PÁGINAS

martes, 29 de abril de 2014

PIZZA ALLA POSITANESA




Llegamos como siempre al reto de Baking the World. Cada mes nos sorprenden con sus propuestas y este mes la misión no podía ser más atractiva porque ¿quién se puede resistir a preparar pizza? Así, con la tarea puesta me puse a buscar recetas y salsas diferentes, que no hubiéramos probado nunca, que tampoco fueran muy grasas y que se parecieran a las que he comido en Italia, que no llevaban un tomazo de queso como a veces encontramos aquí. Y así di con esta salsa, la positana, típica de la Costa Amalfitana de Italia, más concretamente de un pueblo llamado Positano en el que se rodaron algunas escenas de la película Bajo el sol de la Toscana. Dicho sea de paso, película que habré visto como unas cincuenta o sesenta veces. La salsa en cuestión puede parecer una ensalada de tomate porque lleva tomates (obviamente), cebolla, ajo, apio, orégano y albahaca. Es una auténtica maravilla en la pizza y os aseguro que no tendréis ningún remordimiento porque la pizza no lleva nada de grasa, ni siquiera queso.

Eso sí, si quieres preparar pizza para cenar piensa que será mejor que empieces con la masa la tarde antes.
Ya había preparado masa de pizza muchas veces antes pero nunca con poolish. ¿Qué es eso? El poolish es una masa líquida que haremos con la misma proporción de agua y harina y con muy poca levadura que dejaremos levar hasta 48 horas en la nevera. Yo la tuve unas 12 horas.




Para hacer el poolish necesitamos:

400 ml de agua templada
400 gr de harina de fuerza
6 gr de levadura de panadero seca

Es tan fácil como mezclar todos los ingredientes. Ya he comentado que es una masa líquida y no necesita más harina. Cubrimos con papel film y llevamos a la nevera hasta el día siguiente.

Para hacer la masa al día siguiente necesitamos:

160 gr de harina de fuerza
1 sobre de levadura de panadero seca
1 gr de azúcar
16 gr de sal
2 cucharadas de aceite de oliva




Al poolish que ya preparamos el día anterior añadimos la harina, levadura y azúcar. Amasamos hasta que tengamos una masa elástica, suave y brillante. Agregamos la sal y el aceite para seguir amasando hasta que esté integrado el aceite. Engrasamos un bol y dejamos que repose  unos 20 minutos.

Pasado este tiempo o bien la extendemos con la ayuda de un rodillo o lo vamos haciendo con las manos. Opté por hacerlo con las manos y me alegré porque la masa era tan suave y esponjosa que se estiraba con total facilidad. Como veis en las fotos la forma no es redonda, pero la imperfección también es hermosa ¿no?




Bueno, ya tenemos la masa lista para que la cubramos con la salsa positana.  Para ello necesitaremos:

250 gr de tomates
1/2 cucharadita de sal
1 diente ajo muy picado
1/2 cebolla pequeña muy picada
aceite
albahaca
perejil
1 rama de apio
orégano

Pelamos los tomates y los cortamos en trozos pequeños que pondremos sobre un escurridor para que suelten todo el agua. A pesar de haberlos tenido un buen rato escurriendo, tuve que volver a escurrirlos un poco antes de llevar la pizza al horno. Una vez hayan perdido todo el agua se mezclan con todos los demás ingredientes.

Cubrimos nuestra pizza con una parte de esta salsa cruda y la llevamos al horno entre 15 o 20 minutos hasta que veamos que la masa empieza a estar dorada. Antes de servir añadimos la parte de salsa que hemos reservado. Unas hojas de albahaca y a comer.


domingo, 27 de abril de 2014

SMOOTHIES DE FRESAS, PLÁTANO Y JENGIBRE




Domingo, día insólito para que yo publique una entrada pero es que el mes de abril se ha presentado con sorpresas, improvistos y la alergia. Da gusto ver cómo los parques se llenan de flores y el aroma que van dejando las rosas y el jazmín pero el polen, bien, eso ya no me gusta tanto. Y esta primavera se presenta cargadita así que hay que cuidarse y estar fuertes. Y una de mis nuevas aficiones en la cocina es hacer "smoothies" aprovechando todas las frutas que se nos van quedando feas y que nadie quiere tomar. La solución a este problema es o bien hacer mermelada o un batido un poco más espeso de lo normal llamado "smoothy". Lo que jamás se me hubiera ocurrido es añadirle jengibre porque para mí esta raíz o bien aparece en un plato salado o en galletas y bizcochos. Pero ¿en un batido? Jamás. Y he de decir que ese puntito picante que tiene le sienta fenomenal aunque esto es como todo, si no te gusta, táchalo de la lista.


Ingredientes:

500 ml de leche
95 gr de yogur natural
3 plátanos pelados y cortados en trozos
fresas lavadas y cortadas en trozos
jengibre
1 cucharada de miel




Puedes añadir menos plátanos, muuuuuchas fresas (que es lo que yo hago), quitar el jengibre, sustituir la leche de vaca por una de soja, puedes batirlo más o por el contrario dejar pedacitos de fruta... Las posibilidades son muchas y las cantidades también.

Es tan fácil como poner todos los ingredientes en un robot y batir. Tan simple como eso. Y después la mañana se lleva mucho mejor.

Fuente: What Katie Ate, Katie Quinn Davies.

lunes, 21 de abril de 2014

POTAJE DE GARBANZOS




Estaba dudando si traer la receta del potaje hoy o dejarla ya para el año que viene porque la Cuaresma y la Semana Santa ya pasaron. Aunque viendo que hace fresco de nuevo y las recetas de cuchara no molestan, aquí está. Porque ¿hay algún recetario que se precie que no tenga un potaje? La verdad es que la receta debería haber salido la semana pasada pero un rápido viaje a Inglaterra lo impidió.  Todavía tengo que ver si hay fotos decentes para enseñaros y si es así os mostraré mi recorrido por Exeter y Bath. De momento, nos quedamos con este potaje de garbanzos y espinacas, que no se ven mucho en las fotos pero estar, están. Aunque misteriosamente siempre aparecen más en mi plato y menos en los otros. Espinacas, esas grandes incomprendidas junto con las acelgas y las alcachofas.

Ingredientes:

500 gr de garbanzos
200 gr de espinacas
250 gr de patatas
1 puerro
1 zanahoria
1 tomate
1 cebolla
1 huevo cocido
1 rebanada de pan
1 diente de ajo
comino
pimentón
cilantro




Lo mejor de esta receta es que si le quitamos la patata se puede congelar y siempre viene bien tener un tupper en el congelador para casos de emergencia como yo los llamo: no has podido ir a la compra, no tienes tiempo de cocinar o lo que es peor, no tienes ganas, o cincuenta situaciones más que se nos pueden presentar. Pues ahí está el tupper, listo para solucionar cualquier contingencia. Venga, vamos a la cocina a preparar el potaje.

1. Ponemos los garbanzos a remojo la noche anterior y al día siguiente los cocemos en la olla junto con una zanahoria, puerro y las patatas. Hay que vigilar bien el tiempo que cocemos los garbanzos y no hacer como yo, que me puse a hablar con mi vecina (la de los limones) sobre los gatitos que toooodos los años nacen en mi patio y se me olvidó que tenía la olla en el fuego. Un poco más y tengo puré de garbanzos en vez de potaje.

2. En una cazuela rehogamos la cebolla muy picada. Salamos y cuando empiece a estar transparente añadimos un poco de pimentón y comino. En seguida incorporamos el tomate picado y seguimos rehogando hasta que el tomate esté blando. Entonces añadimos los garbanzos, la patata en trozos y que ya se ha cocido con los garbanzos previamente y las espinacas bien lavadas y picadas. Cubrimos con el caldo de cocer los garbanzos.




3. En una sartén aparte freímos un diente de ajo y una rebanada de pan hasta que esté dorada. Machacamos el ajo y el pan en un mortero junto con la yema del huevo cocido y se vierte sobre los garbanzos  añadiéndole la clara de huevo picada.

4. Dejamos que cueza el potaje suavemente para que se mezclen bien todos los sabores  y engorde el caldo. Antes de servir espolvoreamos un poco de cilantro picado.

lunes, 7 de abril de 2014

RISOTTO DE ESPÁRRAGOS Y LIMÓN



Claro, más limón. Esta receta lleva esperando pacientemente un año en la revista Saveurs. En su día la vi, me gustó, doblé la página para acordarme de que quería hacerla y ahí quedó todo. De vez en cuando me gusta echarle un vistazo a las revistas de cocina que acumulo y sí, me tropezaba con ella pero o no tenía unos limones decentes o no era época de espárragos. Bien, ahora se cumplen las dos condiciones y he podido por fin hacer este sorprendente risotto. ¿Nos ha gustado? Sí, pero también he de deciros que en cuestiones de arroces creo que somos fáciles porque nos gustan todos, siempre y cuando estén bien cocinados, por supuesto. Como no podía ser de otra manera, le he hecho algunos cambios a la receta original como añadirle hinojo y tomillo. Un arroz muy primaveral.


Ingredientes para 6 personas:

400 gr de arroz arborio
1 manojo de espárragos verdes
1, 5 l de caldo de verduras
70 gr de mantequilla
50 gr de queso mascarpone
70 gr de queso parmesano
1 cebolla
1/2 bulbo de hinojo
1 copa de vino blanco
1 limón
tomillo fresco




1. Picamos la cebolla, la mitad de un bulbo de hinojo y los espárragos. No queremos de momento las yemas que vamos a reservar para incorporarlas al risotto más adelante. Rehogamos las verduras y unas ramas de tomillo en una cazuela en la que habremos puesto unas seis cucharadas de aceite de oliva  hasta que veamos que la cebolla empieza a estar transparente. Entonces incorporamos el arroz y dejamos que se rehogue durante cinco minutos más.

2. Rallamos la piel del limón y la añadimos a la cazuela junto con su zumo y la copa de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol del vino y entonces vamos vertiendo el caldo poco a poco, removiendo el arroz  y esperando a que se haya evaporado el líquido antes de seguir echando más.




El arroz puede tardar entre 15 y 20 minutos en hacerse dependiendo si te gusta más hecho o más entero. A mí me gusta más bien durito así que con 15 minutos está bien. Cuando solo queden 5 minutos para terminar el risotto incorporamos las yemas de los espárragos. Salpimentamos y pasados los 5 minutos retiramos del fuego.

3. Ya solo nos queda añadir la mantequilla y los dos tipos de queso para terminar el plato. Hay que remover para que se integren con el arroz o nos encontraremos pelotones de mantequilla y queso mascarpone. A mí particularmente es algo que no me resulta muy agradable. Dejamos que repose unos 2 minutos y llevamos a la mesa con unas hojas de tomillo en cada plato.

jueves, 3 de abril de 2014

PLUMCAKE DE LIMÓN CON STREUSEL DE LIMÓN



Cuando la vida en forma de vecina te trae hasta tu puerta una bolsa llenita de limones de los buenos, de los que no tienen pesticidas, ni conservantes o colorantes, lo primero que una hace es darle las gracias de todo corazón y después empezar a pensar como una loca en recetas para que no se estropee  ni uno solo de esos pequeños soles. Y recordando recetas que tuviera en mente hacer llegué a este plumcake de limón de Xavier Barriga y que además me ha permitido estrenar mi nuevo peso. ¡Sííí! Es una auténtica gozada eso de saber que las cantidades están bien porque yo no sabía que una etiqueta pesa dos gramos ¿vosotros sí? Ya os digo, estoy como una niña con zapatos nuevos. Por supuesto esta no será la única receta con limones. Ya aparecerán por aquí, ya.

La receta original de Xavier Barriga especifica que es una receta para siete plumcakes. A mí me parecían muchos e hice la mitad de cantidad usando un molde que no necesita engrasarse de 25 cm de largo y con una capacidad de 1,7 litros. Yo os dejo la receta completa para que luego la podáis ajustar a vuestras necesidades.

Ingredientes:

300 gr de azúcar en grano
ralladura de 2 limones
ralladura de 1 lima
6 huevos
100 ml de nata
10 ml de ron
175 gr de mantequilla
375 gr de harina
8 gr de levadura




1. Empezamos a preparar el plumcake poniendo la mantequilla en un cazo y tostándola al fuego sin dejar de remover hasta que tenga un color dorado. Dejamos que se enfríe un poco.

2. Tamizamos la harina junto la levadura y reservamos.

3. Mezclamos el azúcar con las ralladuras de los limones y de la lima antes de que batamos los huevos con el azúcar hasta que doblen de volumen. Añadimos la nata, el ron y si quieres el zumo de 1 limón, sin dejar de batir a velocidad lenta. Incorporamos la mantequilla y finalmente la harina con la levadura y una pizca de sal.

4. Dejamos que la masa repose en la nevera durante media hora.




Mientras la masa reposa vamos a aprovechar para hacer el streusel de limón. Y para ello necesitaremos:

60 gr de mantequilla fría
90 gr de azúcar
70 gr de harina
70 gr de almendra molida
ralladura de 1 limón

Cortamos la mantequilla en dados pequeños y la mezclamos con el resto de los ingredientes. Trabajamos todo con las manos hasta que parezca que tengamos migas en vez de una masa. Reservamos en la nevera.

Una vez que la masa ya ha estado media hora en la nevera, engrasamos el molde que vayamos a usar y lo rellenamos sin sobrepasar las tres cuartas partes de su capacidad. Cubrimos con el streusel y lo metemos en el horno ya precalentado a 180º durante unos 25 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio.

Fuente: Bollería hecha en casa y con el sabor de siempre, Xavier Barriga.