VIEIRAS EN SALSA DE CARAMELO Y NARANJA

El caramelo y las vieiras no estaban en mi esquema de productos que combinan pero, de vez en cuando, hay que arriesgarse a probar recetas nuevas e ingredientes que de buenas a primeras parece que van a chocar. Lo bueno de esta receta es que la salsa se puede preparar un par de días antes y dejarla en la nevera. Y esto para las comidas que se avecinan es una buena solución.


Ingredientes para 4 personas:

1/2 kg de vieiras
1/2 taza de vino blanco
el zumo de una naranja
2 cucharadas de azúcar
aceite de oliva
sal
1 nuez de mantequilla

1. Las vieiras que usé para hacer este plato eran congeladas con lo que las saqué con antelación y dejé que se descongelaran con tiempo. Después las sequé muy bien con un paño. No soy muy aficionada a usar pescado ni marisco congelado normalmente pero, a veces, no me queda más remedio por no poder encontrar el producto fresco. No quedan como las vieiras frescas, ni mucho menos, pero pensé que quedarían peor.
2. Para hacer la salsa echaremos el azúcar en una cazuela pequeña y la dejaremos en el fuego hasta que empiece a tomar un bonito color rubio. Es en este momento cuando empezaremos a remover la cazuela hasta que el azúcar se convierta en caramelo. Tardará unos 3 minutos más o menos. Apartamos la cazuela del fuego y vertemos el vino blanco y el zumo.

Cuidado porque puede salpicar y las quemaduras de caramelo no son cualquier cosa. Subimos el fuego un poco porque hasta ahora lo habíamos tenido a una temperatura media y dejamos que cueza y reduzca hasta la mitad, más o menos, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
3. Ya casi estamos terminado así que es el turno de las vieiras. Las sazonamos, pasamos por una plancha muy caliente y las ponemos en el plato en el que se vayan a servir.
4. Nos queda dar el toque final a la salsa añadiendo la mantequilla mientras la removemos. Cuando la mantequilla se haya derretido y la salsa esté brillante, ese será el momento de servirla con las vieiras.
5. Como acompañamiento salteé unas tiras de calabacín y de zanahoria en un poco de aceite y sazoné con sal. Pero cualquier otra verdura también le sentará bien al plato siempre que sea suave.

Fuente: Around my French Table, Dorie Greenspan