No soy yo muy de dulce y me da igual que no haya dulces en casa. Peeeeero de vez en cuando sí que apetece echarle el guante a un trocito de bizcocho ¿verdad? Pues si no eres muy de dulce como yo y sí de sabores ácidos, entonces tengo el bizcocho perfecto para ti: frambuesas y limón juntos en la misma masa. ¿Qué puede salir mal? Nada, ya te lo digo yo.
Con este bizcocho nos vamos a la Italia del siglo XVI de la mano de CocinArte, que nos proponen este cuadro llamado Bodegón con duraznos y una porcelana y cuenco de Fede Gallizi.
Ingredientes:
125 g de mantequilla
225 g de azúcar
ralladura de 2 limones
1/2 cucharadita de extracto vainilla
2 huevos a temperatura ambiente
300 g de harina
2 cucharaditas de levadura
115 g de yogur
200 gr de frambuesas
Para el glaseado:
150 g de azúcar glas
2 cucharada de zumo de limón
10 frambuesas
1. Precalentamos el horno a 180º y engrasamos un molde de cakes de 22x12 cm.
2. Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que tengamos una mezcla blanquecina y esponjosa. Añadimos la ralladura de los limones y el extracto de vainilla. Seguidamente vamos incorporando los huevos uno a uno y esperando a que se integren en la masa.
3. Reserva dos cucharadas de la harina que necesitamos para hacer el bizcocho e incorpora el resto en tandas intercalando con el yogur.
4. ¿Qué hacemos con las dos cucharadas de harina? Pues vamos a rebozar las frambuesas para que al incorporarlas a la masa no se nos vayan a la parte de abajo del bizcocho.
5. Vertemos un tercio de la masa en el molde, añadimos una capa de frambuesas, otra capa de masa seguida de más frambuesas y terminamos con la masa restante. Ahora es importante que antes de meter el molde en el horno, le des unos golpecitos para que las frambuesas y la masa se terminen de colocar y no haya burbujas de aire.
6. Dejamos el bizcocho en el horno durante 50-60 minutos o cuando veas que al pincharlo con un palillo, este sale limpio.
7. Una vez fuera del horno, lo dejamos enfriar antes de verter el glaseado. Bueno, ahora hay que hacer un ejercicio de voluntad suprema para no zamparse el bizcocho, claro. Pero te aseguro que merece la pena esperar porque el bizcocho gana mucho con el glaseado. Sobre todo si te gustan los sabores ácidos.
8. Hacer un glaseado es muy fácil. Mezclamos el azúcar con el zumo de limón y cuando tengamos una mezcla sedosa y no muy líquida lo vertemos sobre el bizcocho. ¿Todo el glaseado? No, todo no. Vamos a reservar unas dos cucharadas que mezclaremos con las frambuesas un poco aplastadas con un tenedor. Ahora ya sí completamos el glaseado del bizcocho.
Este bizcocho es mejor comerlo en el día. ¡Cómo si fuera a durar más! ¿Verdad?