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miércoles, 3 de octubre de 2018
MINI BUNDT CAKES DE LIMA Y SÉSAMO NEGRO
Creo que esta es la última receta que salió de mi cocina antes de que la desmantelaran. Sí, llevo "unos días" sin cocina que se me están haciendo larguísimos y lo que me queda. Es la primera vez y, aunque había sido previsora y tengo tuppers de mi cosecha y ayuda familiar, echo de menos preparar platos de pasta, arroz y sobre todo verduras. El pisto para estas situaciones es muy socorrido porque con un huevo frito tienes la comida resuelta ¿verdad? hasta que te das cuenta de que el pisto va solo porque no hay donde hacer un triste huevo. Y así todo.
Ahora me entretengo en la sección de platos preparados mirando los ingredientes y los E que tienen. Ayer, por ejemplo, me llamó la atención un bizcocho "casero" de chocolate con una pinta increíble y con una lista de ingredientes que yo no entendía en absoluto. Allí se quedó y yo esperaré a que mi cocina esté de nuevo montada para encender el horno (nuevo, por cierto) y disfrutar de algo tan rico como estos bizcochos de lima y sésamo negro. Si te gusta el cítrico en los bizcochos, entonces, amiga@ mí@, este es sin duda tu bizcocho.
Ingredientes:
1 cucharada de sésamo negro
150 gr de azúcar
150 gr de mantequilla en pomada
150 gr de harina bizcochona
1 cucharadita de levadura
3 huevos
ralladura de 2 naranjas
ralladura de 2 limas
1 cucharada de zumo de lima
En una sartén tostamos ligeramente las semillas de sésamo y las molemos en un mortero. Reservamos.
Seguidamente batimos la mantequilla con el azúcar hasta que tengamos una crema sedosa y vamos añadiendo los huevos pocos a poco para que se integren completamente en la mantequilla. Te parecerá que la masa se va a cortar. Es normal y en cuanto añadas la harina con la levadura tu masa de bizcocho volverá a tener un aspecto normal.
Ya solo faltaría añadir las ralladuras de los cítricos, el zumo de la lima y las semillas de sésamo molidas.
Vertemos la masa en los mini moldes de Bundt Cakes previamente engrasados y los dejamos en el horno hasta que estén hechos. Al ser moldes pequeños no tardarán mucho.
Los sacamos del horno y esperamos que se enfríen unos diez minutos antes de desmoldarlos.
Los puedes tomar así o con un glaseado por encima. Te recomiendo el glaseado. Para ello vamos a necesitar:
100 gr de azúcar glas
2 cucharadas de zumo de lima
ralladura de lima
semillas de sésamo negro
Tan solo tenemos que añadir el zumo al azúcar y remover hasta que tengamos una pasta con la que vamos a cubrir los bizcochos. Terminamos con la ralladura de lima y semillas de sésamo.
¿Preparad@ para chuparte los dedos comiendo bizcocho?
domingo, 9 de septiembre de 2018
SARDINAS RELLENAS DE ESPINACAS Y PISTACHOS
El mes de septiembre significa la vuelta a la rutina, retomar las actividades donde las habíamos dejado antes de las vacaciones, nuevos propósitos, nuevos retos y encorsetarnos en los horarios que nos marcan el día a día. Creo que esto último es lo más difícil después de haber tenido el reloj escondido en lo más profundo de un cajón y de habernos guiado por los que no aparecía en cada momento.
Hablando de nuevos retos, os presento Cocinarte, un nuevo reto en el que cada mes María de In my Little Kitchen nos presenta un cuadro y nos invita a preparar un plato relacionado o inspirado en la obra propuesta. Me llamó la atención porque a mí el arte me encanta y me parece ingenioso. He de reconocer que en principio no me pareció difícil pero puesta a la tarea, bueno, es difícil decidirse, la verdad.
El cuadro elegido para este mes Autorretrato y Bonito de Frida Kahlo. No conocía esta obra y al ver el nombre de la autora se vinieron a la cabeza platos llenos de color como ensaladas. Pero este cuadro en concreto no tiene colores alegres sino verdes y negro. Poco tiempo después de casarse con Rivera por segunda vez, recibió la noticia de que su padre había muerto. Volvió a su casa familiar de Coyoacán y allí pintó este cuadro. Te preguntarás quién es Bonito. Bonito, su loro fallecido anteriormente, aparece en su hombro.
Como veis nada de alegría y sí tristeza.
El verde es el color predominante en el cuadro y en la receta que he elegido ya que dos de los ingredientes son de color verde: espinacas y pistachos.
Ingredientes para 4 personas:
12 sardinas abiertas sin cabeza, tripas ni espina central
250 gr de espinacas
3 dientes ajo picados
1 cebolla pequeña muy picada
tomillo
aceite de oliva
50 gr de pan rallado
50 gr de pistachos picados
2 limones
En una sartén rehogamos la cebolla muy picada con el ajo. Cuando la cebolla empiece a estar dorada añadimos las espinacas lavadas muy picadas. Seguimos rehogando unos cinco minutos hasta que las espinacas estén hechas.
Retiramos del fuego y añadimos el pan rallado y los pistachos. Mezclamos bien y reservamos.
Ponemos las sardinas abiertas en una placa para el horno y con una cuchara pequeña dejamos un poco de relleno en la parte más ancha de la sardina para después doblarlas.
Les echamos por encima el zumo de un limón antes de llevarlas al horno a 200º. Pasados unos cinco minutos las volvemos a regar con la mezcla del zumo del otro limón y un poco de aceite de oliva.
Otra forma diferente de preparar sardinas. Si te preocupa el olor que pueden dejar las sardinas en la cocina, quédate tranquil@ porque no huele nada.
jueves, 5 de julio de 2018
RISOTTO CAPRESE
¡Hola! ¿Hay alguien ahí? Volver al blog después de tantos meses no es fácil, no señor. No sé si hay alguien al otro lado de la pantalla del ordenador o si alguna vez recuperaré la audiencia que tenía. Mi ausencia al principio no fue voluntaria, había cuestiones importantes que atender, y, resultó que con el paso del tiempo, el blog quedó relegado al último rincón de mi voluntad porque hay que tener fuerza de voluntad para volver a pensar las recetas, montar el chiringuito de las fotos y sentarse delante del ordenador sin saber si alguien te leerá. Ahora que lo pienso, me siento como aquel día que subí la primera receta. Tanto ha pasado y tanto ha llovido desde aquella vez.
Pero vamos con algo menos nostálgico y más alegre. Las chicas de Cooking the Chef me han dado la excusa perfecta y el empujoncito definitivo para volver ya que en los retos mensuales que nos lanzan este mes nos proponen a Gennaro Contaldo.
Así, por el nombre puede que no te suene pero si te digo que es ese señor tan simpático que aparece con Jamie Oliver en algunos de sus programas, puede que caigas ¿a qué sí? Disfruta tanto con la comida ¿verdad? Pues esa es nuestra propuesta, hacer una receta de Gennaro. No te creas que es fácil elegir una, no. Te pones a ver el recetario y son todas tan apetecibles que no sabes con cuál quedarte: ¿pasta, pizza, verdura, pollo, carne? ¿Un postre, quizás? Vale. Ninguna de ellas. He elegido un risotto porque nos encanta el arroz y porque por alguna extraña razón me he juntado con muchos tomates cherry a los que tenía que dar alguna salida que no fuera la consabida ensalada. A veces detrás de una receta hay algo tan poco glamuroso como que no se te estropee algún alimento.
Ingredientes:
40 gr de mantequilla
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla pequeña muy picada
albahaca
260 gr de tomates cherry en cuartos
320 gr de arroz arborio
100 ml de vino blanco
1.5 litro de caldo de verduras
200 gr de mozzarella cortada en dados
30 gr de parmesano rallado
1. En una cazuela calentamos el aceite y la mitad de la mantequilla. Añadimos la cebolla, salamos, e incorporamos un par de hojas de albahaca. Rehogamos durante un par de minutos hasta que la cebolla esté transparente. Agregamos los tomates y seguimos rehogando durante un minuto antes de añadir el arroz. Removemos bien el arroz para que se impregne del aceite.
2. Seguidamente vertemos el vino blanco y dejamos que se evapore antes de añadir el caldo poco a poco, cucharada a cucharada sin dejar de remover. Y así entre 17 y 20 minutos. La verdad es que hacer un risotto requiere su pelín de paciencia así que si tienes prisa, entonces quizás debas hacer este risotto otro día.
3. Cuando el arroz esté al dente lo retiramos del fuego y añadimos el resto de la mantequilla, la mozzarella y el parmesano removiendo bien hasta que todo se haya mezclado.
Nos falta el toque final. Unas hojas de albahaca en cada plato antes de disfrutar del verano en tu plato.
lunes, 9 de abril de 2018
GRANOLA
Comer sano está de moda y es todo un reto. En los lineales de los supermercados abundan los productos que llevan etiquetas como "beneficiosos para la salud", "todo natural", "bajo en ...". ¿Pero de verdad nos cuidan y protegen? Si echamos un vistazo a la composición de la granola, veremos que tiene grasas varias y una cantidad indecente de azúcar que nuestro cuerpo seguramente no necesita. Sin embargo, la compramos, como otros tanto productos, sin darnos cuenta de que la podemos hacer en casa con menos azúcar y menos grasa, cosa que nuestro cuerpo seguro nos agradecerá. Es verdad que con el ritmo de vida endiablado que llevamos, se hace difícil dedicarle unos minutos a la cocina sobre todo si lo podemos encontrar en el supermercado ya hecho y bajo la etiqueta de saludable. Ojo, yo soy la primera que tengo el detector puesto y esos productos me atraen como un imán pero los 45 minutos que podemos llegar a tardar en hacer granola, bien merecen la pena.
Si buceas en el índice de recetas, verás que ya tengo otra receta de granola. Entonces ¿qué hace que esta sea diferente? La primera es de chocolate y la hice en los primeros años del blog así que es sencilla y podríamos decir que es la receta base, el pistoletazo de salida para experimentar. La que hoy te traigo, por el contrario, es la continuación del experimento. He incorporado fruta fresca, espelta y zumo a los ingredientes base. Sigue siendo sencilla, porque no hay nada más fácil que hacer granola, pero es más completa.
Vámonos a la cocina a preparar el desayuno de mañana.
Ingredientes:
250 gr de avena
250 gr de copos de espelta
150 gr de frutos secos picados (nueces, pistachos, anacardos, nueces de macadamia, almendras)
150 gr de semillas (sésamo crudo, pipas de girasol)
1/2 cucharadita de sal
2 manzanas ralladas
1 cucharadita de esencia de vainilla
4 cucharadas de aceite de girasol
5 cucharadas de miel
zumo de una mandarina
Precalentamos el horno a 175º.
En un bol grande mezclamos los ingredientes secos.
Ponemos el aceite y la miel en un cazo y lo llevamos al fuego hasta que se mezclen los ingredientes. Después incorporamos la vainilla y el zumo de mandarina. Removemos bien para que se mezclen y lo vertemos sobre los ingredientes secos.
Te pedí que usaras un bol grande porque ahora tenemos que remover bien la avena, espelta, frutos secos y semillas para que se empapen de los ingredientes líquidos. Una vez bien mezclado todo, lo extendemos sobre la bandeja del horno y lo dejamos unos 45 minutos o hasta que veamos que tenemos la granola dorada. Debemos vigilar y remover de vez en cuando para evitar que se nos queme.
Una vez sacada del horno, dejamos que se enfríe antes de guardarla en botes herméticos.
Deliciosa con yogur y frutos rojos o cualquier otra fruta.
De verdad que te alegrarás de prepararla en casa y no volverás a comprarla en el supermercado.
jueves, 5 de abril de 2018
RABO DE BUEY GUISADO CON TOMATES
Es una pena que la foto no haga justicia a este recetón de Pedro Subijana. Una auténtica pena que no se pueda oler ni probar este guiso a través de la pantalla y sobre todo no se pueda comer a cucharadas la salsa. Porque, señoras y señores, a esta salsa habría que levantarle un monumento. Puedo decir que sobró un poco de salsa, no de carne, y está en un bote de cristal pequeño en un cajón del congelador. Era poca, sí, pero hubiera sido un pecado deshacerme de ella y ahora está tranquila esperando a que la rescate, algo que sucederá próximamente.
En Cooking the Chef nos animaban este mes a conocer un poco más a un cocinero español, a Pedro Subijana, y a preparar una receta suya. Empezamos por saber un poco más de este cocinero vasco que comenzó en la escuela de hostelería de Zarauz y después siguió en la de Madrid para volver a la primera como profesor. En 1976 asistió al I Congreso del Club Gourmet en Madrid, y allí tras la conferencia de Arzak conocieron a Paul Bocusse, que les abrió las puertas de su cocina y dio el pistoletazo de salida a un movimiento culinario que renovaría el recetario no solo de la cocina vasca sino del todo el país, La Nueva Cocina Vasca, cuyos principios eran hacer los platos como son auténticamente, recuperar recetas antiguas que ya han caído en el olvido y crear nuevos platos con productos de proximidad.
Ingredientes para 6 personas:
2 rabos de buey
4 cebollas
2 zanahorias grandes
3 dientes de ajo
4 tomates rojos
4-6 tomates secos
1dl de brandy
2 dl de jerez seco
pimentón picante
1 hoja de laurel
harina
1/2 litro de caldo de carne
En una olla ponemos a calentar el aceite y marcamos los trozos de rabo enharinados y salpimentados.
Los reservamos.
En esa misma olla rehogamos la cebolla picada en trozos gruesos, los dientes de ajo aplastados y las zanahorias cortadas en rodajas. Salamos ligeramente y movemos continuamente con una cuchara de madera para que el repegado de haber marcado la carne se desprenda del fondo de la olla y se integre con las verduras. Le va a dar un sabor fantástico.
Una vez hayan pasado unos cinco minutos, incorporamos la carne y regamos con el brandy. Dejamos que cueza unos minutos antes de añadir el jerez, una cucharadita de pimentón, el tomate troceado, el tomate seco y el caldo.
Cerramos la olla y lo tenemos cociendo unos 40 minutos más o menos dependiendo del tipo de olla que tengamos.
Una vez pasado ese tiempo abrimos la olla con cuidado y nos prepararnos para disfrutar de un señor guiso.
Pero antes el guiso tiene que pasar un control de calidad (je, je) no vaya a ser que le falte algo de sal o haya que reducir el caldo. Si ese es tu caso, retiramos la carne y dejamos que la salsa cueza unos minutos hasta que haya espesado y esté a tu gusto. Hay que probarla también, ese es el trabajo más duro. He dicho probarla, no comérsela a cucharadas como en mi caso. Porque si hay algo que destacaría de este plato es la salsa así que hazte de un buen pan y a disfrutar de este rabo de buey guisado con tomates.
lunes, 15 de enero de 2018
MAGDALENAS DE MIEL Y YOGUR
Esa es la magdalena que se salvó del pillaje al que fueron sometidas casi nada más salir del horno. Fueron cayendo una a una en acto de servicio y es que apenas tuve tiempo de hacer las fotos. Suponía que estarían buenas porque el alma caritativa que se dedica a dejarme el bol de la Kitchen Aid limpio como la patena cada vez que hago bizcochos, ya adelantó con la boca llena de masa cruda que estaban buenísimas. Sospecho que las vamos a hacer muchas muchas veces y te invito a que tú también te metas en la cocina para preparar unas magdalenas suaves, blandas que harán las delicias de tu desayuno o merienda.
Es verdad que puedes ir al supermercado más cercano y comprarlas pero no sabrás exactamente qué tienen mientras que si las haces tú, sabes cuáles son los ingredientes y sabes qué estás comiendo. Hace unos meses el blog Cocinando Sabores lanzó un reto en Instagram al que nos hemos sumado muchos blogs.
El objetivo es preparar en casa aquellos productos que podemos llegar a comprar en el súper (todos lo hacemos por diversas razones) y convencernos de que es más sano si los cocinamos en casa. El reto de este mes era hacer magdalenas y si te paseas por Instagram perderás la cabeza con tantas propuestas y no sabrás cuál elegir.
Si miras el índice de recetas dulces, verás que ya tengo unas magdalenas de leche rellenas de crema de cacao y avellanas y otras de albaricoque y nueces que están buenísimas. Las primeras son para golosos totales y las segundas son para los que les gusta encontrar fruta en masas dulces. Estuve dudando entre varias recetas hasta que di con esta de Xavier Barriga.
Si nunca te has metido entre harinas, esta es tu oportunidad y te sorprenderás de lo que puedes llegar a conseguir.
Te aviso de que lo único que vas a necesitar es un poco de paciencia porque es recomendable dejar que la masa repose en la nevera al menos una hora. ¿Puedes esperar? El tiempo se te pasará volando mientras recoge la cocina y lo dejas todo limpio.
Ingredientes para unas 12 magdalenas:
125 gr de huevo
150 gr de azúcar moreno
50 ml de leche
190 ml de aceite de oliva suave
230 gr de harina
7 gr de levadura
50 gr de miel
60 gr de yogur natural
zumo de 1/2 limón
un pellizco de sal
¿125 gr de huevo? ¿Eso qué es en realidad? Bueno, te podría decir que son unos 3 huevos o 2 y medio dependiendo del tamaño. Yo lo que hago es que los bato ligeramente y así es más fácil pesarlos. Si te sobra algo, lo puedes utilizar para rebozar o para hacer un revuelto.
1. Bien, entonces empezamos batiendo los huevos, el azúcar moreno y la miel hasta que la mezcla haya duplicado su volumen. Hay que batir y batir mucho unos diez minutos para que la masa coja aire y así luego la magdalena salga con ese copete tan espectacular, que tanto nos gusta, y con esa miga blanda.
2. Sin dejar de batir, incorporamos la leche, el aceite, el yogur y el zumo de medio limón.
3. Aparte mezclamos la harina, levadura y sal para añadir esta mezcla a la masa. Te recomiendo que bajes la velocidad de la batidora o tendrás toda la cocina llena de harina.
4. Finalmente batimos a velocidad muy alta unos 2 o 3 minutos antes de llevar la masa a la nevera al menos durante una hora. Puedes hacer la masa la noche antes y hornear las magdalenas a la mañana siguiente para despertar a todos en casa con un delicioso olor a magdalenas recién hechas. ¿No te parece la mejor manera de empezar el fin de semana?
5. Precalentamos el horno a 250º.
6. Antes de rellenar las cápsulas de magdalenas removemos la masa enérgicamente. Con una cuchara de servir helados vamos llenando las cápsulas hasta un poco más de las tres cuartas partes de su capacidad.
7. Bajamos la temperatura del horno a 200º y horneamos entre 15 y 20 minutos o hasta que veas que toman ese bonito color dorado.
Y ya tienes tu desayuno o merienda listo. Te animo a que las pruebes y me cuentes si te han gustado.
viernes, 5 de enero de 2018
PASTA CON SARDINITAS, TOMATES CHERRY Y CRUMBLE DE ORÉGANO
Aquí estamos un mes más homenajeando a un chef, en este caso extranjero. Como ya sabes en Cooking the Chef nos proponen elaborar recetas de chefs y publicarlas el día 5 de cada mes. Este mes la propuesta no me ha podido gustar más: Donna Hay. Esta australiana empezó muy joven a escribir recetas y a hacer fotografías a alimentos llegando a convertirse en editora de las secciones gastronómicas y de estilo de vida de la revista MarieClaire. De ahí pasó a publicar su propia revista, a escribir libros de cocina y a grabar sus propios programas de televisión, a los que me declaro adicta.
Me encantaría tener esa cocina grande siempre limpia y con esa supernevera en la que debe caber medio mercado. La ves cocinando y todo parece tan fácil y rápido que te entran ganas de ir a preparar algo, lo que sea. No solo me gustan sus programas sino que sus libros son espectaculares con una fotografía muy cuidada y limpia.
Debo tener seis o siete libros y en el blog puedes encontrar recetas suyas como el trifle de fresas o los muffins de frambuesa y chocolate blanco.
Ha sido muy difícil elegir una receta para este reto porque me gustaban muchas pero me decidí por esta pasta porque con pocos ingredientes, con poco tiempo se puede conseguir un plato sobresaliente. No siempre tenemos todo el tiempo del mundo para meternos en la cocina y pasar horas delante de los fogones, o no siempre tenemos tiempo para ir al supermercado y más de una vez nos hemos quedado un buen rato mirando la despensa y/o la nevera porque no había casi nada y la inspiración no llegaba ¿verdad? O no tenemos ni pizca de ganas de cocinar porque llegamos muy cansadas a casa y lo que queremos es algo rápido y bueno para comer. Al menos eso me ha sucedido más de un millón de veces durante 2017 y la tentación de pasarte a por comida basura es grande, muy grande. Por eso mi propósito para este año es traerte recetas que no supongan mucho esfuerzo, que se te saquen de algún que otro apuro y que puedas dejar medio preparadas de un día para otro porque los imprevistos existen y no avisan, simplemente se presentan.
Esta receta hace honor a mi propósito porque solo necesitas pasta, una lata de sardinas, tomates cherry, orégano y pan duro. Si miras en tu despensa seguro que encuentras esa lata de sardinas que tenemos ahí "de guardia" por un por si acaso y que le va a sentar de fábula a esta pasta.
Venga, nos vamos a la cocina.
Ingredientes para 4 personas:
400 gr de pasta
100 gr de sardinas en lata
60 ml de aceite de oliva
210 gr de pan rallado
orégano
2 dientes de ajo picados
700 gr de tomates cherry
1 cucharada de vinagre balsámico
En una cazuela ponemos a hervir abundante agua para cocer la pasta.
En una sartén calentamos dos cucharadas de aceite de oliva y añadimos un ajo picado, el pan rallado y el orégano. Rehogamos unos 5 minutos hasta que el pan esté dorado. Retiramos de la sartén y reservamos.
En la misma sartén rehogamos en aceite el otro diente de ajo picado. Agregamos las sardinas y los tomates. Cocinamos unos 5 minutos más antes de añadir un poco de agua de cocción de la pasta (125 ml) y el vinagre balsámico. Dejamos que la salsa cueza otros 5 minutos más antes de incorporar la pasta ya cocida y mezclarla con la salsa para que se tome.
Servimos la pasta en los platos y terminamos espolvoreando el crumble de orégano.
Finalmente puedes añadir un poco de perejil.
¿Cuántos hemos tardado? ¿Quince minutos?