilla
140 gr de harina
sal
100 gr de nueces pecanas o avellanas

1. Para empezar derretimos la mantequilla al baño María. Añadimos el chocolate y removemos continuamente hasta que se haya derretido. Retiramos del fuego, incorporamos el cacao y removemos hasta que se haya disuelto completamente.
2. Agregamos azúcar y después los huevos de uno en uno y procurando que se hayan incorporado a la masa completamente antes de añadir el siguiente. Finalmente la vainilla, harina, sal y nueces.
3. Horneamos en el molde elegido durante 35-40 minutos. Cuando ya esté cocido el brownie, dejamos que se enfríe para seguir con el helado.
No vale comérselo entero y de una sentada. Por fuerte que sea la tentación hay que dejar algo para el helado. Ya te alegrarás después de no haber sucumbido totalmente. Te lo digo por experiencia.




Ingredientes para el helado de chocolate con leche:

230 gr de chocolate con leche
375 ml de nata espesa
375 ml de leche entera
150 gr de azúcar
sal
4 yemas de huevo
2 cucharadas de cognac
120 gr de chips de chocolate

1. En una cazuela al baño María vamos a mezclar el chocolate y la nata y removemos hasta que el primero se haya derretido completamente. Retiramos del fuego y reservamos.
2. Aparte calentamos la leche, azúcar y sal. En una fuente vamos a batir las yemas a las que les vamos a incorporar la leche caliente removiendo sin parar para evitar que se cuajen las yemas. Si pasa, le metemos la batidora y listo. Volvemos a verter la mezcla en la cazuela en la que hemos calentado la leche y removemos constantemente hasta que tengamos una especie de natillas no demasiado espesa. Lo justo para que al introducir una cuchara esta quedé cubierta por las natillas.




3. Ahora vertemos las natillas en la cazuela en la que tenemos el chocolate, añadimos el cognac y mezclamos.
4. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y después en la nevera un par de horas como mínimo.
5. De la nevera a la heladera. Unos minutos antes de acabar el programa y ya veáis que la mezcla ha espesado y ya se ha convertido casi en helado, añadimos los chips de chocolate.
6. Cuando vayamos a meterlo en el congelador es cuando agregamos el brownie desmigado. Removemos para que se mezcle todo bien.
Solo nos queda esperar unas horas para disfrutar un helado de chocolate con los tropezones del brownie. Creo que es uno de los mejores helados que he probado. Sí, lleva su tiempo, lo sé,  pero merece la pena.

He de decir que las bolas de helado se han portado excepcionalmente y no se han derretido demasiado. Claro que ya habíamos tenido una seria conversación sobre las normas del posado y lo que hay que sufrir para hacerse famosas. Veo que lo han entendido perfectamente.

viernes, 13 de julio de 2012

UNA CARBONARA DE CALABACÍN


La última vez que tomé pasta en un restaurante no pude ni terminar el plato. Había en él unos noodles salteados con verduras que a simple vista tenían una pinta inmejorable,  pero que cuando el tenedor llegaba a la boca se convertían en una masa blandengue y demasiado cocida que me daba un asco tremendo. Entonces pensé que la pasta mejor o la tomaba en casa o en algún sitio decente donde supieran cocinarla como Dios manda. Y, repasando libros de cocina, me topé con uno de los inventos de Jamie Oliver que tanto me gustan. Creo que ya he olvidado la mala experiencia.

Ingredientes para 4 personas:

6 calabacines medianos verdes
500 gr de pasta
4 yemas de huevos (ecológicos si puedes)
100 ml de nata
queso parmesano rallado
aceite de oliva
12 lonchas de bacon o panceta
albahaca, hierbabuena o tomillo

1. Vamos a empezar  cortando nuestros calabacines en cuatro partes y luego al sesgo o en rodajas si no son muy grandes.
2. En una cazuela ponemos abundante agua a hervir y cocemos la pasta.
3. Preparamos la salsa carbonara poniendo las yemas de huevo en un cuenco, añadimos la nata y queso parmesano. Lo mezclamos todo con un tenedor, sazonamos ligeramente y dejamos a un lado.
4. En un sartén vamos a freír la panceta con un poco de aceite de oliva hasta que esté doradita y crujiente. Añadimos los calabacines y dejamos que se embadurnen de la grasa y de ese sabor ahumado tan rico que ha soltado la panceta.


5. Ya tenemos la salsa lista, la pasta cocida y el bacon y calabacines salteados. Vamos a terminar el plato y hay que darse prisa para que la carbonara quede perfecta. Antes de escurrir la pasta vamos a reservar algo del líquido de cocción para mezclarla con la pasta, calabacines y bacon. Removemos y terminamos vertiendo la salsa de la carbonara que teníamos ya preparada y esperando que llegara el momento. Removemos todo a fuego bajo durante unos minutos, lo justo para que los huevos se queden con una textura melosa y sin cuajar. Ahora asegúrate de que está todo el mundo en posición de firme en la mesa y preparado para dar cuenta de una carbonara bien deliciosa. Finalmente añadimos las albahaca, hierbabuena o tomillo.

Fuente: En casa con Jamie, Jamie Oliver.

martes, 10 de julio de 2012

HELADO DE CEREZAS ASADAS Y YOGUR



Hasta el año pasado, nunca jamás en mi vida había hecho helado. Jamás. A lo más que había llegado era a intentos de hacer polos cuando era pequeña. Y digo intentos porque no había paciencia para esperar a que la Fanta, Coca-cola o zumo correspondiente se helasen y solían quedarse en algo que recordaba remotamente a una granizada aguada. Pero eso era antes. Este año me he tirado a la piscina y he decidido hacer helados por mi cuenta y riesgo. Este es el primero. Si asé fresas ¿qué pasará si aso cerezas?, pensé. Nada, qué va a pasar.  Pues que se concentra el sabor. Y sustituir la nata por el yogur me ha encantado. La nata, la mantequilla y yo mantenemos una relación más que tormentosa.

Ingredientes:
250 gr de cerezas en trozos, sin hueso
1/2 cucharada de miel
2 yogures
brandy
zumo de medio limón

Con estas cantidades tendréis medio litro de helado más o menos. Ajustad las cantidades a vuestras necesidades y gustos. Haced lo mismo con la miel.



1. Una vez cortadas las cerezas, y quitado el hueso, las ponemos en un bol y mezclamos con la miel y un chorro de brandy. Ponemos en una fuente y asamos en el horno hasta que los jugos que sueltan se vayan espesando. Sacamos del horno y dejamos enfriar.
2. Una vez frías, las trituraremos con los yogures y el zumo de medio limón. Si no queréis encontraros trozos de fruta, bate todo bien. Dejad que enfríe en la nevera y poned la heladera a funcionar. Con este helado no hay remordimientos. Ya os traeré otro que es un despropósito completo, pero está taaan bueno.

jueves, 5 de julio de 2012

BIZCOCHO DE FRAMBUESAS CON CRUMBLE DE PISTACHOS Y COCO



¿Más frambuesas?, diréis. Los frutos rojos me apasionan por el color y por el sabor. Siempre están en mi mesa, sea invierno o verano, y aparecen en preparaciones dulces, salsas, cereales, ensaladas, tartas o bizcochos como es este caso. Es una pena, casi siempre congeladas, pero estoy a la espera de hacerme de un arbusto de arándanos y si no se me malogra, voy a disfrutar como una enana con él. Como hay que seguir desayunando y merendando y el horno no puede oxidarse por falta de uso, hoy os traigo este delicioso y veraniego bizcocho: un puntito ácido y con algo crujiente para morder.

Ingredientes:

2 1/2 tazas de harina bizcochona
3 cucharaditas de levadura
1 taza de azúcar moreno
2 huevos
100 gr de mantequilla derretida
2 yogures
2 cucharadas de leche
2 cucharaditas de extracto de vainilla
200 gr de frambuesas

1. Por una parte mezclamos y batimos los huevos, mantequilla derretida, leche, yogur y extracto de vainilla.
2. En otro bol mezclamos el azúcar, levadura y harina. Añadimos los ingredientes secos a los líquidos y mezclamos.
3. Por último incorporamos nuestras frambuesas. El secreto para que la fruta que añadamos a un bizcocho no se vaya al fondo es rebozarla previamente en harina. Así se quedaran en el centro de la masa.
4. Vertemos nuestra mezcla en el molde que vayamos a utilizar y cubriremos con nuestro crumble. Lo haremos con los siguientes ingredientes.



25 gr de mantequilla fría
1/8 taza de coco en polvo
1/8 taza de harina
2 cucharadas de azúcar moreno
40 gr de pistachos picados

Preparar el topping es de lo más fácil ya que solo hay que mezclar todos los ingredientes y obtener una masa que parezca migas de pan.
Una vez cubierta la masa solo nos queda esperar a que el horno haga su parte durante unos 45 minutos o al pinchar el bizcocho con un palillo este salga seco.

Fuente: Fuss Free Cooking.

lunes, 2 de julio de 2012

EMPANADILLAS ENROLLADAS




No, no me he ido de vacaciones voluntarias. Más bien recibí la visita muy inoportuna y un poco impertinente de un virus gastrointestinal asqueroso y muy poco glamouroso. Sí, ese que la deja a una por dentro más limpia que la patena y por fuera como un trapillo. Me ha mantenido alejada de la cocina, el muy malandrín, y cerca de otra parte de la casa. Con 43º en la calle y el virus incordiando, lo único que he podido hacer ha sido beber ese refresco de limón sin gas que te recomiendan en una situación así.  De cocinar nada de nada. En fin, los virus, muy monos ellos. Volviendo a lo nuestro, estos rollitos que os traigo hoy podrían llamarse empanadillas porque están hechos con las obleas que venden en todos los supermercados pero, a veces, hay que darles una forma distinta a los platos para que parezcan algo diferente y sorprendan. Los rellenos tampoco son nada del otro mundo y seguro que a vosotros se os ocurren muchos más. Vamos con ellos.

Ingredientes:

obleas de empanadillas
morcilla
cebolla
manzana
calabacines
queso feta
orégano
huevo batido

Vamos a empezar con el relleno de morcilla. Para ello picaremos la cebolla muy fina y la rehogaremos en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Cuando empiece a estar transparente, añadimos la manzana ya pelada y picada en trozos pequeños. Rehogamos y, cuando esté blanda, incorporamos la morcilla. Previamente le habremos quitado la tripa en la que viene embutida y la habremos desmenuzado con un tenedor. Damos unas vueltas a la mezcla y dejamos enfriar.


Para el relleno de calabacines vamos a empezar rehogando la cebolla picada fina como para el relleno anterior. Cuando esté transparente añadimos los calabacines picados en cuadrados y el orégano. Rehogamos y cuando estén blandos los apartamos del fuego y dejamos enfriar completamente. Es entonces cuando incorporamos el queso feta o de cabra en trozos.


Empezamos a formar nuestros rollitos poniendo una pequeña cantidad de relleno en un extremo de la oblea. Enrollamos un poco  y doblamos hacia dentro los laterales de la oblea, como si fuéramos a hacer un sobre y terminamos de enrollar. Ya solo nos queda pintar con huevo batido y dejar en el horno hasta que estén dorados.
Es una empanadilla diferente. Solo necesitáis el relleno adecuado y veréis cómo los niños los devoran.