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domingo, 15 de enero de 2017
POLLO CACCIATORE
A buenas horas aparezco por el blog, después de más de un mes de ausencia, a felicitarte el año, a esperar que hayas empezado con buen pie y a asegurarte, si todavía sigues ahí, que sí, que me tomo en serio el tema del blog pero que los últimos meses del año pasado fueron de lo más estresante y que iba literalmente al día. No daba para más. Y eso que, cuando 2016 empezó, pensé que iba a ser un año "divertido" pero no le vi la diversión por ningún lado y sí mucho trabajo, nuevas responsabilidades, y por qué no decirlo, una falta de organización (raro en mí) que me llevó a olvidarme casi del blog.
Lo de la falta de organización estoy solucionándolo y creo que volveré a ser yo, aunque espero un poco menos prusiana, y estoy trabajando muy en serio el tema de poner límites separando el trabajo de mi "vida real" y, sobre todo, decir no. Me parece más que necesario para no acabar hasta arriba, reguñendo por los rincones, jurando en arameo y sin tiempo para respirar. Hace tiempo que no me hago propósitos a principios de año porque simplemente no los cumplo pero este, este de decir no, pues ... En fin, espero conseguirlo aunque cueste.
Y la vuelta al blog la hago con una receta italiana para el reto de Cocinas del mundo. Marga de Acibecheria nos traslada a Italia para que disfrutemos cocinando recetas italianas. Repasando típicas de la gastronomía italiana me he dado cuenta de que en este blog hay bastantes: arancinis, lasaña, pasta, ossobuco, pizza, gnocchi, minestrone, peperonta, panzanella, sabayón y ahora ... pollo a la cazadora. Se nota que en casa nos gustan la comida italiana ¿verdad? Pero ¿a quién no? He estado en Italia dos veces y no recuerdo haber comido nada que no me gustase. Nada en absoluto. La última visita fue a Florencia, una ciudad que llevaba años queriendo visitar. Sabía que la iba a disfrutar mucho y así fue desde el minuto uno de llegar. Creo que se me abrió la boca nada más llegar a la plaza del Duomo y así estuve los cuatro días que pasamos en Florencia, con la boca abierta ante tanta belleza. ¡Cuánta maravilla! Y aún recuerdo una sopa de tomate fría muy simple que pedí en un día de mucho calor. Bueno, y unos raviolis maravillosos, y una pasta con una salsa de tomate simplemente gloriosa, y unos helados buenísimos, y el colorido de las tartaletas llenas de fruta, y... así podría seguir un buen rato.
Y claro, puestas a elegir una receta, me quedo en la Toscana con este guiso que decididamente tienes que probar. Es de esos que medio se hacen solos, que llena la casa de un olor rico a cocina casera y que hace que disfrutes de la comida. Es un señor guiso que se puede servir con un puré de patatas o con polenta, como he hecho yo. Solo te faltaría una buena ensalada y una copa de vino tinto para pasarlo bien, muy bien, comiendo.
Ingredientes:
aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 cebolla picada fina
4 muslos y contramuslos separados
1 vaso de vino blanco
1 lata de tomates enteros y pelados
1 cucharadita de alcaparras
100 gr de aceitunas negras
orégano
tomillo
En una cazuela muy amplia calentamos unas tres cucharadas de aceite de oliva y vamos sellando el pollo ya sazonado. No queremos freírlo, solo dorarlo. Una vez dorado, lo retiramos y reservamos.
En esa misma cazuela (eso es lo bueno de este guiso, que solo ensuciamos un recipiente) rehogamos la cebolla y el ajo hasta que estén dorados. Seguidamente añadimos el pollo y vertemos el vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol y agregamos los tomates en trozos, las alcaparras, aceitunas negras y las hierbas.
Bien, ahora se trata de dejar que se vaya haciendo el pollo removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue y añadir algo de líquido si vieras que se evapora demasiado.
Cuando el pollo ya esté hecho lo servimos con polenta.
Ya está. No hay que hacer más. Aprovecha estos días tan fríos para cocinar platos que llenen de calor tu casa.
Encantada de tu presencia de nuevo por la red. Los buenos propósitos en el mejor de los casos se quedan en la mitad, pero hay que hacerlos, es obligado a principios de año y si se cumple alguno, perfecto, y si no, perfecto también, no queda otra.
ResponderEliminarMe gusta tu pollo porque esta carne es la que más cocino y de mil formas sin que nadie se me queje, si además se utilizan ingredientes sencillos, de los de andar por casa, se convierte en un plato práctico y rico que enseguida se une al menú diario. Por supuesto me lo quedo.
Un beso.
Organizada o desorganizada te queremos ver en todos los retos jejeje...
ResponderEliminarWaaauuu que guiso mas increíble! Me lo apunto!
Besos
Nieves
¡Qué rico! Los ingredientes de la salsita recuerdan al saltimbocca, me la apunto para mi próximo plato de polenta.
ResponderEliminarMe encanta esta receta! Y tu versión ha quedado de lujo. Enhorabuena! Nos vemos en Túnez! Besos!
ResponderEliminarCiuriosamente es uno de los platos que cocinaba mi abuela yo creo que sin saber que era italiano pero lo hacia divino! Me gusta mucho tu receta y me gusta mucho que te tomes tiempo para ti, al final estoamos aqui para disfrutar no? Un besito!
ResponderEliminarEstoy llegando al final y me están sorprendiendo todas las recetas. A falta de una no hemos repetido ninguna receta. Al ver esta receta me has recordado que la comí hace pocos años con mis hijos en Italia....fantástico plato.
ResponderEliminarUn besote y nos vemos en Túnez 😘😘😘😘👏🏻👏🏻👏🏻
¿Días fríos? y hasta en pleno verano me zampaba un par de muslos sin mirmientos de ningún tipo ¡Vaya que sí!
ResponderEliminarBesos
En fin, no se que decirte, tómatelo con tranquilidad y hasta lo que llegues, así es la vida y así la llevamos. Deliciosa tu receta.
ResponderEliminarBesitos y hasta Túnez.
Yo nunca comi polenta,pero el pollo tiene muy buena pinta.besinos
ResponderEliminarDesde luego que me la apunto, me encanta esta receta que nos has traido. A mi también me gusta todo de Italia. Estos días he estado viendo una serie de los Médici y viendo Florencia he estado recordando cuando la visité. Es una ciudad fantástica.
ResponderEliminarBss
Elena
Ese fue mi trabajo de 2016. Poner límites, decir no, y separar mundos. Y oye, mucho más relajada. Sin sentirme obligada a nada más que lo que yo sienta que quiero hacer... vamos que te animo a que lo hagas tú también!
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