PETITS POTS DE CRÈME

Hace dos semanas recibí uno de los libros de cocina más bonitos que he comprado hasta ahora. Y digo bonito porque tanto la portada como las fotos que podéis ver en La Tartine Gourmande son ideales, con colores alegres y unas recetas que enamoran. Simplemente abrir el libro y tener necesidad de cocinar  cada una de las recetas y a ser posible todas a la vez es todo uno. Ya he hecho varias y todas espectaculares. La receta de hoy es un postre muy bueno y lleno de sabor con el cardamomo y la vainilla, uno de mis sabores preferidos en la actualidad.
Se trata de unas natillas ligeras cuajadas en el horno con una compota de manzana que completé con un crumble de pistachos.

Ingredientes para la compota:

3 manzanas
2 cucharadas de azúcar blanco
1 cucharada de azúcar moscovado
la ralladura y el zumo de medio limón
1/2 vaina de vainilla
1/2 rama de canela
60 ml de agua

1. Ponemos todos los ingredientes en una cazuela y cocinamos durante 25 minutos o hasta que las manzanas estén blandas. Retiramos la vainilla y la canela y trituramos las manzanas. Dejamos enfriar y ponemos un par de cucharadas en cada bote de cristal pequeño (los de una marca de yogures que todos conocemos y que vienen muy bien para este tipo de preparaciones) que después llevaremos al horno. Si te sobra compota, úsala en yogures o congélala. Verás qué rica.

Ingredientes para las natillas:

550 ml de leche
1 vaina de vainilla abierta
1/2 rama de canela
4 semillas de cardamomo
1 huevo y las yemas de 3 más
50 gr de azúcar blanca

1. Precalentamos el horno a 160º y preparamos una fuente con un poco de agua para el Baño María.
2. En una cazuela vertemos la leche y añadimos la vainilla, cardamomo y canela. Dejamos que hierva, retiramos del fuego y tapamos para que infusione durante 30 minutos. Una vez que haya perdido calor y esté tibia, la colamos.
3. En un bol aparte batimos el huevo, las yemas y el azúcar. Añadimos la leche, removemos bien y rellenamos nuestros botes de cristal. Si al verter la leche se produce espuma, debemos retirarla con una cuchara.
4. Llevaremos al horno en nuestra fuente y dejaremos entre 45 y 50 minutos o veáis que ya están cuajadas las natillas.

Se sirven a temperatura ambiente o frías y se conservan en la nevera hasta 4 días. Suponiendo que duren tanto.

Como os decía al principio, completé el postre con un crumble que hice de la siguiente manera.
Piqué unos pistachos y los mezclé con harina de arroz, azúcar moreno y mantequilla hasta que quedó como arena. Deje que se tostara la mezcla en el horno y espolvoreé por encima de las natillas. Un complemento perfecto.