PÁGINAS
▼
martes, 8 de julio de 2014
MUSLOS DE POLLO FRITOS MACERADOS EN BUTTERMILK
¿Se puede comer pollo con las manos? Más concretamente ¿se puede comer muslos de pollo con las manos? Después de buscar y preguntar, llegué a la conclusión de que sí se puede si no lleva salsa (obviamente) y si estás en tu casa o en el campo. Y ¿a qué viene esta pregunta tan tonta? Pues a que los muslos que veis en las fotos son para echarles el guante, así tal cual, y no parar de comer, de verdad. Están macerados en buttermilk con jengibre, guindilla, ajo y romero durante toda una noche lo que hace que estén jugosos por dentro y crujientes por fuera al haberlos rebozado en harina de garbanzos.
Si te gusta la repostería habrás visto que el buttermilk se usa mucho para hacer bizcochos y tartas. A mí me resulta muy difícil encontrarlo en los supermercados por no decir que es misión imposible. Así que tengo que recurrir a la receta casera para hacerlo. Para ello necesitaremos:
1/2 litro de leche
2 cucharadas de zumo de limón o vinagre
Es tan fácil como añadir el zumo o vinagre a la leche que estará a temperatura ambiente. Mezclamos bien y dejamos reposar unos 15 minutos. Entonces tendremos algo parecido a un yogur líquido con un sabor ácido que se conservará bien en la nevera durante 1 semana.
Como os decía al principio de esta entrada, es en esta especie de yogur líquido en la que vamos a macerar los muslos de pollo durante una noche.
Para ello necesitaremos:
2 dientes de ajo
jengibre rallado
1 guindilla pequeña
tomillo
300 ml de buttermilk
8 muslos de pollo
harina
1 cucharadita de jengibre molido
harina de garbanzos
aceite
En una fuente honda ponemos los dientes de ajo majados en el mortero, la guindilla en trozos, el jengibre y unas ramas de tomillo fresco. Vertemos el buttermilk y sumergimos los muslos de pollo hasta que estén bien cubiertos. Llevamos a la nevera y dejamos reposar 8 horas.
Una vez macerados, los retiramos y secamos. Salpimentamos y pasamos por la mezcla de harina y jengibre en polvo. Freímos en abundante aceite muy caliente hasta que estén bien dorados. Dejamos que reposen unos minutos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
Acompañados de una ensalada de repollo seguro que hacen las delicias de mayores y pequeños.
Fuente: The Creamery Kitchen, Jenny Linford.
Pero qué delicia, Pilar!
ResponderEliminarLo del buttermilk me ha dejado con la boca abierta. ¡quién lo diría! Pero lo cierto es que tiene unas pintas exquisitas!!!!
Esto me lo apunto!
Un besote!!!
Vaya un macerado curioso, es cierto que la buttermilk la tenemos asociada a las preparaciones dulces y al pollo como que no le pegaba, pero ya veo que es un error pensar eso porque tiene un aspecto delicioso que invita a meterle mano, y nunca mejor dicho, en cuanto lo ves.
ResponderEliminarBsts
looks wonderful
ResponderEliminarThese look fingerlickingly delicious!
ResponderEliminarMe encanta comer con las manos, jeje. Aunque sea en restaurantes... no me comería una pizza con cuchillo y tenedor por muchas estrellas que tuviera!!! Nunca encontré el buttermilk en el super, pero es tan sencillo que no cuesta trabajo hacerlos. Tienen que estar de rechupete estos muslitos. Besiños.
ResponderEliminarUfff, como tienen que estar estos muslitos, para no dejar ni rastro.
ResponderEliminarBesitos
Que barbaridad de receta!!! La boca se me hace agua. Vamos, a ver quien puede prohibirnos que nos comamos estos muslos con las manos y nos chupemos hasta los dedos!!!! Me ha encantado y me la llevo para hacérsela a mi hijo pronto. Un abrazo
ResponderEliminarGosto muito de frango e esse com um toque de gengibre tem que estar uma delicia
ResponderEliminarAchei interessante serem macerados em buttermilk
Tem um aspecto super delicioso
bjs
una receta muy original , al menos para mí que no había escuchado nuca!!! Además quedan crujientes y eso me encanta!! Un beso
ResponderEliminar¡¡Felicidades por la receta!! en SdeSabor el próximo 15 de julio celebramos nuestro primer aniversario de nuestro blog. Para celebrarlo queremos hacer un regalo a nuestros seguidores por su fidelidad. Os animamos a que participéis en el sorteo, tenéis de tiempo hasta el 15 de julio. Visitar www.sdesabor.blogspot.com
ResponderEliminaresto te aseguro que lo pruebo! que pinta tienen!
ResponderEliminarCon las manos, por supuesto.Están impresionantes;me gusta ese adobo, hay que probarlo.
ResponderEliminarUn beso.
Me parece curiosísima esta receta pero de las que nos tienen que gustar y es que no solo la harina de garbanzos le da un toque rico sino que el buttermilk (casero también) tiene que darle un punto impresionante.
ResponderEliminarBesazos.
Macerados así seguro que se quedan super jugosos verdad? Mil besiños¡
ResponderEliminarMe encantan Pilar, tienen una pinta estupenda, me apunto el truco de macerarlos en buttermilk!
ResponderEliminarBesos
Ummmmmmmmm como tenian que estar esos muslos macerados en el buttermilk ya mismo tomo nota, te han quedado de relujo y seguro saben mejor.
ResponderEliminarComo siempre receta y presentacion son de 10 points.
Bicos mil wapa.
Madre mía que pinta!!!!! se puede comer con las manos, ya te digo! y chuparnos los dedos
ResponderEliminartienen que estar riquísimos.
Un beso.
Qué apañada que eres Pilar, una receta deliciosa, a mí me gusta mucho rebozar con la harina de garbanzos, da un crujiente especila. Besos
ResponderEliminarCon solo dos deditos seria capaz de comerme los ocho muslos.
ResponderEliminarUn abrazo
Blanca de JUEGO DE SABORES
Nunca hubiera usado la buttermilk para este tipo de recetas. Será plan de probarlo.
ResponderEliminar